viernes, 29 de julio de 2011

Pequeño Cuento; Aprendiendo A Seducir. Parte V


-Perdona Donovan... -Habló el joven Rafael sonrojado, al saber que por su culpa él se encontraba en aquella situación-. Tenía que haberme dado cuenta, que ahí no había ningún contenido envuelto en papel de plata...

-Puedes fiarte de todos nosotros -Comenzó hablar un Mike aún sorprendido-. Ninguno de los aquí presentes, dirá ni una sola palabra en el pueblo sobre tu... esto... ya me entiendes...

-¡Qué! -Exclamó sorprendido Donovan-. Un momento chicos, esto no es lo que parece...

-No te preocupes... -Se le acercó otro hombre para darle una buena palmada en la espalda-. Todos te respetamos mucho, pero hazte un favor y recoge tú mismo eso del suelo. Se acerca nuestra pequeña dueña -Sugirió apenas en un susurro, dado que ella ya estaba a pocos metros a pie.

-Estáis confundidos... Peter, tu sabes que eso no es verdad -Se giró para implorarle a su amigo.

-Bueno... -Estaba confuso al estar allí Silvia completamente expectante al ver lo que había en el suelo. Ahora comprendía todo... Sonrió un poco... Aquello pertenecía a Silvia y era el amante de ayer noche. Menudo follón, como explicaban que no era de Donovan. No podía decir que era de ella, no se merecía pasar aquel bochorno.

-Ya comprendo -Habló otro hombre sin ver a Silvia, dado que la tenía en su espalda-. Tu y Peter... Ayer os quedasteis hasta muy tarde...

-¡Perdona! -Soltó horrorizado el nuevo acusado.

-¡Eh, os estáis pasando! -Gruñó Donovan.

-Simplemente estamos diciendo lo que vosotros dos no os atrevéis a contar... ¿Por que sino, dinos de quién es?

-Ah... -Solo supo pronunciar aquello, mientras miraba un momento a Peter quien le señalaba con la mirada que mirara tras su espalda. Lo hizo y allí estaba ella, mirándolo también expectante y en espera de una respuesta. Comprendía que Peterl le insinuaba que tuviera cuidado con sus palabras. Pero maldita sea, por culpa de la estupidez de Silvia, se veía envuelto en aquel lío... Resopló completamente frustrado-. Y a vosotros qué demonios os importa.

-Ánimo Peter -Volvió hablar el mismo pesado-. Sabes perfectamente que la gente de éste pueblo es muy abierta de mente...

-¡Queréis parar de una vez! -Exclamó enfadado y frustrado.

-Tampoco te pongas así -Intervino Mike, quien no se creía que aquello fuera cierto. Y sabía que mejor calmaba el ambiente. Ya le había avisado Silvia de que no era un buen día para él-. Los chicos solo te están mostrando su apoyo.

-Venga Don... -Se le acercó Peter pronunciando su nombre con un tono diferente... Raro... Como más agudo. No sabía por que, pero no le profesaba mucha confianza en aquel momento. De manera que cuando se le detuvo a un paso de él, por instinto de protección retrocedió él uno-. Dejémonos ya de tonterías y confiesa que el muñeco lo compraste tu, para ofrecérmelo como regalo.

-Pero que estas... -No pudo seguir, sus palabras fueron calladas con el choque furtivo de los labios de Peter contra los suyos. Quería separarse, pero el muy... Lo tenía agarrado por la nuca con fuerza.Y por fin, unos segundos después se vio liberado. Lo primero, se pasó el dorso de la mano por sus labios. Para después coger aire y levantar su dedo en amenaza hacia Peter.

-Tú... -Dio un paso hacia él.

-Queréis parar de hacer el idiota -Se atrevió hablar por fin Silvia.

Era la primera vez que los hombres escuchaban de ella una voz tan autoritaria, que se quedaron callados y sorprendidos. Ante ellos, tenían a una Silvia que nunca habían visto y por la furia de sus ojos, más les valía respetar sus palabras y no entrar en la conversación.

-Silvia, todo esta bien por aquí -Le guiñó un ojo Peter.

-¿En serio? -Rió con sarcasmo-. El que tu le hayas comido los morros a Donovan antes que yo, no creo que signifique que todo va bien.

Por aquellas palabras, muchos soltaron una exclamación de sorpresa. Incluso Donovan, alzó una ceja con gran interés.

-Bueno, verás... -Siguió excusando Peter, mientras le intentaba guiñar un ojo de forma disimulada.

-¿Te entró algo en el ojo? -Le preguntó divertida por los esfuerzos del hombre. Con aquella indicación, los chicos se rieron ante la cara de tonto que puso Peter-. De verdad qué ibas a dejar que el pueblo pensara que eres pareja de Donovan? –Preguntó divertida, al ver de lo que era capaz por ayudarla-. ¿Sabes la de corazones femeninos que abríais liquidado con esa idiota confesión? Y vosotros… -Se dirigió a todos sus trabajadores-. ¿Cómo podéis ser tan crueles? De sobras sabéis que estos dos son puros casanovas –Todos se sonrojaron un poco-. El sol os ha afectado demasiado, si habéis podido llegar a esa conclusión –Dio unos seis pasos y se agachó a coger el vibrador que aún se hallaba zumbando. Le dio un par de vueltas hasta localizar en la base el interruptor y desconectarlo pro fin, para después coger también el pobre arrugado muñeco-. Esto es mío… -Lo estrechó contra su cuerpo con el mentón bien derecho. No tenía que mostrarse nerviosa, era adulta-. Me lo regalaron el año pasado en la despedida de Victoria… -Mintió, pero eso ellos no lo podían saber. Sí que sabían que la hija del alcalde se había casado el año pasado y que ella era su amiga. Luego, lo que hubiera sucedido en la despedida era otra cosa-. Estaba ordenando el armario y Camila lo cogió para tirar como se lo pedí, pero éste idiota –Señaló a Donovan-. Se confundió al ver la bolsa en la cocina junto a la del desayuno… -Vio como él fruncía el ceño por el insulto-. Y como él y Peter, querían proteger mi integridad, montaron éste numero idiota –alzó los ojos al cielo y suspiró-. Gracias, pero sois burros. Hoy en día, es normal que una mujer tenga uno de estos en el cajón… -Muchos de los allí presentes asintió con la cabeza-. Ninguno de ellos me iba a llamar fresca o algo parecido –Todos negaron con la cabeza-. Además, la mayoría de ellos me conoce desde que tenía doce años y saben perfectamente como soy con los hombres…

-Inocente… -Carraspeó Mike-. Saben que eres para una relación seria. No eres dada a las aventuras… -Todos asintieron con la cabeza.

Por eso nadie del pueblo me pide para salir, sois unos salidos… –Bromeó ella, logrando que todos lo hicieran también y estuvieran más relajados-. Bueno, me vuelvo a la finca… -Miró divertida a Donovan y Peter-. Espero que éste mal entendido no os haga estar ahora un poco confusos con vuestras preferencias sexuales… -Nadie lo vio venir, en un momento Donovan se plantó enfrente de ella y agarrándola de la nuca como había hecho Peter con él, le atrapó los labios en un beso rápido pero muy sensual. Luego la soltó y retrocedió en sus pasos.

-Mmm… No, realmente sigo con la misma preferencia sexual. Y Peter… -Le guiñó un ojo con humor-. Besas fatal. Puedes estar tranquila Silvia, tú también me has besado el mismo día que Peter. Ahora ya estas en paz.

Rápido, rápido… Tenía que quitar esa expresión de perplejidad de su rostro. ¡La había besado! Y menudo beso… Aún le temblaban las piernas y los sentidos estaban completamente descolocados. ¡Como se atrevía a ser tan canalla! Simplemente le estaba haciendo pagar todo… Y quería marcar su territorio de machito ibérico. Muy bien…

-Bueno, ahora déjame a mí opinar si Peter besa bien o mal… -Dijo acercándose al susodicho hombre, que no sabía a donde mirar que no fuera a Donovan-. No solo vas a ser tú quien compares aquí… -Se detuvo delante de un nervioso vaquero-. Tranquilo Peter… -Le guiñó un ojo-. Puedes estar tranquila que no me voy a enamorar de ti.

-Porque ya lo ha hecho de mí –Replicó Donovan aparentando humor, pero en verdad se estaba conteniendo de no agarrarla por la cintura y sacarla de allí, para enseñarle un par de cosillas.

-Engreído… -Silbó uno de los chicos.

-Lo siento, pero se lo merece –Susurró Silvia cerca de los labios de Peter.

-Vale… -Acabó por aceptar sabiendo que ella tenía razón-. Pero a cambio quiero una explicación de todo esto… -Y acto seguido, fue él quien atrapó sus labios en un cariñoso u duradero beso.

Vaya… Tampoco besaba mal Peter. Pero no sentía con él ese cosquilleo de mariposas en la boca del estomago… Maldito Donovan… Pensó con rabia, justo cuando Peter ya paraba aquella mini venganza. Abrió los ojos y se encontró con un sonriente amigo que le guiñaba un ojo.

-¿Y bien? -Preguntaron los hombres divertidos en espera de una respuesta.

-Que no seáis tan cotillas –Les sacó la lengua-. Yo me vuelvo al afinca, habló sin mirar a Donovan-. Peter, luego en la comida hablamos… Adiós chicos –Y volvió a su jeep con su amante entre manos y un montón de risas. Era obvio que suponían que ganaba Peter al pedirle que hablaran a la hora de comer.

En ningún momento se atrevió a darse la vuelta y mirar cual era la reacción de él. Pero seguro que una sonrisa no tenía. Bueno, al menos podía respirar con calma al tener nuevamente en su posesión a su amante… Se rió al ver el buen humor de sus trabajadores, y de cómo le habían tomado el pelo aquellos dos. Se lo merecían en parte. Pero sabía que se lo harían pagar. Puso la radio a todo volumen y condujo sonriente de vuelta a la finca… Tenía un par de ideas para su novela gracias a Peter y Donovan.

Ahí estaba clavado en el suelo y sonriendo falsamente como un pelele, para que ninguno de los hombres averiguara que en verdad, se estaba conteniendo el impulso de darle una torta a Peter por besarlo a él y a Silvia. Y sabiendo que sí cogía su ranchera, podía detenerle el paso al jeep de ella y darle una verdadera lección en el asiento trasero de lo que era un beso de verdad. Él simplemente le había arrancado uno con pasión, pero apenas de dos segundos. Sin embargo, el gracioso de Peter se había extralimitado en todo aquello… Ya buscaría algo roto para que lo arreglara… Pensó con gran amargor. Y para nada del mundo iba a dejarlos solos a la hora del medio día. Estaba claro, que su plan de seducción comenzaba antes de marcharse de viaje.

Eran las tres y diez minutos de la tarde, cuando Camila llamaba a la puerta del despacho y pedía paso para entrar.

-Tesoro, todos están ya en el mismo sitio de ayer para comer… ¿Me ayudas con las ollas?

-Claro –Sonrió mirando su reloj.- Si que es tarde, no me había dado cuenta.

-Y por lo visto Donovan tampoco… -Indicó Camila-. Los ha tenido trabajando a todos dos horas más… Están esperando con gran apetito –Rió-. Mientras se están dado un remojón con la manguera.

-Me sabe mal por ellos –Dijo con lamento, sabiendo que aquel despiste había sido aposta a causa de lo ocurrido-. Los compensaré… -Cogió la olla y la llevó al jeep para volver a buscar el resto a la cocina, dándole vueltas a su cabeza-. Y ahora haber como está éste… -Habló sola, sin poder evitar que Camila la escuchara.

-¿Quién? –Preguntó cuando ya cargaban lo último en l aparte trasera y emprendían la marcha.

-Quien va a ser… -Recalcó con retintín, pero no pudo evitar reírse-. ¿Quieres saber porqué?

-Por supuesto… Soy toda oídos.

-Por lo que me ha cogido Donovan ésta mañana, Peter ha acabado besándolo en los labios.

-¡Cómo! –Exclamó más que sorprendida la mujer, para después empezar a carcajearse cuando ella le relataba todo.


***

-Venga Donovan… -Se le acercó Peter, cuando éste se estaba quitando la camisa para refrescarse y quitarse la tierra con la manguera-. No me digas que ahora ya no me vas a dirigir la palabra –Seguía ignorándolo al agacharse y coger la manguera para empezar a mojarse la cabeza-. Solo fue un beso… -Señaló en tono de súplica alzándose de hombros. Y viendo que aún no obtenía ninguna respuesta, decidió provocar aún un poco más-. ¿Qué culpa tengo que Silvia prefiera mi beso? -¡Bingo! En respuesta aquello Donovan dirigió el chorro con gran fuerza a su cara.

-Anda refréscate que se te ha calentado el cerebro… -Rió él-. Solo haces que decir tonterías…

-Serás… -Poco a poco iba acercándose a él para intentar apoderarse de la manguera, pero tenía que reconocer que apenas podía ver y menos hablar.

-¡Donovan que vas ahogarlo! –Lo riñó Camila bajándose del jeep de Silvia.
Había estado tan ocupado en ahogar las palabras de Peter, que no se había percatado de la llegada del vehículo. En donde las dos mujeres lo miraban sorprendidos.

-Tranquila Camila –Sonrió sin apartar la mirada de la joven-. No sabes de ese dicho, que bicho malo nunca muere…

-Y tú no sabes que el cazador también puede ser cazado… -Rió el ama de llaves, poco antes de notar un pequeño placaje y como le arrebataban la manguera de sus manos.

-¡Venga ahora dime que yo tenía razón! –Se carcajeó Peter haciéndole lo mismo que le había hecho a él, bajo la sorprendida mirada de las dos mujeres.

-Y luego dicen que yo soy jovencita… -Inquirió en voz baja Silvia, alzando los ojos al cielo y dándoles la espalda para acercarse abrir el maletero del vehículo-. Pues anda que estos dos…

-¿Qué es lo que estas murmurando? –Preguntó Donovan justo tras ella exaltándola al escuchar su ronca voz y notar su aliento en el cuello.

-¡Ha! –Se giró sorprendida con una mano en el pecho-. Ya me escuchaste –Se atrevió a encararlo con cierto orgullo-. Y también añado que eres un idiota, me has asustado.

-Esos insultos te quedan grandes –Soltó socarrón-. Deberías de ser más educada para ser una jovencita –Siguió con su burla-. Deberían haberte lavado en su día la boca con jabón.

-A ti si que te han lavado el cerebro con jabón… Mira en lo idiota que te has quedado –Soltó sin miedo alguno y empujándolo para que se apartara de ella-. Y ahora piérdete… Hay que dar a los chicos de… ¡Ah! ¿Qué haces? –Forcejeó con enfado al verse sujeta contra su pecho de forma firme. No le gustaba ver lo vulnerable que se tornaba su cuerpo ante el simple contacto del hombre. El sentir sus brazos alrededor de su cintura y todo su cuerpo rozando el suyo, la estaban poniendo de los nervios-. ¡Suéltame!

-No, hasta que recibas tu castigo –Rió éste-. Tienes que aprender a ser más femenina. Dale Peter…

-Escucha imbécil, como me mojes un solo pelo te liquido –Amenazó ella a Peter, quien estaba apuntando con la manguera hacia ellos con la expresión de un niño pequeño emocionado ante una buena jugarreta.

-No la escuches –Indicó Donovan, sobresaltando un poco a la joven al inclinar su cabeza hacia abajo y hablar. Pudo notar el roce de su aliento en su cuello. Y sentir como el poco calor le hacía subir la temperatura de su cuerpo a mil grados. Y sabía que él también había notado su reacción-. Ánimo Peter…

-¡No me digas que eres igual de tarugo que éste! –Volvió a protestar en un último intento de salvarse.

-Sí, aquí le hace falta un poco de mano firme a la jovencita –Rió nuevamente su captor, rozando aquella vez su cuello con sus labios en apenas una caricia. Quería que ella notara que aquel contacto era completamente deliberado, no se trataba de ninguna casualidad. Pero no quería que supiera que su plan de seducción ya estaba en marcha.

-¡No! –Gritó demasiado tarde al estar despistada con las reacciones que le estaba provocando Donovan con toda aquella estupidez. Al momento tubo que cerrar su boca y ojos para que no le entrara agua.

¡¡Dios que fría! Al final se habían atrevido a empaparla con la manguera y por más que intentaba escapar, era inútil… Lo único que estaba consiguiendo era subir aún más su temperatura corporal a pesar del chorro que estaba mojándola a ella y a Donovan. Aquel forcejeo que había, provocaba que él se pegara más a ella, hasta el punto que su rostro estaba enterrado en la base de su cuello para no recibir el chorro de agua, y si no se equivocaba sus labios le estaban mordiendo el cuello de forma suave al tiempo que su lengua danzaba contra su piel de forma muy sensual. ¿Pero qué estaba ocurriendo allí? ¿Acaso eran imaginaciones suyas? No lo creía, por las siguientes palabras que escuchó por parte de él susurradas de forma sensual solo para ella.

-No creo que ese trozo de plástico te haga sentir lo mismo…

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