viernes, 23 de septiembre de 2011

Di que sí... Cap 2


2010
Cinco años después…
La bailarina movía todo el cuerpo con destreza, sensualidad y lograba que su acompañante de mesa, el que se suponía era su cita le prestara descarada y abiertamente toda su atención ¡cielos! Ella no esperaba que no la viera, pero por lo menos podía esconder su cara de libidinoso ¡iba a estrangular a Natalia! Dejarse convencer por su socia y amiga no había sido lo más prudente a juzgar por la porquería de cita que le había conseguido. Ella no salía con cualquier tipo, pero Nat había dicho que reunía mil y un cualidades, sí claro… la próxima vez no escogería un restaurante árabe para cenar, no señor. La chica se acercó a la mesa y el tipo le puso un billete en la cinturilla de lentejuelas que llevaba en la cadera. En recompensa ella le bailó casi sobre la mesa, su largo y ensortijado pelo rozó la comida de Krista cuando curvó todo su cuerpo hacia atrás  y se vio obligada a poner las manos sobre su plato. El baile terminó y ella suspiró agradecida y mirando fijamente su comida con la finalidad de detectar algún miserable pelo…

-          ¿Cómo te fue? – La saludó alegre Natalia al otro día.
-          ¿De dónde sacaste a ese tipejo? – Fue la agria respuesta.
-          Oh, tan mal fue todo ¿eh?
-          ¡No, que va! Sí tan solo se la pasó alabándose durante toda la cena, para después coquetear con la chica que bailaba, con la mesera, con una mujer de la mesa contigua y al finalizar la noche no comprendía por que no lo invitaba a subir a mi departamento. – La risita de Nat casi la saca de sus casillas.
-          En serio que jamás pensé que Alfredo fuera tan ruin.
-          Tú solo viste lo atractivo que era, ese es tu error número uno.
-          Lo admito, sí. Pero es que ya no se que hacer contigo. No te gusta prácticamente nadie, desde Callum no he visto que quieras salir ni nada y por eso pensé en Alfredo y bueno…
-          Lo de Callum fue hace tres meses nada más y no te comportes como mi madre Nat ¿quieres? – En  realidad para ella no había existido nada serio desde Luke, hasta que apareció Callum con su sonrisa de niño, esos ojazos azules y bueno, le recordaba a alguien… no sabía bien a quien, hasta que recordó que ese alguien era Luke y hasta ahí llegó el pobre Callum, no importó que su madre lo adorara, que se llevara genial con su padre, no, no importó nada de nada. - ¿Qué tenemos para hoy?
-          Lo de la valla publicitaria.
-          ¿Ya salió Paolo para allá?
-          En realidad tenemos un problemita…
-          ¿Y es…?
-          Se fue la luz en esa zona.
-          ¡Maldición!
-          Y como la valla se conecta directamente a la terminal eléctrica de la calle, pues ya te imaginarás, pero Paolo ya está con los del alumbrado público.
-          Dile que trate de conectarse de la terminal eléctrica de la otra calle. Mientras tanto voy para allá, tiene que salir bien, no queremos decepcionar al novio ¿cierto?
-          Cierto.
Ella ya no era Krista Medeiros, era conocida como Krista Love y es que después de la fortuna vino la fama. Su negocio era de los pocos en el ramo, había sido pionera y todo gracias a Luke, si es que se le podía agradecer la manera tan vil de pedirle matrimonio, todo borracho, gritando estupideces que por un momento le parecieron divinamente románticas, hasta que la mujer con la que acababa de acostarse salió de la parte trasera de la camioneta. Desde esa horrenda propuesta matrimonial, había hecho sus maletas y se había mudado a la ciudad donde recibiría clases de diseño, pero terminó a punto de volverse loca, al repasar una y mil veces la manera en como había terminado todo con Luke, decidió que era su deber proporcionar inolvidables propuestas matrimoniales a otras mujeres y que no corrieran con su pésima experiencia, tenía que tomar lo malo para convertirlo en algo bueno o de lo contrario jamás lograría arrancarse a Luke de su ser. La única que la apoyó en su loca idea fue Natalia, amigas desde el colegio, eran inseparables. Iniciaron tímidamente pero en poco tiempo estaban siendo solicitadas con mucha frecuencia, tanto que ahora trabajaban por todo el País y tenían varias sucursales, que eran atendidas directamente por ella, Natalia y varios eficientes equipos instruidos por ella.
Así que era buscada para realizar propuestas matrimoniales, la de ese día era sencilla en teoría. La novia del hombre que la había contratado, tomaba el mismo autobús todos los días hacia su trabajo y siempre se sentaba en el mismo asiento, así que en un lado del camino por donde el autobús tenía que bajar la velocidad al ser zona escolar, pondrían en enormes letras brillante en la valla: MEREDITH ¿QUIERES PASAR EL RESTO DE TUS DIAS A MI LADO? CASATE CONMIGO. TU OSITO, ALEXIS. Y  el hombre estaría al lado de la valla con un ramo de rosas.  Esa era la idea y todo saldría bien si la luz regresaba. Camino al sitio se le ocurrió algo más, enseguida le marcó a Paolo.
Todo salió a pedir de boca, se conectaron de la calle aledaña, e hicieron parar el autobús usando un montón de niños que salían de la escuela, les habían pedido que no cruzaran hasta que vieran el autobús acercarse, el cual obviamente se detuvo.
La chica vio casi inmediatamente lo que decía la valla, se llevó las manos a la boca y sus ojos se le llenaron de lágrimas, ella lo sabía por que estaba sentada justo al lado.  La joven buscó con la mirada a su novio, sacó la cabeza por la ventana en su afán por verle pero no estaba, el autobús se detuvo en cuanto Krista así lo indicó al chofer. La chica se levantó y el paso le fue bloqueado por el conductor en cuanto se disponía a salir, impaciente e irritada levantó el rostro para protestar cuando con gran asombro se dio cuenta que el chofer era su novio, el cual se quitó la gorra, se arrodilló en medio del autobús y le dijo ¿te casas conmigo? La chica balbució un SI y empezó a llorar totalmente conmovida, la gente que iba comenzó a aplaudir. Y a Krista como casi siempre se le hizo un nudo en la garganta…

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