lunes, 10 de octubre de 2011

Di que sí... Cap 8


-          Me han ofrecido un segmento en el noticiero de la mañana. –Le comentaba ella.
-          ¿Sobre como proponer matrimonio a la persona amada?
-          No, en realidad daré algunos tips de cómo dar sorpresas románticas, pero nada sobre propuestas matrimoniales, no tiene sentido que sepan hacerlo por si mismos, me quedaré sin clientes. No quería hacerlo, pero Natalia me dijo que sería excelente como publicidad y Carlos también insistió.
-          ¿Carlos?
-          Sí, el conductor del programa, ha sido muy amable.
-          Claro… - Casi lo dijo gruñendo.
-          ¿Decías?
-          ¿Te refieres a ese conductor que le apodan Casanova?
-          El mismo. – Ella sonrió traviesa, se apoyó en la mesa y tomó su copa de vino. - ¿Estás preocupado por mí? – Dio un sorbo.
-          Estoy preocupado por él. – Ella rió de nuevo.
-          Nunca he sido una Casanova, en todo caso si he tratado con  los de su clase, así que  él y yo estamos a salvo.
-          Intentará conquistarte, lo sabes.
-          ¿Y que tal y soy yo la que lo intenta?
-          ¡¿Desde cuando eres así?! – Alzó la voz ligeramente y eso provocó risas descontroladas por parte de Krista, quiso estrangularla.
-          Han pasado cinco años Luke, ya no creo que la luna es de queso.
-          ¿Eso que significa?
-          Que soy una mujer muy diferente a la que conociste. ¿Qué hay de ti? ¿Sigues siendo el eterno enamorado del género femenino?
-          Hace cinco años solo estaba enamorado de ti. – Vio con satisfacción como le borraba la expresión divertida y burlona de hacía un instante.
-          ¿Sí? Es extraño que me entere cinco años después.
-          ¿Nunca te diste cuenta acaso?
-          A veces las mujeres necesitamos las palabras, Luke. – Dijo con sarcasmo ocultando un repentino sentimiento de dolor y amargura.
-          Pensé que lo sabías ¿Nunca lo sentiste cuando te hacía el amor?
-          ¿Te podrías callar? – sentía caliente la cara, ¡Maldición! ¡Ella no se sonrojaba!
-          Te has puesto roja. – le dijo con sorpresa y en un gesto inesperado puso su mano en su mejilla con una ternura que la sorprendió.
-          Bueno, estamos en un lugar público. – Se hizo hacia atrás para librarse del contacto, un segundo más y habría ronroneado como un gatito.
-          No es que haya saltado sobre ti precisamente-  Esta vez él tenía el control de nuevo, le hablo con voz baja, grave y sensual y ella tragó saliva compulsivamente. Él solía susurrarle al oído o decirle en voz baja cuando estaban en público lo que le haría cuando estuvieran solos. – Quiero besarte. – Lo dijo de pronto, sin pensarlo. Aunque en realidad era lo único que tenía en la cabeza en cuanto la había visto de nuevo.
-          No creo que eso sea buena idea.
-          ¿Por qué no?
-          Estamos bien así ¿Para que complicarlo todo?
-          Siempre hemos sido complicados Krista. – Punto  a su favor.

-          ¿Y luego? – Natalia estaba tirada en el sillón de su oficina oyendo el resumen de lo que había pasado con Luke esa tarde. Tenía una bolsa de papas fritas y la miraba con atención como si estuviera viendo su novela favorita.
-          Y luego nada, no pasó nada.
-          Aburrida.
-          Sensata.
-          Cobarde.
-          ¿Qué no odiabas a Luke apenas ayer?
-          Eso fue hace una semana, y dejé de hacerlo en cuanto supe que era inocente, en realidad tuve que comprobarlo. Charlé largo y tendido con Gema ese mismo día que Luke proclamó su inocencia.
-          ¿Qué tu hiciste que?
-          Me lo contó todo y de paso me lo aclaró Aldo, así que, el hombre es inocente. ¿segura que no quieres ya nada con él? Por que si a mi me propone algo yo digo que sí. – La picó más. – ¿O mejor yo se lo propongo?
-          No sigas por allí. – Le dijo con voz helada.
-          ¡Lo ves, te mueres por él!
-          Ya cállate, y acompáñame, necesito otro par de manos para este trabajo.
-          ¿Quieres hacer un trío con Luke?
-          Graciosita. Iremos a la casa del cliente, quiere que tapicemos la recamara con papelitos adhesivos o post-it y que todos digan: te amo, cásate conmigo… los haremos a mano. Tengo dos equipos en ello y aun no acaban y como veo que te sobra la energía vendrás conmigo.
-          ¿Tapizarla con post-it? Espero que le hayas cobrado bien, mira que idea tan loca.
-          Gracias.
Cinco horas después, seguían sin acabar, eran diez manos, pero la habitación era realmente grande  y usar pequeños papelitos de aproximadamente 5x10 centímetros para tapizar todo, era un tremendo engorro. El resultado estaba quedando único, pero no quería saber como le iba a hacer la pareja para quitarlo todo, eso ya no entraba en su contrato. Al día siguiente tenía un trabajo que requería también diversos preparativos, pero al menos no se trataba de pegar nada. Su teléfono sonó cuando era casi media noche y estaban por terminar, gracias a Dios.
-          Krista Love.
-          Soy yo. – La profunda voz de Luke la hizo estremecerse.
-          ¿Cómo es que tienes mi número?
-          Ciertamente no gracias a ti ¿Ya has terminado? Natalia me dijo que el trabajo de esta noche era realmente fastidioso.
-          Así que ella te dio mi número.
-          ¿Tienes hambre? Estoy cerca de donde estás te puedo llevar algo.
-          No, no. Ya casi acabamos. No tengo hambre – Natalia que estaba en el otro extremo de la habitación la oyó y gritó que era una mentirosa. ¡Pequeña entrometida! Escuchó la risa de Luke. – Natalia también me dio la dirección, les llevaré algo. Te veo en unos minutos.
-          No, espera… Luke… ¡Luke! ¡Natalia! – la traidora corrió a encerrarse en el baño.


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