martes, 26 de julio de 2011

Ganar el perdón cuarta parte



Nicholas estaba muy confundido, la reaparición de Katherine en sus vidas había vuelto todo un caos. Llamó a su abogado y también a un investigador que se encargaba de conseguirle toda la información que necesitaba en los negocios.
-Necesito que averigües todo sobre Katherine Holly. Todos sobre su pasado y todo sobre su vida actual. También necesito que investigues sobre este certificado.- le indicó al investigador.
-Sí, señor – respondió el hombre y salió de prisa, se caracterizaba por su eficiencia. Nick esperó que saliera y luego se dirigió a su abogado.
-Quiero a esa mujer lejos de Thery.
-Nick, me temo que no será tan fácil, de hecho si ella puede probar que el certificado es falso y que tú estás involucrado de alguna manera puedes ser juzgado por robar a la niña.
-Yo no hice tal cosa, es la primera vez que veo ese certificado de defunción en mi vida y además fue ella quien vendió a su propia hija.
-Eso tendremos que probarlo.
-No hay nada que probar, la quiero lejos.

-Nicholas, esta vez se trata de la ley, no importa lo que tú quieras ni tu poder. Necesitamos más información, y ya mismo empezaré a trabajar en tu caso, pero quiero que estés advertido.  Este puede ser un procedimiento largo y complicado, e incluso puede que Thery tenga que declarar.
-No me importa el cómo lo hagas, sólo hazlo – ordenó Nicholas y el abogado asintió.
Una vez que se quedó solo, maldijo mientras caminaba de un lado al otro. Estaba acostumbrado a manejar todo, incluyendo sus propios sentimientos, sólo una vez en su vida se había dejado llevar por su corazón y había sido un desastre.
El único ser en la tierra que tenía su amor, era una niñita de cinco años y ahora estaba en peligro.
Sin pensarlo mucho, dio instrucciones a su secretaria sobre su agenda y se marchó a casa, donde lo esperaba su pequeña hija.
Al llegar se dio cuenta que habían cumplido con extremar las medidas de seguridad, era una fortaleza inexpugnable.
Entró a la sala e inmediatamente, la niña corrió hacia él.
-¡Papi! – gritó y él la atrapó entre sus brazos.
-Hola , mi princesa. ¿Cómo has estado? – preguntó sonriendo con calidez y ella empezó a contarle todo lo que había hecho y hacer preguntas sobre el día de él. Escuchó prestando atención y le contestó con paciencia, cualquiera que lo viera en su rol de padre se extrañaría de lo diferente que podía ser al implacable hombres de negocios que conocían.
-Tengo hambre – expresó la niña cuando acabó de narrar sus aventuras infantiles.
-¿No comiste aún? –preguntó acariciando el sedoso cabello rubio. Tenía algunas ondas e inmediatamente vino a su mente la imagen de otra mujer rubia, de la mujer que había engendrado a la niña. La mujer que la había abandonado sin el más mínimo sentimiento de culpa.
-Claro que no , te esperaba.¡Papi! ¿no me estás escuchando? – insistió ella al ver que su padre no le prestaba atención.
-Sí, cariño, lo siento. Vamos a cenar.
Nick cenó con su hija, luego la acostó y le leyó un cuento hasta que ella se quedó dormida.
-Todo va a estar bien, no voy a dejar que te lastimen de nuevo – susurró y le besó la frente.
Sin embargo, a él le costó mucho más  conciliar el sueño. Y cuando finalmente se durmió tuvo pesadillas, horribles sueños en lo que Thery era una bebé y era arrancada de brazos de su madre, de una joven Katherine que gritaba pidiendo a su hija como si le arrancaran el alma.
Su sueño no tuvo nada de reparador y al despertar se sentía más molesto que antes , desayunó deprisa y se marchó a la oficina.
Apenas, media hora más tarde, llegó el investigador a traerle los resultados de sus pesquisas.
-¿Qué averiguaste?
-No mucho en realidad, sólo algo de los últimos años, desde que empezó a hacerse conocida por sus pinturas. En una artista muy cotizada, firma sus cuadros con el nombre de Pérsefone. La venta de sus obras le permite vivir con comodidad, además da clases de arte.
-¿Vida personal?
-Aquí está su dirección actual, número de teléfono, información sobre su carrera artística y su estado económico. Está soltera, vive sola y no parece tener ninguna relación sentimental. La gente que la conoce tiene muy buena opinión de ella.
- ¿Y del pasado?
-Eso es muy extraño, señor.
-¿Qué es lo extraño? – preguntó Nick poniéndose alerta.
-No he podido averiguar nada, es como si ella no hubiera existido, o como si alguien hubiera intentado borrar todo rastro de Katherine Holly. Sólo he podido averiguar sobre su vida actual, de los últimos dos años.
-¿Y antes?
-Es como seguir a un fantasma.
-¿Quieres decir que no puedes averiguarlo?
-Quiero decir que me costará más tiempo de lo que pensé- contestó el hombre con una sonrisa sesgada- y también que para dificultarme una búsqueda debe haber mucho dinero y alguien poderoso detrás. Las personas siempre dejan rastros, que no pueda hallarlos es muy sospechoso.
-¿Quieres decir que ella borró su pasado?
-Quiero decir  que alguien quería que ella no fuera fácil de encontrar, ahora bien, si lo hizo ella misma o alguien más, también es algo que debo averiguar.
-¿Y el certificado de defunción?
-Eso es verdadero, también hay una tumba sin nombre en un pequeño cementerio de las afueras. Katherine Holly va a visitarla regularmente y las fechas coinciden con las indicadas en el certificado.
-¡Eso no es posible! - exclamó Nicholas y en ese instante su abogado irrumpió.
-Tenemos problemas – anunció el letrado.
-¿Qué sucede?
-Acaba de llegar una citación del juzgado, Katherine te denunció por falsificación de documentos y  secuestro parental, debes ir mañana a declarar. Estás en graves dificultades

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