lunes, 12 de diciembre de 2011

El león blanco, Blackdalion 3

Éste es el segundo , en realidad tercero, de mi saga épica Blackdalion, estos días extrañaba a mis personajes, así que quise compartirlos con ustedes...

Blackdalion
El león blanco

Kalymera corría con toda la fuerza de su cuerpo pero el aire comenzaba a faltarle. Tres hombres furiosos la perseguían y si la alcanzaban estaría perdida. Eran más rápidos que ella, más fuertes y ,definitivamente, muy temibles.
La estaban alcanzando ya no tenía escapatoria. Repentinamente sintió los fuertes brazos de uno de ellos cerrarse en su cintura y atraparla.
Era demasiado tarde. Se  enfrentó a ellos , tratando de mantener la compostura.


-¡Diablos Kaly nos has hecho correr !.No vas a irte esta vez – gruñó el hombre que la tenía sujeta-
-¡Claro que no , señorita.! –agregó otro y el tercero se limitó a gruñir-
La joven esbozó una media sonrisa y se rindió.
-Está bien chicos , ésta vez ganan. Volvamos a casa.
Los tres gigantes, sus tres hermanos , asintieron y la guiaron a casa.
Kalymera era la menor de la familia y no sólo en edad sino que su estructura física era muy diferente a la de sus tres hermanos. Ellos eran muy altos y anchos de espaldas como su padre, de cuerpos fibrosos moldeados por las batallas y el entrenamiento. En cambio , ella era  delgada, de apariencia frágil como su madre pero más bajita que ésta. Sin embargo para ser pequeña se las arreglaba muy bien para causarles problemas.
Ellos se desvivían por su hermanita y desde el día de su nacimiento se habían  impuesto como deber protegerla con sus vidas. Pero mantenerla a salvo les resultaba más complicado que batirse en una guerra, además sus padres siempre los culpaban por todo lo que le sucedía. Su pequeñez física le servía a la joven para escurrirse de su celoso cuidado
Así fue como a los ocho años Kaly se quebró un brazo al caerse de un árbol mientras estaba bajo la vigilancia de Caleb. A los doce se emborrachó con el vino de su padre confundiéndolo con el jugo de frambuesa, mientras estaba bajo el cuidado de  Connor .Y casi se ahoga en el lago por rescatar a una rana, mientras Ennis la vigilaba.
Aquellos hombres que no temían a nada temblaban cuando a ella se le ocurría algo y su última idea había sido asistir al baile del pueblo, aún  cuando su padre lo había prohibido. Su intento de saltar la prohibición paterna había ocasionado aquella ridícula persecución.
  Cuando la pareja entró a su hogar, agotada por el viaje que había realizado lo primero que vio fue a sus tres hijos parapetados en el salón de estar y a un jovencito acurrucado en un  sillón.
Kyrios iba a preguntar quién era el muchachito cuando reconoció a su hija bajo las sencillas ropas masculinas.
Su voz grave resonó por todo el salón.
-¿Qué sucedió esta vez?
-Quiso ir al baile – explicó Ennis bajo la mirada furibunda de su hermana
-Kalymera te prohibimos que fueras...- intervino enérgica su madre.
-Pero...- la joven trató de defenderse pero su padre no la escuchó.
-Hay problemas en el pueblo, han llegado extraños y la situación está complicándose Kalymera, no es seguro que andes por allí por eso te pedí que no fueras...
-Padre...
-Son tiempos difíciles y creí que lo entenderías, es hora de que madures y obedezcas.  Con tu actitud no sólo te arriesgas tú, también pones en peligro a tus hermanos.... ¡No quiero escucharte vete a tus aposentos y a ver si aprendes a comportarte  de una buena vez!
  En realidad Kyrios se había descontrolado por el miedo, si Kalymera no obedecía  cómo podría protegerla. En su reciente viaje él y Elady habían recibido inquietantes noticias, un viejo enemigo había regresado del exilio y  sabía que éste no dudaría en atacar a sus seres queridos. De ser posible Kyrios hubiese dado su propia vida para evitar que la guerra y el dolor rozaran a su hija
Aún así la dolida mirada de la muchacha le había entristecido, no estaba acostumbrado a discutir con su hija menor.


-¿Kaly?
La joven sintió que  alguien entraba en su dormitorio y la llamaba suavemente. Cuando levantó el rostro de la almohada vio a su padre junto a ella.
-¿Podemos hablar? – preguntó él inseguro.
Kalymera se acomodó entre las sedas que la cobijaban y lo invitó a sentarse.
-Lamento haberte gritado hija, pero algo está sucediendo y hasta que no sepa qué es y cuáles son los riesgos no quiero que te alejes de casa. Yo no soportaría que algo te sucediera Kalymera, tú y tus hermanos son lo más valioso que tengo además de tu madre y quiero protegerlos ¿me entiendes? – preguntó el hombre turbado-
-Sí papá, lamento haber desobedecido.- contestó sinceramente Kalym que no estaba acostumbrada a ver  a su fuerte padre preocupado.
-Kalymera por un tiempo quiero que no  te alejes de casa,  si no queda otra opción quiero que vayas acompañada.
-Papá....
-Por favor hija, tengo razones para pedirte esto. Nunca coartaría tu libertad por capricho. Tienes que confiar en mí. ¿Kal?
-Está bien – se rindió ella-
El hombre la abrazó y le dio un beso en la frente antes de retirarse.


Elady estaba  sentada en la cama  cepillando su larga cabellera. Era madre de cuatro “adultos” pero seguía siendo hermosa. Su cabello rubio caía como una cascada y cuando su esposo entró a la habitación se quedó observándola en silencio.
Se acercó a ella , tomó el cepillo de sus manos y lo pasó por el deslumbrante cabello con una asombrosa suavidad y destreza.
-¿Qué te preocupa amor? – preguntó a su mujer.
Ella se volvió a mirarlo, la conocía demasiado bien .
-Nuestros niños. Caleb sigue con esa tonta idea en la cabeza...
-¿Lo sabías?
-Claro que sí, soy su madre. Además los Blackdalion no sirven para ocultarme cosas – dijo ella altanera.
-Dale tiempo...ya lo pensará mejor.
-¿Y Ennis? .Cada vez está más confundido con ese poder suyo y no puedo ayudarlo ¿Qué sabemos nosotros de magia, Kyrios?
-Bastante, creo que hemos hecho magia criando a esos cuatro.
-¡Kyrios!
-Tranquila amor – dijo serio – encontraremos ayuda para él , si nos deja.
-Y Connor, ¿es que nunca va a tomar nada en serio?.Hace dos días que anda de fiesta por ahí...
Kyrios no supo que responder a eso.
- Pero quien más me preocupa es Kalymera – continuó ella.
-Ella está bien...nosotros la cuidamos
-Eso es lo que me preocupa...
-No entiendo
-Está creciendo  Kyrios , nuestra hija es una mujer, ¿me puedes decir qué hombre va a acercarse a ella si ustedes parecen  perros de caza a su alrededor?
-¡Qué adorable descripción!. Yo llegué a ti ¿no es cierto....?
-Mis hermanos no eran como tus hijos...- contestó ella sin ver la extraña mueca que él esbozaba
- Ely , no debes preocuparte ,el hombre adecuado llegará a ella así deba luchar contra los “perros de caza” que la rodean. Además estaremos seguros de que merece su amor...y Kalym es demasiado joven aún.
 Elady evitó recordarle que su hija tenía la misma edad que ella cuando  se conocieron. No quería preocuparlo más de lo necesario. Sin embargo sí agregó otro comentario
-Kyrios...además  la forma en que la protegen la perjudica, ¿qué será de ella si ustedes no están? ¿cómo saldrá adelante...?
-Ella estará bien, amor mío ¿olvidas que es hija tuya?
Su mujer lo miró interrogante
-Ella es como tú ,parece frágil pero es muy fuerte y sabe cuidar de sí misma. Kalymera sabrá salir adelante en cualquier situación...No debes preocuparte por nuestros hijos , hemos hecho un buen trabajo, todos estarán bien...Aunque tal vez debemos preocuparnos por Connor , me temo que él no tiene remedio...
Elady río y abrazó a su esposo, él tenía razón, sus hijos estarían bien.

Kalymera estaba sentada junto a una ventana  frente a la biblioteca. Allí, a puertas cerradas ,estaban reunidos su padre y sus hermanos. La joven concentró su mirada en el escudo familiar que prescindía el umbral del salón. Lo componían dos leones enfrentados, uno blanco y uno negro, desde siempre se había identificado a los hombres de su familia con aquel animal. Su padre era llamado el León Negro y desde que sus hijos varones habían demostrado su misma habilidad en la lucha , padre e hijos habían sido llamados los Cuatro Leones.
Algunas vez ella le había preguntado a Kyrios qué significaba el león blanco del blasón, él le había dicho que tenía su propia versión  sobre el símbolo y que algún día se la contaría,“cuando llegue el momento”, había respondido enigmático su padre.
Recordaba también haberse quejado de quedar excluida y que su hermano menor había dicho que lo arreglarían agregando un gatito al escudo, desde aquel día Connor la llamaba Gatita.
Era un apodo cariñoso pero a veces ella sentía que era un recordatorio de que no pertenecía al exclusivo clan de los leones Blackdalion,  la adoraban pero también la mantenían al margen en su afán de protegerla.
La joven desvió melancólica su mirada hacia el paisaje cuando sintió que su madre se acercaba.
Por qué ella no podía tener esa serenidad  que irradiaba Elady ,por qué en su interior todo era agitación.
Hubiera deseado tener el aplomo y la belleza que todos admiraban en su querida madre, seguramente nunca se había metido en problemas o había hecho algo fuera de lugar como ella.
Elady contempló a su hija. Vio el cabello castaño cayendo desordenado por su espalda y la preocupación reflejada en sus ojos azules, Kalymera estaba creciendo muy deprisa . La personalidad de su hija pequeña era una mezcla contradictoria, esa misma tarde había atendido a un grupo de damas y había sido la perfecta anfitriona. Elegante y femenina, sabía de moda y bailes como cualquier jovencita de su edad pero también tenía una curiosidad  desmesurada que la había llevado a ser una ávida lectora  y a  meterse en problemas. Había  algo salvaje en la personalidad de Kalymera que la distinguía y diferenciaba de las otras mujeres. Era una Blackdalion, sin lugar a dudas.
-¿Qué sucede hija? – preguntó Elady  al llegar hasta ella
-¿Cuál es mi lugar ? - preguntó la joven desconcertándola.
-¿Tu lugar?
-Sí , mi lugar, no me parezco a ti y desde ya no pertenezco “al cuarteto “ (así llamaba a su padre y sus hermanos) porque no soy un hombre. A veces creo que no me parezco a nadie...
-Bueno...- le respondió acariciando su cabeza- tu padre dice que te pareces a mi, aunque no creo que fuera un elogio – Kalym la miró sin entender- , yo creo que te pareces también a él. Y en cuanto a que eres diferente, todos lo son. Caleb es demasiado serio y responsable , a veces creo que carga el peso del mundo él solo. Ennis, bueno, tiene ese poder que lo confunde y lo hace introvertido y Connor...es el contrapeso de su hermano mayor, todo diversión sin responsabilidad. Cada uno de ustedes es único Kaly .Mi niña...tú eres una promesa de cosas maravillosas y estoy segura que pronto encontrarás tu lugar.

Los afamados  árboles de cerezo que le daban nombre al castillo aún estaban florecidos y el paisaje era maravilloso. Kalymera estaba descansando debajo de uno de los árboles mientras observaba a su padre y sus hermanos entrenar.
Era un espectáculo fabuloso y cuando Kaly los veía tenía la sensación de que ellos bailaban. Aunque eran altos sus movimientos eran ágiles y elegantes , incluso su padre se movía con rapidez a pesar de su edad , los años no habían hecho mella en él , era  tan fuerte como sus hijos y su experiencia en las batallas lo hacía letal.
Se movían lanzando y esquivando golpes , ella  los recordaba , pocos días atrás ,bailando en la fiesta del Conde con la misma gracia con la que manejaban sus espadas.
Escuchó el ruido del metal y a Connor provocando  a su hermano mayor.
Tres cabezas oscuras y una rubio plateado.
Su padre solía  decir que incluso en eso Connor lo había provocado, los hombres Blackdalion tenían cabello oscuro. En realidad era una broma pues todos sabían que cuando su rubio hijo había nacido a él le había fascinado que tuviera el cabello y los ojos  como Elady, prueba de esto era que siempre lo había consentido.
Kalym sonrió al pensar en sus hermanos, todas las muchachas los adoraban . Les encantaba la seriedad y seguridad de Caleb, tan parecido a un héroe de cuentos; querían  curar a Ennis de su melancolía y conocer sus misterios, pero sobre todo eran capaces de cualquier cosa por una sonrisa del inconstante Connor. El menor de sus hermanos se descuidó y recibió un fuerte golpe de su padre.
-¡Descuidaste tu guardia Conn!  - le gritó ella
-Claro que no gatita – se quejó él
-Moviste  tu brazo antes de tiempo – insistió la joven acercándose
-Ella tiene razón Conn – lo molestó Ennis
-Cállate –respondió escuetamente
-Ven Kaly, enséñale a tu hermano de que hablas – le sugirió su padre  alcanzándole una espada liviana.
 Kyrios le había enseñado a su hija a usar la espada desde pequeña, si bien ella no tenía la destreza de sus hermanos era muy capaz de defenderse  con la esgrima.
Ella y su padre repitieron los mismos movimientos  que él había hecho con Connor pero cuando lanzó el ataque , ella movió su brazo y lo esquivó. Ennis y Caleb le aplaudieron y ella les hizo una reverencia mientras Connor  protestaba.
-Presumida – le dijo él pero con una encantadora sonrisa que  demostraba su profundo afecto.
La joven los observó detenidamente.  Su pericia como guerreros era  famosa. Padre e hijos eran los dignos representantes de un legendario linaje pero para Kalymera eran sólo su padre y sus hermanos. Y la muchacha no imaginaba su vida sin aquellos cuatro hombres.

La habían enviado a buscar a Ennis a la torre norte, ese era el refugio usual de su hermano. Cuando llegó el joven estaba recostado sobre el alfeizar de la ventana haciendo volar una pequeña hoja entre sus dedos. Ennis  había nacido con un extraño don que le permitía entre otras cosas mover objetos con el poder de su voluntad. Si bien no era insólito que  hubiera gente con aquellos poderes , en él sólo era un atisbo de magia  al que ni siquiera podía controlar totalmente. Aquella situación le causaba pesar, sabía que era diferente , no era un mago ni tampoco era como la gente común.
Su mirada azul perdida en la distancia como si analizara alejados y oscuros pensamientos le revelaron a Kalymera el estado  anímico de su hermano.
-Mamá pregunta si vas a ir a comer – dijo suavemente la joven acercándose a él.
Ennis se volvió hacia ella y haciendo un gesto brusco dejó caer la hoja.
- No tengo hambre – sentenció él
-Tienes que alimentarte bien, si no, no vas a crecer – dijo ella divertida mirando el alto cuerpo de su hermano. Una chispa de humor brilló fugazmente  en los ojos de él.
-¿Por qué yo? –preguntó con enfado – Ninguno en nuestra familia ha tenido el Don, ninguno de ustedes lo tiene.
-Supongo que la naturaleza es sabia – dijo ella  mientras él la miraba interrogante- Acaso te imaginas a Caleb con un poder así, ya se cree omnipotente sin tenerlo.- sonrió ella-¿Y Connor?
-Los dioses nos libren – dijo Ennis con una mueca exagerada.
-Tampoco  yo sería una buena candidata – dijo ella desilusionada y sus ojos brillantes expresaban las posibilidades que se le ocurrían a Kalymera de haber contado con semejante poder-¿Ves?, tú eres el único candidato.Vamos Ennis , no puede ser tan malo. Aprenderás a controlarlo algún día. – dijo ella restándole importancia a la preocupación de él.
-Kal yo he conocido a hombres y mujeres con el Don. Ninguno de ellos tiene que esforzase, no funciona así, el poder fluye de ellos con facilidad. Es como si  en mí estuviera averiado o algo...supongo que sólo es una chispa.
-Eres distinto a ellos.
-Dime algo que no sepa –replicó amargado
-Me refiero a que eres el único en nuestra familia que lo tiene.
-¿Y...?- preguntó mirándola con impaciencia-
-Quiero decir que es como tu aspecto físico : la fuerza, la resistencia ,los músculos que tienes. A ustedes tres les viene  de herencia  por papá. Es una característica física que se  ha perfeccionado con cada generación hasta llegar a ustedes. Con el Don pasa lo mismo, a esos hombres que tú has conocido les viene como herencia o bien se han criado entre personas como ellos, por eso es tan fácil. Sin embargo tú eres el primero , así que es lógico que te cueste , debes empezar desde el principio. Ya sabes, como si aprendieras a leer pero sin que te guíen, paso  a paso.
Su hermano la miró agradecido. Sinceramente le preocupaba aquella chispa de poder que no sabía controlar. Al principio había pensado que Kalymera estaba desvariando pero sus argumentos lo habían reconfortado. Una vez más se asombró de la inteligencia de su hermana, de la  forma en que lo conocía y que lo comprendía. Estaba creciendo muy deprisa. No pasaría mucho tiempo hasta que alguien descubriera que maravillosa mujer era. No estaba seguro si aquello lo aliviaba o lo preocupaba.
-Tienes razón Kal, vamos a comer – dijo recuperando el buen humor- creo que después de todo , tengo hambre y unos pocos centímetros más no me vendrían mal.
-Uff – gimió la joven que era la “petisa “ de la familia.


Desde que le habían prohibido alejarse del castillo Kalym deambulaba de un lado al otro investigando cada rincón de su hogar.
En sus paseos había descubierto una armadura oxidada y dos hermosos tapices olvidados en  el desván ,y  había aprendido a cocinar en sus continuas excursiones a la cocina. Pero su paseo favorito seguía siendo recorrer el  espacioso  y cuidado jardín. Allí encontró a Caleb .
-¿Qué  te sucede Caleb? – preguntó Kalymera a su hermano mayor que estaba silencioso y pensativo en un  banco .
-Ven y te cuento, pero no quiero que le digas a nadie aún – contestó él y ella intrigada se sentó junto a su hermano.
-He decidido pedir la mano de  Maris en matrimonio – anunció él serio
Kalymera se sorprendió tanto como si su hermano le hubiera dicho que pensaba convertirse en artista ambulante. ¿Casarse con Maris?. Kalym no podía imaginar algo más descabellado que ver a su hermano mayor casado con aquella vana muchacha.
-¡Pero si no la amas! – exclamó escandalizada .
- Oh Kalym – respondió con paciencia- esto no tiene nada que ver con el amor . Estoy por cumplir veintisiete años, es hora de que me establezca. Ella es una joven encantadora, tenemos intereses en común. Además será una buena esposa para mi, es seria y tranquila  , un complemento ideal para mi forma de ser.
-¿Pero y si te enamoras de otra?
-Kal , yo no creo en los grandes amores...
-Pero mamá y papá ...- lo interrumpió ella
-A eso me refiero, ellos son la excepción a la regla Kalymera. Un amor como el de ellos es algo único. Me temo que nos han hecho tener falsas expectativas...lo común es que los matrimonios sean  algo así como una”conveniente sociedad “, no un amor épico como el de nuestros padres...
-Estás equivocado...
-Kalymera , conozco más el mundo que tú y créeme que digo la verdad
-Yo quiero creer y quiero un gran amor no una simple sociedad...
-Y yo deseo con toda mi alma que lo tengas  hermanita, no quisiera verte con alguien que no  te adore...
-O sea que está bien para mi, pero tú vas a vivir sin amor...
-No necesito que nadie me adore Kalymera, tal vez Connor sí  lo necesita– dijo con una sonrisa- pero yo no. Me basta el respeto mutuo y tener intereses semejantes....No creo que me caiga del cielo una mujer  en los brazos y que me enamore perdidamente
-Sabes Caleb, eres mi hermano mayor pero a veces eres tan tonto...- fue la diplomática conclusión de Kalymera antes de dejar sólo a su hermano con sus pensamientos.
“Casado con Maris” “Sin amor”...Kaly movió la cabeza tratando de negar aquella posibilidad y con la esperanza de que cuando se enteraran, sus padres le impidieran a Caleb cometer ese desatino.
Primero Ennis y después Caleb. Kalymera estaba empezando a sospechar que el único que estaba en sus cabales era el insensato de Connor.

-¿A qué se debe esa cara larga Gatita? – Preguntó Connor sentándose junto a ella.
-Caleb  y Ennis – contestó con fastidio- ¿Sabes Conn? , he empezado a pensar que tú eres el más sensato de mis hermanos.
-¡Vaya! , qué han hecho esos dos para caer del altar y dejar que yo pase al primer puesto.
-Connor prométeme que no vas a casarte a menos que estés terriblemente enamorado – le exigió ella con pasión, evitando contestarle su pregunta.
-Si quieres puedo prometerte  que nunca voy a casarme, después de todo no quisiera que ninguna de mis admiradoras se sintiera defraudada.
-¡Connor! – lo reprendió ella con impaciencia.
-Así que eso era – comentó él reflexivamente- Caleb ha decidido casarse con Maris después de todo,  ¿ verdad?
-¿Cómo lo supiste? ¿te contó? –lo interrogó asombrada
-No fue necesario .Kalymera, que yo sea un cabeza de chorlito , no significa que no conozca a mis hermanos. Los conozco demasiado bien. –aseveró él fijando su mirada plateada- .Yo también creo que es una equivocación terrible , no será feliz con ella  pero es demasiado obstinado para escuchar razones. Aún así no voy a dejar que salga lastimado.
  Kalymera tuvo la repentina sensación de que había un aspecto que desconocía de su hermano, con aquella actitud seria y concentrada, preocupado por Caleb, se veía diferente.
Por un segundo Kalym pudo vislumbrar al verdadero Connor y tuvo la sospecha de que en el menor de sus hermanos se reunían las mejores cualidades de la familia.  No era tan reservado y altivo como Caleb ni  tenía la inseguridad  y melancolía de Ennis . A pesar de su continua tendencia a vivir aventuras desopilantes y meterse en problemas, era leal, valiente y generoso.
Su padre solía reprenderlo diciendo  que  era el primer Blackdalion en una serie de vergonzantes categorías :“Eres el primer Blackdalion en caer preso por disturbios, el primero del que las madres advierten a sus hijas...” ,  y la lista era interminable . Sin embargo Kalymera sentía que su hermano llevaría honor a su apellido y cuando le habló, su voz denotaba lo orgullosa que estaba de él.
-Connor- murmuró tratando de expresarle lo que sentía.
-Todo estará bien – respondió él comprensivo mientras la abrazaba. También el joven pudo vislumbrar con admiración la formidable mujer en la que se convertiría su hermanita- Querías que te hiciera una promesa, te haré dos, ya que me gusta consentirte. En primer lugar no me casaré a menos que me des tu aprobación y en segundo lugar, si Caleb persiste en esta tontería yo mismo lo detendré, aunque deba hacerlo a punta de espada .Puedes estar tranquila porque los Blackdalion siempre cumplimos nuestra palabra.
-Te quiero Connor – dijo ella conmovida.
-Yo también Gatita. – le respondió dedicándole una de sus deslumbrantes sonrisas.


Los días transcurrieron en calma hasta que llegó Dominick con noticias.
Kalymera sólo escuchó fragmentos de la conversación de Dom con sus padres, pero percibió la preocupación en sus voces.
“ Tendría que haber terminado aquella vez”  había dicho Kyrios . “Se unió a un poderoso mago y el rey está preparando un contraataque para detenerlos” había comentado Dominick.
No entendía muy bien que pasaba, entreveía que tenía que ver con algunos sucesos pasados sin embargo ella no sabía muy bien cuáles eran .
La joven nunca había visto a su madre tan preocupada , al poco tiempo ella compartió la misma aflicción.
Su padre partió con Caleb,  y Connor con Dom , iban acompañados por el ejército Blackdalion.
Kalymera los vio partir desde el torreón norte, el estandarte familiar ondeaba en el aire, despidiendo a los guerreros que se marchaban.
Sólo Ennis había quedado en el Castillo con la estricta orden  de cuidar a su madre y hermana.
“¿Quién cuidará de ellos ?” – se preguntó con tristeza  Kalymera .
A pesar de que había mucha gente , aquellos días el castillo se había convertido en un lugar solitario. Los ecos de la guerra parecían resonar en cada rincón anunciando tiempos funestos.
Kalymera ni siquiera tenía ganas de hacer travesuras, se contentaba con estar leyendo junto a Ennis en  la torre norte. Se acurrucaba en un pequeño sillón y trataba de no pensar en los peligros que acechaban a los suyos.
Tiempo después Kyrios se arrepintió de haber sido tan precipitado y no haberse preocupado más por la seguridad del castillo pero ya era tarde y sus enemigos aprovecharon aquel descuido.
Era una tarde fría y Elady había ido al pueblo a ocuparse de sus tareas como Señora del lugar, en ausencia de Kyrios ella debía encargarse de las necesidades de todos.
Ennis estaba en el arroyo cuando ellos llegaron. Los vio a la distancia y salió a todo galope hacia el castillo . Los guardias y los sirvientes estaban luchando para impedir que los invasores entraran , el joven vio a un pequeño grupo penetrar por la puertas y distinguió a Kalymera esgrimiendo una  espada contra ellos.
Corrió tras su hermana abriéndose camino con certeras estocadas . Llegó dificultosamente al salón y vio como rodeaban a la joven, la fuerza de su furia agilizó sus movimientos y llegó con rapidez hasta ella. Luchó con fiereza apartando a Kaly de los enemigos, sin embargo eran demasiados y sabía que no podría detenerlos por mucho. En el pueblo había una partida de hombres acompañando a su madre pero presentía que no llegarían a tiempo.
El miedo, la necesidad de proteger a  Kalymera despertaron una fuerza desconocida en él, cuando unos de los hombres se abalanzó sobre la muchacha ,gritó con potencia y sintió como el poder estallaba en su interior .
-¡Vete Kalymera! – clamó él señalándola y la joven vio una extraña luz desprenderse de las manos de su hermano. Sintió que la envolvía y apenas vio como se lanzaban sobre él golpeándolo antes de quedar cegada por la luz.
-¡Ennis! –gritó abriendo los ojos y al hacerlo descubrió horrorizada que ya no estaba en el Castillo. Ni siquiera estaba en un lugar conocido, de alguna manera Ennis la había enviado allí, lejos del peligro.
Era tierra yerma, rodeada por escasa vegetación .”¿Dónde estaba?, ¿Qué había pasado con su hermano?”
Su padre solía decir que  la desesperación era  la peor consejera en una situación de riesgo, así que ella trató de ignorar el temor que sentía.
Lo primero era averiguar donde estaba para poder regresar a su hogar. Trató de apartar de su mente lo que había sucedido con su hermano,” tal vez estaba muerto y su madre...”, sacudió la cabeza para borrar aquellas imágenes y empezó a caminar decidida. No se veía a nadie por los alrededores ,pero tal vez hubiera un poblado cerca  donde obtener la información que necesitaba.
Ella era una Blackdalion – una muy asustada- y no iba a darse por vencida.
Avanzó un largo trecho pero  llegó la noche y Kaly decidió descansar un rato, no tenía sentido avanzar a tientas ,además estaba agotada. Haciendo a un lado sus preocupaciones se acurrucó  a la intemperie rindiéndose al sueño.
Despertó al amanecer  estremecida por el frío. Estaba hambrienta  y  aunque deseaba dormir para olvidar  no podía quedarse quieta más tiempo , debía continuar.
Caminó por horas hasta que el paisaje cambió y la presencia de cultivos le indicó que se acercaba a un pueblo.
Llegó al atardecer  y lo primero que encontró en su camino fue un niño llorando. Kal corrió hasta él y lo consoló. Aquel fortuito encuentro significó una solución para la joven , ya que la madre del niño agradeció su gesto invitándola a su casa.
La joven le contó que estaba  perdida y lejos de su hogar, evitó especificar las circunstancias ya que había cosas que ni ella entendía, la buena mujer se compadeció ofreciéndole alimento y hospedaje.
Hablando con ella , Kalymera  descubrió que estaba muy lejos de su hogar. ¿Cómo pudo Ennis mandarla hasta allí? .Tardaría meses en regresar.
Le preguntó a la mujer si había alguien que pudiera darle información o guiarla en su viaje de regreso. Con pesar, ella le informó que ellos solo eran campesinos , ninguno había viajado más allá de Colten ,un pueblo que estaba a dos días de viaje. Sin embargo le comentó que en esos días había un mago en el pueblo, era un artista errante que viajaba continuamente, estaría un día más allí y luego partiría hacia el sur, seguramente podría ayudarla.
“Mañana puedes verlo en la plaza”  le dijo la mujer  a Kalymera que pasó la noche en aquella casa, mientras  en sueños su corazón iba hasta el Castillo de los Cerezos y los suyos.
 Cuando despertó pensó que todo había sido un sueño, sin embargo bastó un segundo para descubrir que era verdad. Se levantó y ayudó a su benefactora a preparar el desayuno, luego jugó con los niños y les contó historias.
-Serás una buena madre – le dijo la joven viuda y Kaly le sonrió
Nunca había pensado demasiado en ser madre,  no se imaginaba como una mujer doméstica.
Ella soñaba con conocer el mundo y vivir aventuras como sus hermanos. Sin embargo ahora , tan lejos de su hogar , la idea de tener un día su propia familia le pareció agradable.
Al mediodía fue hasta la plaza donde el mago daba su espectáculo.
Estaba en el centro rodeado por un montón de personas que recibía su acto con profundas exclamaciones de asombro y   sonoros aplausos. Ella no podía verlo muy bien, estaba cubierto por una capa  negra con capucha y era alto,  aunque no tan alto como sus hermanos pensó con nostalgia. El hombre era hábil, creaba bolas de fuego  que giraban sobre sí mismas y  hacía aparecer flores y pájaros que salía volando y trinando alegremente de sus manos. Los niños lo miraban con fascinación y por un momento Kalymera también  se vio atrapada en la ilusión de la magia.
Cuando el acto terminó y la gente empezó a dispersarse Kalym se  acercó hasta el hombre.
-Hola  -dijo intentando llamar su atención , entonces él bajó su capucha y se volvió hacia ella. Lo primero que pensó la joven  era que tenía un aspecto feroz y frío. Sin lugar a dudas su cabello negro y sus ojos celestes claros, casi blancos, enmarcados por oscuras pestañas contribuían a resaltar aquel aspecto. Además la miraba con expresión ceñuda, como si ella fuera una molestia.
-¿Qué quieres? – preguntó sin gentileza.
- Me dijeron que viaja hacia el sur y me gustaría acompañarlo .Su experimentada guía me ayudaría mucho – comentó ella
-Lo siento . Viajo solo – respondió él escuetamente y se retiró sin darle tiempo a nada más.
Enfadada la joven regresó a la casa de la viuda que la albergaba. Ya había tomado una decisión.
Al atardecer  abandonó el pueblo , siguiendo a escasa distancia al huraño mago .
Le había cambiado a la viuda su costoso vestido  de seda por dos prácticos vestidos de lana y una vieja capa, además  del cambio de ropa, llevaba alimentos que la mujer le había obsequiado en un maltrecho morral que colgaba de su hombro.
 Caminó unos pocos metros fuera del pueblo cuando vio que el hombre se detenía. Cuando llegó hasta él , éste la tomó por un brazo y le preguntó alterado.
-¿Qué crees que haces? Dije que viajaba solo
-Lo entendí la primera vez- contestó zafándose -  pero nada impide que yo vaya por este camino, no creo que seas el dueño.
El hombre emitió un gruñido como toda contestación. La joven sonrió  triunfante.
-A propósito , me llamo Kalymera Blackdalion – dijo extendiendo una mano que él ignoró- Se supone que debes presentarte , acaso tus padres no te lo enseñaron
-No tengo padres, así que hay muchas cosas que no me enseñaron – contestó él con una mirada intimidante , mientras con paso enérgico se alejaba de ella.
  Sin embargo Kalymera que estaba acostumbrada a tratar con hombres intimidantes no se inmutó y lo siguió , si él conocía  el camino  ella no pensaba darse por vencida.
 Él caminaba deprisa, tratando de perderla, pero ella, acostumbrada al ejercicio, le seguía el paso, apenas los separaban unos pocos metros.
Horas más tarde los gruñidos de su estómago le recordaron que había pasado mucho tiempo desde su última comida. Se sentó a la vera del camino y sacó de su morral un poco de pan, carne y frutas.
Por el rabillo del ojo alcanzó a distinguir al mago que la observaba. Hizo un gesto de invitación pero como respuesta el hombre se sentó lejos de ella y se dispuso a comer un pedazo de pan, obviamente duro, que llevaba en su propio bolso.
Él era insufrible.
Tras un par de mordiscones el hombre se levantó y siguió su marcha, Kalym hizo lo mismo, no pensaba darle ventaja.



La lluvia llegó repentinamente, si bien el cielo oscuro anunciaba mal tiempo, Kalymera nunca esperó que la tormenta se desatara tan repentinamente y con tanta violencia.
El agua no la dejaba ver, le costaba moverse, apenas distinguía la figura borrosa del mago. Debería haberse detenido para buscar un refugio pero su obstinación había impedido que lo hiciera. Ahora frente a la furia de la naturaleza se sentía totalmente indefensa.
El cabello mojado le cubría la cara, la ropa empapada le daba frío y el barro que se formaba le impedía caminar.
Trastabilló y cuando iba a caer en el fango sintió que la sujetaban, el mago estaba allí, sosteniéndola. Sin hablar la llevó consigo , corriendo bajo la lluvia, impidiendo que cayera hasta llegar a unas ruinas junto al camino. Kalym, no las había visto pero era obvio que él las conocía, era una construcción grande  y semicubierta. Se guarecieron allí y antes de que pudieran hablar el mago encendió una fogata para que les brindara calor.
La joven se ocultó detrás de una pared semiderruida para cambiarse de ropa . El vestido mojado le estaba calando los huesos
Cuando volvió vio al mago junto a la hoguera, su ropa no se veía tan mojada como la de ella, parecía tenso y se volvió al sentirla llegar .La contempló con sus penetrantes ojos claros como si fuera un enigma difícil de resolver.
-¿Por qué eres tan testaruda? – le reclamó él con voz profunda y Kalymera supo que se refería a su insistencia en seguirlo
-¡Quiero ayudar a mi familia! , ¿no lo entiendes? Tengo que volver a casa. Ellos podrían estar muertos ...yo... mi hermano me envío aquí y no sé qué le pasó. Nunca estuve tan lejos , no conozco el camino y necesito volver, tengo que ayudarlos - dijo la joven con sus emociones a flor de piel.
-Acércate al fuego, necesitas entrar en calor. – la calmó él  con un  brillo de comprensión en los ojos.
 Kalymera logró serenarse y se avergonzó de su arrebato pero él no la juzgó, de hecho se comportó muy bien, su voz sonaba conciliadora
-Dijiste que tu hermano te envió ¿Cómo?
-Él tiene algo de poder, me vio en peligro, nos atacaban y lo usó para sacarme. No sé cómo lo hizo , creo que él tampoco...actuó sin pensarlo.- le contó la joven mientras se sentaba frente a él alrededor del fuego
-¿Usó su poder sin saber cómo? Pudo haberte matado- sentenció con reprobación.
-Mis hermanos nunca me dañarían, me protegió de la única forma que pudo  -defendió ella a Ennis  y  el joven  abandonó el tema.
-Puedes ir conmigo, - dijo – pero sólo hasta donde yo te diga . Hay cosas que tengo que hacer solo .Podemos viajar juntos  hasta Miswest ... –propuso él-
-Gracias, eso estaría bien – dijo ella con una leve sonrisa .
-Me llamo Dionis – dijo en voz queda y allí junto al fuego la joven sintió que habían llegado a una tregua. Después de aquello ninguno volvió a hablar, se quedaron allí , frente a la fogata, apenas protegidos por las ruinas.
Sin embargo , las cosas habían cambiado, Kaly ya no estaba sola.
Una esperanza brilló en medio de la tormenta y la joven Blackdalion quiso creer que todo saldría bien, que los Cuatro Leones vivían y la buscaban, que su madre la esperaba en el Castillo .
Y quiso creer que aquel mago hosco podría ser un amigo y aquellos extraños acontecimientos constituirían la mejor aventura de su vida.


La joven descubrió pronto  que Dionis no era  un compañero ideal de viaje. Apenas hablaba  y la ignoraba la mayor parte del tiempo.
 La guerra parecía haberse extendido por todo el continente, además estaba poblado por forajidos que atacaban a los viajeros. Pocos días después de iniciar su jornada Kalymera y Dionis se toparon con un grupo de ellos.
Estaban atravesando una zona boscosa cuando percibieron que los perseguían, eran tres hombres con un aspecto ruin. Ella y el mago trataron de agilizar el paso, pero el  camino estrecho les dificultaba la huida.
Echaron a correr y los bandidos los persiguieron. Sin embargo no tenían donde huir y se detuvieron para enfrentarlos.
Kalymera pensó que los poderes del mago serían una gran ventaja.
-¡Vamos usa tu magia!. ¡Atácalos! – le ordenó Kalym a Dionis  haciendo elocuentes gestos con las manos.-¡Rápido , atácalos ! - insistió la joven recogiendo un palo del suelo a modo de garrote para defenderse.
A pesar de la urgencia de la situación Dio se volvió hacia ella con el ceño fruncido y le dijo enojado
-Deja de gritarme ¿Acaso crees que soy tu perro guardián?.
-¡Dio! – le gritó ella impaciente viendo que los hombres estaban por alcanzarlos.
Cuando llegaron hasta él , Dionis se llevó las manos a la espalda y rápidamente sacó dos espadas que llevaba escondidas bajo la capa. Se movió con agilidad rebatiendo el ataque enemigo.
Kalymera estaba familiarizada con las distintas técnicas de lucha, pero nunca había visto a nadie usar dos armas al mismo tiempo con la sincronía de Dionis. Sus hermanos podían usar dos armas a la vez obligados por la situación, pero Dio lo hacía con naturalidad, la joven dedujo que era ambidiestro.
En cuestión de segundos el mago se libró de sus atacantes.
Hirió a uno , mató  a otro e hizo huir al último. Permaneció unos momentos en posición de ataque blandiendo sus espadas, cuando vio que no había más peligro, volvió a envainarlas y caminó deprisa hacia Kalymera.
-Vamonos de aquí – le dijo con brusquedad tomándola por un brazo.
Había tal insensibilidad en su mirada que la joven no se atrevió a protestar.

-¿Por qué no usaste tu magia? – preguntó ella cuando ya se habían alejado  un buen trecho del lugar del ataque.
-No puedo
-Pero yo te vi en el pueblo...
-Cualquiera con un poco de magia puede hacer esos trucos, pero si despliego todo mi poder sería como encender una fogata señalando donde estoy para que me encuentren.
-¿Fogata? ¿Qué te encuentren? .No entiendo de que hablas.
-Voy tras alguien – dijo él y ella leyó el odio en su voz- y la única ventaja que tengo es el elemento sorpresa.Un poder como el mío es fácil de percibir para alguien como él, si lo uso sabrá inmediatamente donde encontrarme.
-Pero...
-No hay peros. Alguien que amo está en peligro y su vida depende de mí. No voy a arriesgarme – afirmó dando por terminado el tema-.
“Alguien que amo” aquellas palabras resonaron en la mente de Kalym pero supo que él no diría nada más. Dionis era una caja de sorpresas. ¿Quién era en verdad aquél hombre y qué era capaz de hacer?



 A lo largo del viaje solían parar  en algunos pueblos para que Dionis realizara su acto. Kalymera había adoptado el papel de ayudante, no porque él necesitara o quisiera una, sino porque estaba decidida a ganarse el sustento. Además el carácter alegre de ella y su sonrisa aumentaban los ingresos considerablemente.
En uno de aquellos pueblos Kaly tuvo noticias , el rey estaba batallando contra un viejo traidor , un delincuente llamado Tonan que había regresado y se había unido a un mago maligno y poderoso llamado Deveró . Entre los dos pensaban derrocar al rey y  destruir a cualquiera que se les enfrentara, Kalymera sabía que su padre y hermanos, fieles defensores del monarca estaban peleando.
A medida que avanzaban, las noticias se volvían más funestas, incluso podían ver que la destrucción empezaba a llegar a los poblados. Partidas de soldados renegados que arrasaban con las cosechas y los víveres , a la vez que maltrataban a la gente. En aquellos lugares el par de viajeros trataba de pasar desapercibido, Dionis estaba determinado a llegar a Argaz y no quería que nada lo detuviera. Sin embargo Kalymera se sentía conmovida por lo que sucedía y su sentido de la justicia se rebelaba contra los abusos y el maltrato.
Fue en uno de aquellos pueblos, recientemente saqueado donde Kalymera y Dionis tuvieron una fuerte pelea. Ella sensibilizada por la situación de aquellas personas intentó ayudarlos y convencerlos de organizarse para defenderse. Dionis le dijo que no era asunto de ellos y la exhortó  a continuar viaje, ella le reclamó que él no se involucraba. Evidentemente tenía poder para ayudarlos o al menos podía entrenarlos para defenderse. El mago le recordó que ese no era su objetivo .
-¿Es que acaso no te importa el sufrimiento de los demás? – preguntó Kaly movilizada por el estricto sentido de la justicia que movía a todos los Blackdalion. La  joven sabía que su padre y hermanos se desvivían por proteger a los inocentes y el desinterés del mago la enardecía.
-¿Qué sabes tú del sufrimiento ?, eres una niña mimada y orgullosa -la atacó él
- Lo soy  - le gritó ella- y no voy a disculparme por eso. Nunca voy a renegar del amor y protección que me han dado mis padres y mis hermanos,  el amor  que me han dado no es algo que me avergüence y si tú crees que es así estás perdido .Dices que yo soy orgullosa pero eres tú quien se cree superior , piensas que tu poder te hace diferente a los demás y encima  te atreves a criticarme a mi. Al menos yo  sé que todos somos iguales Dionis...sé que sólo somos personas. Y a mí me importa lo que le pasa a las otras personas, sé que lo que los afecta a ellos , me afecta a mi. Si permanezco impasible ante los injusticias , estoy aprobando lo que pasó a mi familia también y me convierto en cómplice de esos monstruos.
-Yo tengo otras cosas por las que preocuparme, ¿Por qué debería importarme gente que habitualmente desprecia lo que soy?.
-¡Porque son personas! – gritó ella dolida por el tono cínico de Dionis
-Pensamos diferente y tenemos caminos diferentes ...-dijo él
-¡Vete al infierno! – gritó ella marchándose.
Estaba tan enfadada que simplemente se alejó del pueblo sin volver la vista atrás, tenía que reconocer que ninguna de aquellas personas había agradecido sus intenciones de ayudar, tampoco deseaban combatir al enemigo.”¿Y Dionis?”, él era el peor de todos, arrogante e inhumano, ¿acaso le importaba alguien además de sí mismo? .La muchacha recordó lo qué  le había dicho una vez: ”alguien que amo” .Así que después de todo había alguien que le importaba además de sí mismo, ella sentía además que era aquel amor lo que impulsaba a Dio.
 Luego se enojó con ella misma pensando que lo estaba tratando de justificar. No había nada bueno en él.
La joven se internó en el camino boscoso, le costaba caminar ya que cada tanto el irregular relieve la hacia tambalear o las zarzas silvestres se le prendían en la ropa. Todo era culpa del mago, tratando de evitarlo había tomado el camino más difícil y menos transitado.

No supo que la alertó primero, si fue el leve sonido de gruñidos o el escalofrío que recorrió su cuerpo. Cuando se volvió para convencerse de que nada malo sucedía, vio una manada de lobos acercándosele. La joven pensó que debía mantenerse lejos de los bosques, primero bandidos y ahora lobos. Además había algo raro en aquellos animales , por lo general no atacaban a humanos pero se veían rabiosos, descontrolados.
Iban a destrozarla, la rodeaban lentamente y Kalymera solo podía ver la ferocidad en sus miradas y el filo de sus colmillos .
De repente , salido de la nada ,un animal saltó delante y la joven  percibió que se interponía entre ella y sus atacantes. No era uno de la jauría , los estaba enfrentando.
Era un lobo  muy grande, de pelaje negro brillante y ojos claros como un cielo de invierno. Un breve vistazo a aquellos ojos le revelaron que aquel animal que la defendía era Dio.                  Entonces comprendió.
Entendió el poder que tenía aquel hombre y lo que una vez le había querido explicar Ennis,
el don que tenía fluía naturalmente de él y lo rodeaba casi como un aura palpable.
La lucha se desarrolló en forma vertiginosa, Dionis se lanzó contra los animales .Se golpeaban y atacaban con saña, ella apenas  podía distinguir el resplandor de las dentelladas y el ruido de los cuerpos salvajemente enzarzados en la lucha . Duró minutos pero le pareció eterna, sólo podía permanecer allí, atónita, observando, rezando por un resultado favorable.No quería que él muriera.
Cuando todo terminó sólo el lobo negro quedaba en pie , aunque estaba herido.
Se acercó a ella y bajó la cabeza antes de transformarse .Kalym miró fascinada al hombre que yacía recostado frente a ella.  El cabello húmedo estaba pegado en su frente, tenía algunos cortes y la ropa desgarrada, se veía exhausto.
Ella lo ayudó a incorporarse  y  cuando encontraron un lugar donde descansar, Kaly le examinó  y curó las heridas.
-Dionis...-empezó ella
-No es necesario – la cortó él
-¿Necesario? – preguntó ella levantando su cabeza.
-Sí,  no es necesario que te disculpes por haber sido tan imprudente –expuso él magnánimo
Aquello bastó para hacer estallar a Kalymera.
-¡¿Disculparme?!. Iba a darte las gracias, pero eres un engreído , miserable ...
-Tú nos pusiste en peligro a los dos  al marcharte de esa forma– la interrumpió él
-Si tú no fueras tan desagradable  yo no me hubiera marchado, además no sé qué haces aquí –repuso ella- Pero obviamente siempre tienes que tener la razón y ahora cuando empezaba a pensar que había una pizca de decencia en ti lo vuelves a arruinar.
Luego de la discusión caminaron en silencio durante horas.
Él era un hombre despótico pero ella  estaba acostumbrada a manejarlos, había lidiado toda su vida con cuatro de ellos. Sin embargo  nunca había visto en ellos la frialdad que tenía la mirada de Dionis, eso era lo único que la afligía.
Aún así debía reconocer que él la había salvado, así que en voz baja se animó a hablarle.
-Dijiste que no podías usar tu magia. Quiero decir ,eso que hiciste para salvarme ¿puso en peligro tus planes?.
-No –contestó él escuetamente pero ella adivinó que no estaba tan seguro como aparentaba.
Dionis había ido en su auxilio sin pensar en las consecuencias y  descubrir eso era muy importante  para Kalymera. El incidente los había vuelto a convertir en compañeros de viaje, por alguna razón él no la había abandonado y ella tampoco lo haría.



La situación no mejoraba, al transcurrir los días  veían la devastación  avanzar. Las noticias que escuchaban los sumía en el silencio, donde cada uno enfrentaba sus propios temores.
Las tropas del rey estaban siendo derrotadas, resistían con mucha dificultad. La alianza del mago y Tonan  era muy fuerte.
Kalymera sabía que su familia estaba combatiendo y rezaba en silencio por ellos. Cada vez que nombraban al mago la expresión de Dio cambiaba pero ella no se atrevía a indagar.
Con el correr de los días, vieron que los caminos comenzaron a poblarse, la gente huía con sus escasas pertenencias tratando de alejarse de los ataques y combates. En el fragor de la batalla, siempre salían perjudicados los inocentes.
Así fue como terminaron viajando con una pequeña caravana de aldeanos, a pesar de que él trataba de mantener la distancia Kalymera se acercó a ellos . No tardó en hacerse amiga de las jóvenes que viajaban , incluso un matrimonio con un par de hijos la invitaba a comer con ellos.
Dio también era invitado, pero él se resistía a confraternizar. Por las noches cuando se reunían a la vera del camino  alrededor de una hoguera, él permanecía en soledad. Kaly lo miraba desafiante y se unía al grupo, cantaba , reía y jugaba con los niños. Todos la adoraban, incluso Lara, una de las mujeres la trataba como una hija y Jace , el menor de los niños, la había adoptado como hermana  mayor.
Avanzaron todos juntos por un par de semanas. Él la había acusado una vez de orgullosa, pero debía reconocer que no había  rastro de soberbia en ella, se comportaba igual con todo el mundo, colaboraba en las labores y nunca se mostraba deprimida.
Viajaron por caminos desiertos y tranquilos hasta que una tarde el horror los alcanzó. Una patrulla de las fuerzas enemigas estaba persiguiéndolos, era claro que venían de desolar un pueblo, pero su sed de destrucción no se había  agotado y venían por ellos.
Empezaron a correr pero no era suficiente ,además los niños retrasaban su marcha. Kalymera alzó en brazos al pequeño Jace.
La joven sabía  que Dionis podía ayudarlos a librarse del peligro, pero él no quería usar su magia y su destreza como espadachín no alcanzaba para enfrentar al numeroso grupo.
Sin embargo ,una vez Dio había ido en contra de su principio y la había salvado.
Ella dejó de correr y lo enfrentó.
-Dio...- suplicó ella mientras abrazaba con fuerza al niño que sostenía
El mago detuvo  su mirada en la joven y supo que iba acceder a su pedido de ayuda. Su mente usualmente estaba llena de pensamientos de venganza y muerte, sólo deseaba aniquilar a su enemigo , no le importaba la destrucción que causara al hacerlo. Matar a Deveró era su único objetivo, sin embargo desde que estaba con Kalymera se había convertido en un paladín.
Era ella quien se preocupaba por todos pero  su inocencia y su confianza en un mundo mejor lo arrastraban a él. Viéndola allí, guiando a aquella gente, con el niño refugiado en sus brazos Dionis supo que no le daría la espalda. Si seguía un tiempo más con ella tal vez terminara peleando con dragones....
-Necesito sal y que corran tanto como puedan -los urgió Dionis con un gesto impaciente
-¿Sal? – preguntaron confusos los aldeanos que los rodeaban
-Sí, rápido
Lara sacó un poco de sal de su morral y se lo tendió confusa .
-Corran , aléjense tanto como puedan – dijo él
-Dionis....
-Ve Kalymera – dijo él y por una vez ella obedeció.
Se quedó parado, mientras las huestes se acercaban. Cuando estuvieron alarmantemente cerca Dio tomó el puñado de sal que le dieron y lo arrojó al aire mientras murmuraba un hechizo. En el aire se formaron grandes cristales, filosos como dagas .Él hizo un gesto y los cristales atravesaron el aire velozmente lanzándose eficazmente contra sus enemigos.
Los mágicos proyectiles formaron una defensa infranqueable que les permitió huir
Viajaron otro trecho con los aldeanos , para ellos Dio y Kaly se habían convertido en héroes, la despedida fue emotiva.
Kalymera pensó que cuando había añorado la aventura jamás había creído que estuviera unida a sentimientos de tristeza y pérdida. Deseaba la seguridad de su hogar, la certeza de no perder  a los que quería.
Por suerte Dionis era más comunicativo ahora , se había operado un sutil cambio en él. A pesar de que ella  seguía sin conocer la historia de vida del mago estaban más unidos, él había perdido algo de su frialdad habitual.
Estaban descansando junto a unos árboles, la joven tenía una mirada soñadora.
-¿En qué piensas? – preguntó él que había aprendido a reconocer el lenguaje corporal de ella.
-En un mullido colchón de plumas – respondió ella mirándolo significativamente. Él sonrió
-Oh no, tendrás que conformarte con el suelo, yo no hago aparecer colchones de pluma – respondió con fingida severidad.
-Es una pena, podrías hacerte rico , ¿sabes?.
-¿Acaso tienes dinero? – preguntó él y ella respondió con una mueca de fastidio
-Lo imaginaba –sonrió el mago recostándose contra un árbol-.Pronto llegaremos a Midwest y deberemos separarnos...-agregó cambiando su humor- Yo debo ir a Argaz.
-Pero allí está la fortaleza de Deveró...
-Sí, lo sé- respondió sombrío y ella descubrió que era a aquel peligroso ser a quien Dionis buscaba.
-Es muy peligroso.
-Yo lo soy más – dijo en voz baja y al mirar su expresión la joven estuvo dispuesta a creerle.
-No voy a seguir sola, iré contigo – dijo ella convencida.
-Hicimos un trato .
-Debo ir  por allí si quiero volver a casa y no me importa el peligro , prefiero acompañarte.
-No eres tú quien lo va a decidir.
-¿Acaso pretendes convertirme en sapo  para impedirlo?- lo provocó
-Cielos Kalymera, es peligroso de verdad y no voy a poder protegerte.
-Puedo hacerlo yo sola, además no necesito tu permiso. Podemos ir juntos y ver que sucede o iré por mi misma Dio. Sabes que lo haré.
-Bien – aceptó él y ella se sorprendió de su rendición .
Lo cierto era que Dionis se encontraba ante un dilema, no quería llevarla con él pero tampoco quería dejarla marchar sola. La joven tenía una tendencia a meterse en problemas y él se estaba acostumbrando a su papel de protector. Sin embargo temía lo que le esperaba en Argaz , durante años había sabido que aquel enfrentamiento con Deveró llegaría , pero arrastrar a Kalymera con él era una cosa muy diferente. Por un momento deseó que los tan mentados hombres Blackdalion llegaran a rescatar a la muchacha.
-¿Dio...?
-¿Mmm?
-¿Ni siquiera una almohada?
-Ni siquiera, duerme ya Kaly – contestó él y la vio acurrucarse. Momentos después la joven estaba dormida, él la observó atentamente y la cubrió con su capa . Sabía que por sus orígenes estaba acostumbrada a las comodidades, sin embargo, más allá de la broma sobre el colchón, nunca se había quejado. Había viajado en muy malas condiciones, dormido a la intemperie, se había alimentado mal y caminado hasta el agotamiento, aún así su buen humor había predominado. Era una mujer admirable, y dormida se veía mucho más joven, casi una niña  a quien ningún mal afligía.
Por un instante él deseó algo que estaba fuera de su alcance.


Cuando finalmente arribaron a Argaz , Kalymera tuvo la sensación de que Dionis había reservado toda su fuerza y poder para aquel momento.
Sus sentidos estaban alertas para esquivar a los numerosos soldados enemigos que rodeaban la fortaleza de Deveró. Estaba oscureciendo pero él veía con perfecta claridad y se movía con sigilo llevándola con él, podía percibir también la tensión en el cuerpo del hombre y sabía que se debía a su presencia. Él no sólo debía estar  atento a los enemigos sino también cuidar de ella.
Viéndolo moverse la muchacha recordó la transformación en lobo, le parecía que había algo del animal en él, algo salvaje y furtivo.
Esquivaron patrullas, tiendas , carretas y caballos hasta llegar a las puertas de la fortaleza.
Dionis había tenido que cambiar sus planes, en un principio sólo había pensado en llegar a Argaz y matar a   Deveró aunque al hacerlo debiera destruir el continente entero, sin embargo Kalymera le había enseñado a tener esperanza. Tal vez en el interior de aquel lugar ella aún estuviera viva, en ese caso la rescataría y después arreglaría cuentas con el mago que habitaba en sus pesadillas.
Sentía la furia crecer en él cuando vio a un hombre encaminarse hacia ellos, por su uniforme se distinguía que era un alto oficial, seguramente tenía información y antes de que reaccionara Dio se abalanzó sobre él.
-Si quieres vivir vas a  darme la información que necesito –lo amenazó con ferocidad inmovilizándolo
Kalymera intentó detenerlo pero él presionó más fuerte el cuello del hombre, la joven vio el miedo en los ojos del soldado.
-Hay una mujer , Deveró la trajo  hace unos meses .¿Está viva?-exigió él y aflojó un poco el agarre para que le pudiera contestar.
-No lo sé – contestó el cautivo pero Dionis percibió el desafío en sus ojos.
-Lo sabes y vas a decirme porque la muerte será deseable comparada con lo que puedo hacerte- dijo con fría calma.
Kalymera se sobresaltó porque la amenaza de Dionis era real, casi palpable. El poder fluía de él y el soldado lo percibió también porque palideció y comenzó a hablar con voz entrecortada.
-Ella está prisionera en sus recintos privados, sólo la vi cuando llegó, no sé nada más.
-¿Cómo hago para llegar ? – preguntó una vez más y escuchó atentamente las indicaciones antes de soltar al hombre y dejarlo inconsciente en un sueño inducido por la magia.
Todo era por una mujer,  así que ese era el secreto de Dionis. Deveró había aprisionado a la mujer que amaba y por eso él había llegado a Argaz. Kalymera sintió un extraño malestar, ¿qué hacía ella allí?, debería estar rumbo a su casa.
-Kaly...- la llamó él y la sacó de su trance – Vamos a entrar , estás segura...
-Sí -respondió ella instintivamente,  a pesar de su confusión no iba a dejarlo entrar solo.
-Bien, necesitaremos medidas extremas- acotó sonriendo maliciosamente- ¿confías en mí?
-No tengo muchas opciones – contestó ella a regañadientes  ya que no se sentía inclinada al buen humor y odiaba admitir que confiaba en él.
 El mago se acercó y murmuró unas palabras, acto seguido Kaly descubrió el cambio. Él se veía diferente y llevaba un uniforme como el de  los oficiales de Deveró , la joven temió mirarse a sí misma.
-¿También yo me veo así? – preguntó cautelosa.
-Sí, eres un joven oficial – dijo divertido – imaginé que era la mejor opción, no creo que dejen pasar lobos....
-Dio...
-Vamos Kalymera, esto durará poco tiempo y debemos entrar.
Traspusieron las puertas  y se infiltraron con facilidad .Siguiendo las indicaciones que había obtenido Dionis llegaron hasta los aposentos del mago, no había señales de él ,Kalymera sospechaba que no estaba en la fortaleza . Cuando entraron , vio como Dionis recuperaba su aspecto .El joven mago recorría espantado el lugar y cuando quedó inmóvil, ella supo que había encontrado lo que tanto buscaba.
Delante de ellos, acurrucada contra un rincón había una mujer.
A pesar de estar demacrada por el cautiverio, era una mujer muy atractiva. Era alta – notó con envidia Kaly- con largo pelo oscuro y ojos negros que brillaban demostrando la fuerza que se escondía en ella. Sus rasgos eran delicados y su piel blanca, “aún en este estado es hermosa “– pensó Kalymera y le dolió – era mayor que ella, tal vez  de la misma edad que Connor.
La joven vio a Dionis acercarse a la mujer y en aquellos segundos ella  percibió más emociones en el hombre que en todo el tiempo que lo había conocido.
-Dio...-gimió la mujer morena  cuando él se le acercó.
-Tranquila cariño, ya estoy aquí – le dijo él con ternura acariciándole la frente.
-Me  lo quitó Dio – sollozó ella- , él me arrebató mi poder y ahora quiere el tuyo.
-¿Sabes dónde está? – dijo él enfurecido
-Dio...
-Voy a matarlo – sentenció él  con frialdad .
-¡No! –gritó la joven y se aferró a Dionis- Vamonos de aquí por favor, no lo enfrentes, puede matarte. Yo no puedo perderte – le suplicó ella- Dio eres lo único que tengo.
Los ruegos de la joven y el lamentable estado en que se encontraba persuadieron al hombre que la tomó en brazos y le susurró para calmarla.
-Está bien, voy a dejarlo por ahora . Te sacaré de aquí.- Cargándola en brazos se acercó a Kalymera
-Vámonos – dijo sin más y ella lo siguió.
 La mujer había recostado su cabeza en el hombro de Dionis y de a ratos perdía la conciencia, Kalymera imaginaba que había pasado muy malos momentos allí. Pero por la forma en que el mago la sostenía , era evidente que no dejaría que nadie volviera a dañarla
 Llegaron al exterior y cobijados en un recodo de la muralla descansaron brevemente.
-¿Está bien? – preguntó Kaly  aludiendo a la joven
-No lo sé – dijo él con pesar y después como si le costara hablar agregó- .Se llama Bladian y es mi hermana.
-¿Tu hermana? – preguntó ella desconcertada. Sentía una mezcla de alivio al saber que era su hermana y dolor  al verlo tan triste.
-Él me buscaba a mí, la utilizó para atraerme. Va a arrepentirse  – dijo para sí mismo como prometiendo venganza.
-Debemos irnos de aquí...- insistió Kaly.
-Necesito que te quedes con ella, no puede viajar así, voy a tratar de conseguir unos caballos.
-Yo la cuidaré – prometió solemnemente y él se alejó .
-¿Quién eres? – preguntó débilmente  Bladian- ¿Dónde está mi hermano?
-Fue a buscar unos caballos, regresará pronto. Me llamo Kalymera.
-Kalymera...
-Estarás bien no te preocupes, pero ahora debemos hacer silencio
La joven asintió y se acurrucó contra la pared donde la protegían las sombras, sin embargo un tiempo después los pasos de los soldados las alertaron. Estaban acercándose y no tardarían en encontrarlas.
Kalymera pensó que Bladian no resistiría un nuevo cautiverio, tampoco Dionis soportaría que algo le sucediera a su hermana. Él parecía duro e imperturbable pero ella había aprendido a conocerlo, sabía cuan importante era la seguridad de su hermana para él. Le había prometido protegerla y lo haría. Se dirigió en un susurro a la muchacha .
-Tengo que distraerlos Bladian, así le daré tiempo a Dionis
-No – protestó la joven – te atraparán
--No importa. Tu hermano me ayudará luego – afirmó con una seguridad que no poseía-, si no hago algo nos atraparán a las dos. Necesito que te quedes aquí hasta que vuelva Dionis, pase lo que pase ...
-No voy a dejar que...
-Por favor Bladian , hazlo por tu hermano...
La hermana del mago vio tantas emociones en los ojos de la joven que aceptó, sabía que estaba mal pero los acontecimientos la superaban. En otro tiempo ella se hubiera podido proteger utilizando su Don  pero ya no era la misma y la sensación de indefensión la vencía.
Kalymera salió del escondite y echó a correr, hizo todo el ruido posible hasta que atrajo la atención de los guardias. Ellos la persiguieron ignorando a Bladian.
Kaly corrió tanto como pudo pero la alcanzaron y cuando sintió que la agarraban sintió miedo.
-¿Qué tenemos aquí? – dijo uno de ellos examinándola con ojos inexpresivos, Kaly le sostuvo la mirada  en silencio
-Será mejor que la llevemos a los calabozos, cuando el jefe  vuelva querrá interrogarla – agregó otro .
-Pero...- insistió el primero y ella sintió que la fuerza con que la sostenía la dañaba.
-Nada de peros, tal vez haya más espías. Vamonos, llevémosla y después volvamos a patrullar – dijo uno que parecía mayor  que el resto, su voz sonaba autoritaria y los demás obedecieron. Kalymera observó un brillo extraño en los ojos del hombre pero no supo qué significaba. Cuando la llevaron a los calabozos temblaba, quería ser valiente pero al mismo tiempo era demasiado conciente de su situación . No era un juego  de los que jugaba con sus hermanos, había caído en manos enemigas y su destino era incierto. Quería ser fuerte y pensaba que Dio vendría por ella pero entonces la inquietud se colaba en sus pensamientos, tal vez él nunca llegara a tiempo. Tal vez castigara su temeridad dejándola allí.
Finalmente la dejaron sola y ella se sintió aliviada. Se recostó contra la pared y trató de analizar su  situación en búsqueda de una salida.

-¡Es estúpida  no aprende más! Trata de salvar a todo el mundo sin ponerse a pensar. Yo estaba en camino...– dijo Dionis cuando se enteró de lo sucedido-
-Dio , no sólo me estaba salvando, al protegerme  a mi te protegía a ti – dijo Bladian y por la expresión de él supo que había dado en el blanco.
-Vamos – dijo él levantándola – tengo que ponerte a salvo.

Kalymera  estaba pensando como escapar de la celda pero no se le ocurría ningún plan. Pensó que sus hermanos habían fallado en ese aspecto de su educación, le habían enseñado muchas cosas pero no a abrir cerraduras, seguramente temiendo que ella usara tal conocimiento en contra de ellos.
La muchacha sintió que alguien se acercaba y retrocedió hacia el fondo de la celda, fuera quien fuera  no quería llamar su atención. Una silueta se dibujó ante la débil luz de las antorchas.
¿Kal? – preguntó una profunda voz que ella reconocería en cualquier lugar .
Ella se acercó presurosa a Dionis que estaba junto a los barrotes.
-¿Estás bien? – preguntó él con urgencia -¿te hicieron daño?
-Me encerraron aquí –dijo resentida
-Contesta, ¿te lastimaron Kalymera? – insistió él y la preocupación se reflejó en su rostro
-No, no me hicieron nada.
-Bien, porque lo del encierro lo puedo solucionar rápidamente pero no sé qué haría si te hubiesen lastimado...
-¿Vas a sacarme de aquí o no?   - lo interrumpió Kaly antes de que la emoción la dejara sin palabras.
Dio sonrió con esa manera particular que tenía de hacerlo y deslizó su mano por la cerradura que se abrió inmediatamente sin hacer ruido alguno. Luego sin más ceremonia la tomó de un brazo y la arrastró consigo por el extenso pasillo.
-Es una suerte que no  hayas decidido ser ladrón – comentó ella tratando de sonar despreocupada
-No de tiempo completo -respondió él dejando sorprendida a la muchacha.
Estaban tan apurados por escapar que al doblar un recodo ninguno percibió al hombre que se les acercaba. Dio lo vio levantar la espada y su primera reacción  fue desenvainar su arma y arrojar a Kalymera  contra el muro para protegerla de cualquier ataque. Pensó en invocar un hechizo pero los furiosos estoques del hombre no le daban tiempo a concentrase, sólo podía atinar a defenderse y parar los golpes.
Su atacante arremetía enfurecido , Dionis escuchaba a lo lejos la voz de la joven pero no distinguía sus palabras . No podía distraerse ,la vida de ella estaba en peligro.
-¡Detente no es un enemigo! – gritó con toda sus fuerzas y cuando los dos hombres se volvieron a mirarla supo que la habían oído.
Se levantó y corrió hacia el hombre que los atacaba, ante la perpleja mirada de Dio ella se abrazó al extraño
-Ennis, Ennis...-repitió consternada – estás vivo.
La mirada azul de él se dulcificó y levantó a la joven para abrazarla contra sí. En ese momento Dio descubrió que tenían los mismos ojos y que aquel gigante enfurecido era el hermano de Kalymera.
-Kaly – estaba diciendo el joven Blackdalion- estaba tan preocupado , no sabía que te había hecho cuando usé el Don y creímos haberte perdido para siempre...
-Disculpen – interrumpió Dio y la mirada asesina de Ennis se clavó en él- pero, ¿Podríamos salir de aquí?
 -Es buena idea – comento Kaly despejando la tensión entre los dos hombres- no me gustaría que volvieran a encerrarme. Vamos, dijo tomando la mano de su desprevenido hermano y echando a correr.
Ennis la obligó a detenerse y se puso por delante blandiendo la espada, instintivamente Dio  se ocupó de la retaguardia y de esta manera, cuidando a Kaly entre los dos,  salieron del lugar. Estaba despejado y el camino fue fácil sin que ninguna lucha los detuviera.
Una vez a salvo en el exterior Kalymera se percató de algo que no había notado antes y se volvió asombrada hacia Dio
-¡¿Dónde está Bladian?!
-¿Bladian? – preguntó Ennis
-La hermana de Dio, ella está muy débil, la tuvieron encerrada durante mucho tiempo  - explicó presurosa sabiendo que no había nada como una mujer en peligro para despertar la caballerosidad de los Blackdalion , luego arremetió contra el mago - ¿La dejaste sola?
-Ella está bien, la escondí ...Tenía que rescatarte
-¿La escondiste? ¿Dónde ?
- Usé mi Don para ocultarla , lamentó no haberme dado cuenta de esa posibilidad antes, estaba muy alterado y las puse en peligro.  Siento haberte arriesgado  por mi descuido.Gracias por protegerla Kaly- agregó con sinceridad
-Debemos  alejarnos de aquí – interrumpió Ennis
-Sí , pero primero debemos buscar a Bladian. – anunció la joven
-Está bien – accedió su hermano   presionado por  la mirada decidida de Kalymera.
-Por aquí –los guió Dionis .
Esquivando los lugares vigilados  y ayudados por la oscuridad de la noche llegaron hasta  el comienzo del bosque.
El mago se detuvo frente a una pared de enredadera y murmuró una palabras, la vegetación se separó dejando  entrever un  pequeño espacio donde descansaba Bladian.
Ennis lo miró asombrado y Kal pensó que frecuentemente olvidaba el poder de Dio.
La joven se sobresaltó al notar la presencia de extraños , incluso levantó la mano en un inútil gesto de protegerse, luego reconoció a Kaly y a su hermano . El hombre que los acompañaba era un extraño.
-Debemos irnos Dian...-Dijo Dionis ayudando a incorporarla.
-Es mi hermano Ennis, ella es Bladian – los presentó la joven.
-Tengo escondidos dos caballos, son resistentes así que podemos ir los cuatro. Iremos lento pero podremos alejarnos de aquí . A un día de viaje hay una casa de amigos, nos esconderán hasta que podamos seguir  - sugirió Ennis
-Bien ,vamos -dijo Kaly-  Dionis ,  ¿ ella podrá viajar?
-Sí – contestó Bladian adelantándose a su hermano que dudaba en aceptar aquel plan- Dionis , debemos ir, necesito descansar. Luego resolveremos que hacer.
  El mago  aceptó y  siguieron a Ennis.  Sin dudarlo cada uno montó a su hermana y luego subió al caballo . Actuaban simultáneamente , con la determinación de proteger a quien amaban. Partieron al galope y en silencio. Kalymera tenía muchas preguntas que hacerle a Ennis pero él sólo había contestado “después”. Dionis y Bladian se mantenían al mismo paso. El mago sostenía con un brazo a su débil hermana impidiendo que cayera.
Los dos caballos fueron a la par hasta llegar  a  su destino.
La casa pertenecía a una pareja de ancianos que dieron la bienvenida a Ennis y sus acompañantes. Les proporcionaron abundante comida y luego los instalaron en dos amplias habitaciones. Sin embargo una vez alimentados y descansados, los jóvenes se quedaron despiertos para aclarar sus dudas. Kalymera arremetió contra su hermano. Quería saber tantas cosas que no sabía por donde empezar.
-¿Cómo me encontraste?
-Espías- respondió  él- , los tenemos por todos lados para avisarnos sobre los prisioneros, así podemos organizar brigadas de rescate.Yo te estaba rastreando hace mucho, había llegado a Argaz y uno de ellos te reconoció – Kaly recordó la extraña mirada del hombre  que la había capturado y comprendió-, me avisó inmediatamente.
-¿Brigadas de rescate? ¿De qué hablas? – intervino Dionis enojado- Mi hermana estuvo meses en poder de esos malditos y nadie la rescató
 Bladian trató de calmarlo pero ahora que estaba descansado la furia del mago  por la suerte de su hermana se había desatado.
-Lo siento mucho – aseveró con firmeza Ennis y su mirada se desvió hacia Bladian-. Antes de entrar por Kaly, me comunicaron sobre la dama y ya reprendí a mis hombres  por no intervenir antes, lo cierto es que ella estaba en poder de Deveró y ninguno de ellos se animó a enfrentarlo. Por desgracia, ninguno  de nosotros puede contrarrestar ese poder y ningún mago colabora con nuestra causa. Han elegido protegerse a sí mismos, aún así,  si lo hubiera sabido antes la hubiera ayudado. – sentenció Ennis.
 Kalymera observó a los dos hombres, pudo ver la desconfianza en Dionis, pero ella sabía que su hermano decía la verdad. De haber sabido lo que sucedía , él hubiera rescatado a la joven aún a riesgo de su propia vida. Cualquiera de sus hermanos se arriesgaría por un inocente, pero fueron las palabras de Ennis refiriéndose a los magos como una clase diferente lo que llamó su atención. Iba a preguntar pero Bladian  estaba tratando de conciliar a los dos hombres.
-Ya está bien Dionis. Estoy a salvo y eso es lo importante. Ni Kalymera, ni su hermano...ni tú tienen la culpa de lo sucedido.
-Dian...
-Hermano...- dijo ella y al levantarse se tambaleó.
Dionis se movió para atraparla pero Ennis le ganó de mano y la sostuvo con fuerza.
Los ojos negros de la joven lo traspasaron.
-Tú también...lo tienes – afirmó ella indagando en la mirada azul.
-Lo perdí – aclaró él y Kalymera supo que se refería a sus poderes.
-Como yo ...pero tú eres muy afortunado – comentó ella. Ennis iba a preguntar a qué se refería pero la sintió desfallecer . Estaba muy cansada, así que sin decir nada más la ayudó a sentarse.
-¿Perdiste el don? – preguntó exaltada Kaly- ¿Cómo? ¿Qué sucedió cuando me fui?
- ¿Por dónde empiezo ? – preguntó divertido por  el arrebato de su hermana
-Por el principio – insistió irritada.
-Perdí el poder que tenía, ya no lo siento. – comentó como si no le importara-No sé cómo sucedió , cuando te vi en peligro se concentró en mi y luego lo usé para sacarte de allí. Temí haberte matado – rememoró estremecido-, luego no estaba más, no podía invocarlo. Esos hombres se lanzaron sobre mí y creí que me matarían, pero llegó nuestra madre.
-¿Mamá?
-Sí volvió con los hombres que había llevado y la gente del pueblo, entre todos sacamos  a los malditos del Castillo. Debiste verla Kalym, se lanzó espada en mano contra mis atacantes y me defendió.
Profirió un montón de amenazas e insultos, ni siquiera sabía que ella conocía esas palabras , dijo que nadie se metía con sus hijos. Hasta a mi me asustó...es temible. Nunca la había visto tan enojada
-¿Mamá?- preguntó Kalymera incrédula, no podía imaginar en esa situación a su gentil madre.
-Sí, es increíble. Lo más difícil vino después , tuve que contarle lo que había sucedido contigo. En ese momento se derrumbó, yo me sentía culpable y, aunque ninguno lo dijo, temíamos que hubieras muerto . Pero ella recuperó la compostura y dijo que seguramente estabas bien, trató de convencerme de que había hecho lo correcto. Cuando todo pasó salí a buscarte. Debemos ir con ella.
-¿Está en casa?
-No – titubeó antes de hablar- Ella está prisionera en Winterday .
-¡¿Prisionera!? . Pero si los Winterday siempre han sido aliados , cómo pudieron capturar a mamá.
-Bueno – él dudó intimidado por la presencia de Bladian y Dionis- , en realidad no la capturaron. Nuestro padre la encerró allí...
-¡¿Qué ?! acaso todos se han vuelto locos...cómo pudo hacerle eso. Y por qué  ustedes lo permitieron...
-Con todo lo sucedido papá dijo que ya tenía demasiadas preocupaciones y que necesitaba que ella estuviera a salvo. Dijo que si algo le sucedía él no lo soportaría y si estaba preocupado pensando que  ella andaba por allí arriesgándose no podría luchar. Me temo que no  nos animamos a  intervenir entre ellos , los dos estaban tan furiosos que no nos pareció buena idea tomar partido.... Además , él tiene razón, está segura allí.
-Es una locura. ¿Y el Castillo, nuestra gente?
-Están bien. Tenemos una tropa apostada allí y yo estoy al mando. Sólo que mi prioridad era encontrarte .
-No entiendo por qué mamá no pudo quedarse en casa.
-Ya atacaron el Castillo una vez Kalymera – dijo él con pesar  y la joven entendió porque su hermano no había contrariado la decisión de su padre, aún se sentía culpable por no haberlas podido proteger.
-¿Y Connor? ¿por qué no lo mencionaste? – cuestionó la muchacha al tiempo que la inquietud se instalaba en su mente
-Está desaparecido , creemos que  lo tomaron prisionero.
Kaly gimió angustiada y sintió la mano de Dionis en su hombro. Hasta el momento el mago había escuchado en silencio, pero al percibir como las noticias perturbaban a Kalymera,  sobre todo la última, quiso brindarle su apoyo.
-¿Está muerto? – preguntó ella  con un hilo de voz
-No lo creo, Connor no es fácil de matar. Dominick lo está buscando.- dijo esperanzado
 Kalymera se sentó , el peso de todo lo sucedido la agobiaba , hasta el momento su familia había sido su refugio. Sentía que todo se desmoronaba a su alrededor.
-Tranquila – le susurró Dionis-. Será mejor que durmamos , mañana podremos ver las cosas de otra manera
-Él tiene razón – dijo Ennis que era capaz de cualquier cosa por confortar a su hermanita-Dormiremos y mañana veremos que hacer. Debes confiar Kal.
Ella asintió en silencio .
A pesar de que todos estaban inquietos y preocupantes pensamientos los acosaban , lograron dormirse con rapidez y el sueño fue un deseado bálsamo.
A la mañana siguiente la tensión podía sentirse en el aire, era la hora de las decisiones y Kalymera se sentía desanimada. Finalmente estaba a salvo, sabía que Ennis la llevaría con él y que pronto se reuniría con su familia, pero también sabía que era el final de su viaje con Dio.
Él también tenía lo que había buscado, había recuperado a Bladian y sabía donde estaba Deveró, el mago marchaba junto a Tonan hacia la corte. Pronto Dio iría tras él, ella podía sentirlo.
Kalymera estaba sentada en un tronco  fuera de la casa, tratando de aclarar sus pensamientos.
-¿Estás bien? – preguntó Dio sentándose junto a ella.
- Sí – respondió la joven esbozando una sonrisa.
-¿Qué sucede? – preguntó intrigado
-Al inicio de este viaje jamás me hubieras preguntado algo así...
-Supongo que no – dijo él , no quería confesarle que la primera vez que la vio parada frente a él con los brillantes ojos azules y la actitud decidida estuvo a punto de aceptar que lo acompañara- Sabes , después de ver a tu hermano  en acción, creo que hubieras hecho bien en quedarte en el pueblo, te hubiera encontrado para llevarte a tu casa sin que corrieras peligro.
- Creo que sí  y eso que Ennis es el más tranquilo de los tres – acotó ella divertida, de golpe su tono cambió y se volvió serio- No me arrepiento Dio, me gustó nuestro viaje....¿Irás a buscar a Deveró?
-Sí. Cuando Bladian se recupere , iré por él. Ahora está obsesionado con sus nuevas ambiciones políticas pero tarde o temprano vendrá por nosotros. Debo ponerle fin, porque sino nunca seremos libres. Él mató a nuestros padres – dijo él y la joven lo miró sorprendida-, luego quiso hacerme su discípulo...Habían dicho que mi poder sería incomparable, superior a cualquier otro, cuando no pudo  convertirme en su aliado quiso matarme, yo era una amenaza para sus planes...ahora ha encontrado una forma de robar mis poderes, lo hizo con Bladian y lo intentará conmigo...¿Entiendes por qué debo detenerlo?
-Lo entiendo – dijo ella bajando la mirada.
Luego se quedaron allí en silencio, contemplando la cálida mañana .
Dos figuras los observaban desde la ventana. Ennis vigilaba como un depredador dispuesto al ataque.
-Ella estará bien – le aseguró Bladian
-¿Qué siente por ella? – preguntó serio
-La ama, pero aún no lo sabe...
-¿Cómo puede no saberlo?
-Dionis no está acostumbrado a sentir, tiene miedo pero nunca la dañará. Kalymera también lo ama...
Él sólo gruñó en asentimiento 
-Ennis...
El hombre se volvió y miró a la joven morena
-Prométeme que llegado el momento les darás una oportunidad. Mi hermano es un buen hombre y cuidará de ella.
-Te lo prometo – dijo él 
Casi llegado el mediodía se despidieron, Kalymera invitó a Bladian a que la visitara en el Castillo de los cerezos cuando todo pasara. La pareja que les había dado cobijo invitó a Dio  y Bladian a quedarse allí por un tiempo y ellos aceptaron. Los hermanos Blackdalion partieron rumbo a Winterday a reunirse con su madre, había muchas cosas para decir pero no fueron dichas .

La mujer rubia estaba discutiendo con un grupo de hombres pero antes de recibir cualquier tipo de aviso se dio vuelta para contemplar a sus hijos entrar en la estancia. Los había sentido antes de que se anunciaran y corrió hacia ellos. Había temido no volver a verlos, durante muchas noches se había quedado despierta rezando por su hija y ahora ella estaba allí, a salvo.
Elady abrazó a Kalymera y la joven sintió que estaba segura, había añorado el refugio que era su madre. Habían pasado tantas cosas y deseaba compartirlas con ella.
Cuando finalmente pudo soltar a su hija, Elady  abrazó a Ennis y le agradeció.
Un rato después los tres estaban charlando en un salón poniéndose al día.
-Creí que estabas prisionera...- dijo Kalymera que estaba sorprendida por la posición de su madre en Winterday.
-Ese tonto Blackdalion, lo intentó una vez y no le resultó . No sé que le hizo pensar que ahora sería diferente
-¿Lo hizo antes? – preguntaron Kal y Ennis al unísono
-Sí, algún día les contaré la historia entera , el caso es que hace tiempo que no soy “ prisionera” y ahora voy a tomar medidas en el asunto .Ya dejé que su padre jugara bastante, pero ahora el peligro es demasiado serio para permanecer al margen.
Ennis debes volver a casa...
-¿Y ustedes?
-Nos quedaremos un tiempo aquí...después veremos...
-Pero papá dijo que....
-Ennis ,yo soy tu madre y no pretenderás decirme que hacer...- dijo dulcemente pero sus ojos grises desmentían su tono de voz.
-Bien partiré mañana... iré a hacer los preparativos -acordó él y Elady sonrió satisfecha mientras lo miraba salir, luego volvió sus penetrantes ojos a su pequeña
-Ahora Kaly, háblame un poco más de tu amigo Dionis
Kalymera no precisó que le insistiera, había necesitado mucho hablar con su madre y no fue conciente de la perspicaz mirada de Elady que parecía indagar más allá de las palabras.
Cuando terminó de contarle su madre le sonrió misteriosa
-Me gustaría conocerlo un día –dijo – y  a Bladian.
-También a mi me gustaría –respondió ella  - ¿Nos quedaremos aquí?
Elady miró a su hija, poco tiempo atrás ella misma la hubiera  dejado segura en Winterday protegida por un ejército pero Kalymera había crecido y al mirarla Elady veía parte de sí misma en la muchacha. Además había aceptado la imposibilidad de proteger a su hijos, la desaparición de Connor y Kaly  la habían trastornado profundamente. Sentía que si bien no podía librar a su joven hija del peligro, podía tenerla junto a ella y cuidarla tanto como fuera posible.
-No , no nos quedaremos mucho tiempo más aquí. Vamos a ir a buscar al intrépido de tu padre y a Caleb. Debo asegurarme de que están bien, ninguno de esos dos pide ayuda nunca...

Dionis se paseaba de un lugar a otro y Bladian lo miraba entre irritada y divertida. Se sentía más fuerte cada día , sabía que aprender a vivir sin sus poderes implicaría un gran esfuerzo pero estaba dispuesta a intentarlo . Lo que no aguantaba más era la tontería de su hermano mayor.
-Ve a buscarla – dijo y fue muy significativo que no necesitara aclarar de quien hablaba.
- Dian , ella no me necesita. Es  de la nobleza y tiene una familia que la cuida y ama. Yo  no pertenezco a su mundo.  ¿Cómo podría vivir con ella?¿ Me imaginas instalado en un Castillo viviendo una vida normal?
-¿Y podrás vivir sin ella ? – preguntó
-Bladian...será como siempre – dijo él pero no sonaba convencido
-Dionis , no te engañes a ti mismo. Lo único que te ha preocupado  toda tu vida ha sido mi bienestar y tu poder. Nada más. Ha sido igual para mi, pero hay más cosas allá fuera.
Sabes, ahora que no tengo mi don me doy cuenta. Quisiera tener otras cosas que me importen.
Te he visto con ella. Te hace reír y te enfada, se preocupa por ti tanto como tú por ella.Te hace humano Dionis y la necesitas mucho.Y sé que ella te necesita a ti.¿Nunca pensaste cómo sería tener una familia? ¿Un hogar? . – insistió la joven aguijoneándolo con sus palabras
  Por un momento los ojos de Dionis relampaguearon cobrando una intensidad única  “Vivir sin Kalymera”, alguna vez se había atrevido a desear algo diferente .
Él había buscado ser el más poderoso, el mejor de los magos, era la única forma de protegerse de Deveró. El único lazo que había tenido era Bladian, e incluso  en ocasiones  era distante con ella. No sabía manejar sus sentimientos, a veces pensaba que los había perdido con la muerte de sus padres, sin embargo Dian tenía razón Kaly lo hacía sentirse humano. Lo hacía sentir. El mundo era distinto porque podía verlo a través de ella, de su compasión, su fe , su pasión.
- Pero...¿y tú? – preguntó confundido
-Te esperaré aquí, estaré bien...
-¿Y Deveró?
-Dionis, dile lo que sientes y después ve por Deveró si es lo que tienes que hacer. Pero no vayas a la muerte sin hablar con Kalymera
-Dian...
-Ve a Winterday, Dio

 En el atardecer Kalymera estaba paseando por los jardines de Winterday  cuando vio a alguien moverse entre los matorrales, quiso ir a buscar ayuda pero no pudo moverse.
Observó fijamente hasta que pudo distinguir la silueta avanzando hacia ella
-Dio...-murmuró en voz queda
-Hola Kalymera, estaba por aquí y...
-Viniste – dijo ella corriendo hacia él
Dionis la envolvió en sus brazos y tras unos minutos la apartó sosteniéndola por los brazos para poder hablarle. Estaba a punto de decirle algo cuando los interrumpieron.
-Suéltala – siseó una voz masculina detrás de él y Dionis sintió la punta del acero presionar sus costillas. Soltó a la muchacha y esbozó una media sonrisa al contemplar la mirada esperanzada de ella.
-¿Otro hermano? –le preguntó en un susurro
-Connor –confirmó ella divertida por la situación – Sé gentil – dijo   la joven y  ambos hombres creyeron que era el destinatario de aquel pedido.
El rubio Blackdalion presionó más la daga contra Dio pero en ese instante sintió que le quemaba en la mano y se vio obligado a soltarla al tiempo que maldecía.
Kalymera se dirigió a él y lo abrazó  con fuerza sin darle tiempo a pedir explicaciones.
-¡Conn! Estaba tan preocupada por ti. Ennis dijo que estabas prisionero o algo así, nadie sabía de ti.
-Kalymera – dijo él desprendiéndose de su abrazo y mirando con desconfianza a Dionis-¿Qué pasa aquí? ¿Quién es este tipo?
-Es Dionis – dijo ella como si eso bastara.-Es una larga historia Conn, pero te aseguro que no tienes que matarlo. Vamos adentro . Mamá estará contenta de verte, ha sufrido mucho por ti y podrás contarnos lo que te sucedió.
 Confuso Connor obedeció a su hermana y se dirigió al castillo. Kalym se retrasó un instante y oyó  el comentario de Dio
-Menos mal que sólo tienes tres hermanos. Si fueran más seguramente alguno terminaría por matarme.
-Aún te falta conocer a papá y Caleb – le informó burlona antes de apresurarse para reunirse con Connor que la esperaba ceñudo.
Dionis sólo atinó a gemir. ¡Dos Blackdalion más.!

Cuando los vio entrar , Elady se lanzó contra el joven rubio que iba delante. Abrazó con fuerza a su hijo, agradeciendo que estuviera vivo. A pesar de que su prioridad era abrazar a Connor fue conciente de varias cosas.
En primer lugar que el joven morocho , apenas mayor que Conn, era el Dionis de Kalymera. Le gustó inmediatamente aunque había algo de recelo  en él, no sería fácil acercarse .
En segundo lugar confirmó lo que sospechaba, Kalymera amaba al mago  y estaba dispuesta a defender ese amor contra viento y marea. “Pobre Kyrios” , pensó divertida.
Y lo tercero tenía que ver con el menor de sus hijos, Connor no sólo estaba más delgado sino que había algo diferente en él, sus ojos plateados reflejaban una madurez nueva. Estaba ansiosa por escuchar lo que él tenía para contar y para callar, con los años Elady había aprendido a comprender los silencios de sus hijos tan bien como las palabras.

Dionis había esperado que la madre de Kaly se pareciera físicamente  a ella, aunque si uno veía más allá de las apariencias el parecido era evidente, tenían el mismo espíritu.
La madre era un poco más alta que Kalymera, rubia y de ojos grises, tal como el hijo que abrazaba. Aunque las delicadas facciones eran parecidas a las de Kaly. Había calidez y fuerza en aquella mujer y cuando se acercó confiada  a saludarlo , Dionis se sintió a gusto con ella. Tuvo la sensación de que así deberían ser las madres,  capaces de transmitir confianza y ternura, recordó que así había sido la suya.
Elady los invitó a sentarse y durante un par de horas interrogó a Connor y a Dionis, para la hora de la cena su curiosidad estaba satisfecha y sabía todo lo que podía saberse.
Kalymera miró a Dionis, estaba cohibido en presencia de su madre y hermano , no era para menos, incluso mientras contaba sus desventuras Conn no le quitaba la mirada amedrentadora de encima. Su madre era toda dulzura pero aún así, o quizá por eso, acobardaba a Dio.
La joven pensó que el mago no le diría lo que había ido a decir , cercado por sus familiares Dionis había perdido el impulso de sinceridad que lo había llevado hasta ella. Al menos estaba allí , pensó con alivio .
Cuando Elady manifestó su decisión de partir  hacia el Frente Durken donde las fuerzas aliadas combatían a Tonan y Deveró , Dionis se ofreció a acompañarlos.
Así fue como dos días después los tres Blackdalion y el mago partieron hacia donde Kyrios combatía con los enemigos.
Dionis no fue capaz de hablar con Kalymera, sabía que se dirigían a una batalla decisiva y  le bastaba con estar junto a ella.
Allí  en Durken lo esperaba su destino y más allá de lo que había hablado con Dian no  creía que pudiera dejar a Kaly si le decía lo que sentía. No  sería libre hasta derrotar a Deveró y no quería involucrar a la joven .

Durante el camino hubo un par de incidentes, a pesar de que en un principio Connor no confiaba en el mago , tuvo que reconocer  que tenía valor y que era una gran ayuda.
Una patrulla los persiguió y cuando estaban por capturarlos Dionis desplegó su poder. Abrió una zanja en la tierra  , coartándoles el avance a los perseguidores.
El otro incidente fue cuando un mensajero los alcanzó, sólo llegó hasta ellos porque Connor lo reconoció como parte de su ejército. El hombre les informó que una cuadrilla enemiga estaba atacando Levany.
Kalymera vio a su hermano palidecer, él había estado en Levany, allí lo habían ayudado y ahora se encontraba en un dilema. Elady también descubrió la disyuntiva de su hijo.
-Debes ir, te necesitan...-dijo Elady a su hijo
-Debo ir a Durken , ese es mi deber – aclaró él con los ojos oscurecidos- Tengo que acompañarlas y mi lealtad está con ustedes.
-Ya no Connor, ahora está dividida...y ellos te necesitan. Nosotras estaremos bien y sabes que tu padre  estará bien, Caleb, Dominick,  y nosotros estaremos allí.
-Mamá...-dijo él con el corazón apesadumbrado
-Yo me encargaré  de que lleguen a salvo – intervino Dionis y Connor que había vislumbrado el poder del mago supo que podía confiarle la seguridad de las mujeres que amaba.
-Ve hijo, responde al llamado ...– insistió Elady y Connor tomó  la decisión de partir.
El rubio caballero besó a su madre y hermana y estrechó la mano del mago ,“ Gracias” dijo sinceramente y Dio aceptó la confianza que le otorgaba.
Luego el joven Blackdalion partió al galope junto con el mensajero.
Un par de días después arribaron al Fuerte, no había noticias de Kyrios o Caleb, estaban en el campo de batalla y no se sabía nada. Las fuerzas conjugadas de Tonan y Deveró eran poderosas y  el combate era arduo. Nadie confiaba en un resultado favorable
Kalymera no resistió ver a su madre tan preocupada y cuando ella y Dio se descuidaron escapó hacia  la lid para buscar a sus familiares.
La joven desmontó del caballo muy cerca de la liza pero no pudo distinguir  nada, sólo grupos de hombres atacándose unos a otros, era muy difícil identificarlos.
Se escabulló tratando de localizar el estandarte familiar o reconocer las armaduras , de pronto sintió la voz de Dionis y supo que él no había perdido el tiempo , había ido tras ella apenas descubierta su ausencia.
-¡Kalymera  ven acá! – la llamó Dionis mientras corría detrás de ella – Es muy peligroso – le dijo reteniéndola por un brazo
-¡Tengo que ir ! - protestó la joven zafándose de él
-¡Van a matarte, y muerta no vas a ayudar a nadie! – gritó mientras ella se alejaba decidida- muchacha tonta – murmuró para sí mismo y se apresuró para alcanzarla.
Cuando llegó a ella la retuvo por la cintura y se la echó al hombro como un costal. La joven se revolvió tratando de que la soltara pero la fuerza de Dio era superior a la suya, lo golpeó con ímpetu en la espalda sin  resultado alguno.
-¡Suéltame! – gritaba mientras se retorcía bajo el férreo agarre del mago.
-¡Basta ya!, no pienso soltarte -le respondió él alejándose del campo de batalla. El menudo cuerpo de Kalymera le permitía manipularla con facilidad.
Estaba tan concentrado en salvar a Kalym que no notó cuando los  hombres se les acercaron hasta que el duro golpe de uno de ellos lo derribó .Eran dos, uno  le arrebató a Kalym sujetándola  y el otro lo aprisionó contra el suelo apoyándole un pie en el pecho mientras lo inmovilizaba apoyando la espada en su garganta.
-Vas a desear no haber nacido – rugió el que lo sujetaba,  y los feroces ojos azules capturaron la atención de Dio, paralizándolo inexplicablemente. Sintió el frío del acero en su piel pero Kalymera se lanzó contra su captor impidiendo que lo atravesara.
-¡Espera papá! – gritó la joven sujetando la mano del hombre- Es ...mi... amigo – explicó ella y el hombre retiró  con reticencia la espada del cuello de Dio al tiempo que abrazaba a la joven.
-¿Estas bien Kalymera?- preguntó preocupado quitándose el yelmo.-¿estás segura que este hombre es tu amigo?
-Sí – contestó ella  mientras el otro hombre, Caleb, se acercaba.
- Ennis nos avisó que estabas a salvo..te creíamos segura en Winterday  - dijo con tono de reproche-.Luego los vimos de lejos y creímos que te estaba atacando – se justificó Caleb dirigiéndose a Kalymera e ignorando a Dionis-
-Estoy bien- confirmó Kaly – él estaba tratando de alejarme del campo de batalla, iba a buscarlos . Estaba muy preocupada por ustedes – explicó ella y su hermano la abrazó.
Dio comenzó a incorporarse y pensó que los Blackdalion tenían la mala costumbre de tomarlo por sorpresa. Al ver la cara descubierta de Kyrios   notó que los ojos eran iguales a los de Kalymera y entendió que por eso lo habían conmocionado. A su vez, los dos hombres se detuvieron a escrutarlo lentamente, al tiempo que escudaban a la joven con sus propios cuerpos como si él fuera una amenaza. Dionis reconoció que eran intimidantes y que si él no fuera quien era, hubiera salido huyendo de aquel par de guerreros. Sin embargo, estaba muy seguro de sí mismo y se sabía tan peligroso como los leones Blackdalion . Así que se paró frente a ellos y los miró desafiante.
Algo relampagueó en la mirada de Dionis y antes de que ella descubriera el significado , el mago desenvainó sus espadas y se dio vuelta . Su padre y hermano hicieron lo mismo, pero antes la pusieron en el centro, dejándola protegida en el circulo que formaban los tres. Los estaban atacando. Kalymera sólo se quedó quieta , cerrando los ojos con fuerza. No quería ver, antes del ataque había observado cambiar las expresiones de sus tres acompañantes ,eran feroces. Con anterioridad había contemplado a sus familiares combatir e incluso a Dionis, pero aquello era una matanza, escuchó los ruidos, percibió los movimientos pero no miró, sólo cuando la tomaron por un brazo y reconoció el toque gentil de Dio abrió los ojos.
-¿Estás bien? – preguntó él y ella asintió con la cabeza. Trató de localizar con la vista a su padre y a Caleb pero el mago le impidió mirar.
-No mires- susurró él  apoyándola en su cuerpo ,pero antes de que ella pudiera preguntar , sintió la voz de Kyrios.
-Debemos irnos de aquí, es peligroso.- dijo Kyrios con tono imperativo
-Trae a Kalymera , volveremos al Fuerte –ordenó Caleb al mago y la joven supo que habían llegado a una tácita tregua por protegerla a ella. Además estaba segura que Dio los había impresionado favorablemente con sus habilidades como guerrero y eso que los Blackdalion no eran fácil de impresionar
Los hombres avanzaron y Dio los siguió llevando a Kalymera , cuando se encontraron en un terreno medianamente seguro , su padre se giró y le habló a la muchacha.
-¿Tu madre está en el Fuerte? – preguntó  aunque ya sabía la respuesta.
-Sí ..está esperándolos.
- A ti también supongo, no creo que te haya autorizado a meterte en medio de una batalla – comentó cáustico y ella desvió la mirada.
-Padre...
-Después Kalymera, ahora debemos irnos, después hablaremos de todo, incluyéndote a ti – comentó clavando sus ojos en Dionis, luego volvió la vista a su hijo mayor- Caleb, consigue unos caballos, no tenemos tiempo que perder.
  Evidentemente estaban cerca de su campamento  porque Caleb volvió pronto con tres caballos y sin muchas explicaciones “rescató” a su hermana de brazos del mago y la montó  consigo.
Se encaminaron hacia el fuerte pero fueron interceptados por una patrulla.En un jactancioso  despliegue de poder Dionis los detuvo conjurando bolas de fuego.
El mago se sentía resentido por el trato de los Blackdalion y actuó antes de que ellos tuvieran tiempo de desenvainar sus espadas, quería demostrar que era poderoso y digno...digno de estar junto a Kalymera.
-Bueno eso nos facilitara la marcha...-comentó Kyrios y una fugaz sonrisa se dibujó en su rostro aunque ninguno de sus acompañantes la captó.
En menos de media hora llegaron al Fuerte, Kyrios desmontó con rapidez y con grandes pasos se encaminó a buscar a su esposa. No debió recorrer mucho camino porque ella salió a su encuentro.
-¡¿Qué haces aquí Ely?! – rugió él pero ella permaneció impasible.
-Buscarte ...una vez más- dijo ella y la mirada de él cambió al tiempo que se acercaba para estrecharla con fuerza.
-Te dije que se parecía a ti – comentó él en voz baja  mientras imperceptiblemente señalaba a su hija
Elady sonrió y lo abrazó con más fuerza mientras le susurraba
-Connor está bien...
-Lo sé , hace unas horas me llegó un mensaje de Dominick. Vamos, tenemos que hablar y debo volver a la batalla pronto.
Ella asintió y entraron abrazados mientras Kaly, Dionis y Caleb los seguían de cerca.
En poco tiempo Kyrios los puso al tanto de los hechos recientes. Deveró y Tonan avanzaban con rapidez hacia la corte, pretendían tomar la Ciudad Real y matar al Rey, los ejércitos de la alianza combatían con todas sus fuerzas pero apenas podían retrasar su marcha.
Dominick comandaba un ejército al este y el hermano mayor de Elady atacaba en el oeste, Kyrios y Caleb estaban en el centro tras los pasos de los enemigos.
El patriarca de los Blackdalion estaba determinado a acabar con Tonan, tenían una cuenta pendiente pero las artes de Deveró le dificultaban el camino. Dionis también tenía una cuenta que saldar así que decidió combatir con ellos, él detendría a Deveró. Kyrios miró los ojos celestes del joven y vio la misma determinación que él tenía, también percibió la inquietud en su hija pero algunas batallas eran inevitables.
Antes de partir Kyrios besó a su esposa y le habló serio
-Esta vez quédense a salvo aquí Elady, por favor necesito saber que estarán seguras. Mi amor ,sueles hacer todo lo contrario a lo que digo pero  cuídate, no soportaría que algo te pase . Tal vez tengas suerte y alguien intente tomar el fuerte, así podrías sacar tus garras y divertirte...-bromeó él pero la intensidad de su mirada ponía al descubierto sus verdaderos sentimientos-
 -Prometo esperarte aquí con Kaly  siempre y cuando tú prometas volver sano...No podría soportar otra vez...-dijo ella y él apoyó sus dedos en los labios femeninos para silenciarla.
-Volveré y traeré a los muchachos conmigo-prometió él
-¿Los muchachos? – preguntó Elady intrigada
-Sí, me temo que no nos vamos a librar del joven mago , ¿verdad?
Ella sonrió aunque la preocupación se reflejaba en su rostro y luego despidió a Caleb y Dionis.
Kalymera también los despidió y cuando saludó a Dio , ambos estuvieron a punto de confesarse lo que sentían, pero no lo hicieron. Kaly tenía mucho miedo y pensó que se lo diría después, era una forma de prometerse a sí misma un futuro, un futuro con Dio. Por otra parte el mago aún no se sentía libre, la vio allí rodeada por su familia y no fue capaz de hablar, no tenía nada que ofrecer, sólo cuando Deveró no fuese una amenaza él podría volver a ella.
Cuando se alejaron , la joven sintió una extraña sensación. El aire era fresco y el cielo estaba limpio, el mundo tenía una hermosura extraña , casi dolorosa y ella lo atribuyó a la inminencia del combate. La existencia era tan frágil que parecía cobrar una intensidad suprema cuando se acercaba al límite, cuando pugnaba por la subsistencia.


Los tres y un gran grupo de soldados marcharon al frente , cuando alcanzaron a sus enemigos se separaron . Caleb se encargó de despejar el camino para que su padre fuera tras Tonan y Dio fue tras Deveró .
Dos antiguas batallas debían acabar aquel día y en medio del campo de batalla cuatro hombres ansiosos esperaban el enfrentamiento , el esperado desenlace.
Kyrios persiguió a Tonan , sólo cuando llegó hasta un descampado y vio que habían dejado atrás la batalla comprendió que su enemigo lo había guiado para tener un combate a solas.
Blackdalion descendió del caballo y el otro hombre hizo lo mismo , al tiempo que desenvainaba su espada.
-Vaya Rog , esta vez vas a enfrentarte a mi como un hombre – dijo Kyrios con desprecio
-Esta vez voy a asegurarme de matarte Kyrios  para que no vuelvas a interferir en mi camino
-Inténtalo – rugió el León Negro y  alzando su espada se lanzó contra su enemigo.

Dio podía distinguir al hombre de cabello blanco delante suyo, espoleó al caballo y lo siguió.
Lo perdió de vista por unos minutos pero cuando lo volvió a localizar , descubrió que Deveró estaba de pie esperándolo indolentemente. La mirada negra del hombre era una espina en el alma de Dio y sintió la furia y el poder crecer dentro de él, se arrojó del caballo y se dirigió hacia su oponente.
-Dionis, has venido a mi , te agradezco que me evites la molestia de irte a buscar...
-Voy a evitarte la molestia de respirar – le espetó furioso el joven moreno lanzándose contra él, pero una especie de golpe invisible lo paró. Aquello recordó a Dio que no debía precipitarse , Deveró era peligroso.
-Voy a matarte Dionis , pero antes tomaré tu poder. Después...mataré a Bladian y a esa jovencita que anda pegada a ti. Voy a destruir todo lo que te importa ...y demostrar a los que predijeron que serías el mejor de nosotros que estaban equivocados.
-No voy a permitírtelo...-dijo Dionis y concentrando su magia atacó  a Deveró. Sin embargo este detuvo el ataque
-Tal vez puedas contra mi magia pero ¿puedes contra el poder de tu sangre? ¿puedes contra el poder de Bladian? – añadió el mago y le devolvió el ataque a Dio.
Luego todo se convirtió en un caos.
Bolas de fuego iban de uno a otro, golpes invisibles que los hacían tambalear, grietas en el suelo que los obligaban a moverse con rapidez.
Había soldados de ambos bandos combatiendo a su alrededor pero ninguno intervenía. Estaban entrenados para hacer frente a espadas, lanzas y flechas pero ninguno se atrevía a interferir con los magos. Temían el poder que no comprendían, así que en medio de tanta gente Dionis y Deveró  se enfrentaban en soledad, magia contra magia.
Se atacaban sin tregua alguna, desplegando todo su odio y poder.
Sin embargo Dio sentía que su fuerza mermaba, tal vez era cierto que no podía contra la magia de Dian que Deveró había asimilado, tal vez había sobrestimado a su enemigo.
No quería perder, no podía pero cuando uno de los ataques de su enemigo lo lanzó al suelo el mago temió lo peor. Vio a Deveró acercarse, sintió la oscura  magia cernirse sobre él, lo escuchó murmurar un hechizo y luego sintió un dolor intenso que lo hacía convulsionarse
-Acá termina todo Dionis, pero antes tomaré tu poder y ya no habrá ningún obstáculo. Nadie podrá detenerme. Te pareces tanto a tu padre, incluso en la forma de morir
Dio no era capaz de incorporarse , quería destrozar a Deveró, borrarle su cínica sonrisa pero no podía, estaba a su merced.
Recordaba a sus padres, a su hermana y a Kalymera...el dolor se volvió más fuerte intensificado por la sensación de perder su último sueño, de no poder evitar que la felicidad se le escapara de las manos.


Algo golpeó a Deveró desviando su atención y retrasando la ejecución de Dio. Eran piedras y  a escasa distancia del maléfico mago , Dionis vio al atacante.
Sólo a Kalymera se le podía ocurrir atacar al más poderoso de los hechiceros – sin contarlo a él- con piedras. Los ojos azules de la joven echaban chispas,  con el pelo agitándose  mientras arrojaba las piedras, parecía una diosa vengadora ,pero su furia nada podría con la del mago. Iba a aniquilarla por tratar de defenderlo, porque eso era lo que ella estaba haciendo. Estaba tratando de salvarle la vida y  pensar en eso renovó la fuerza de Dionis.
Ella siempre creía en él , y no iba a defraudarla.
El joven lanzó una imprecación contra los Blackdalion ¿dónde estaban cuando Kalymera los necesitaba? .¿Por qué siempre había uno dispuesto a asesinarlo a él  si se le acercaba, pero ninguno la defendía de su imprudencia innata?
No había nadie que la protegiera, sólo él  y estaba más que dispuesto a dar su propia vida por defenderla, por conservar la alegría de sus ojos azules , su fe ciega en un mundo mejor
El joven se puso de pie y gritó desafiando a Deveró, no dejaría que volviera a quitarle un ser amado. Jamás dañaría a Kalymera .
-¡Sólo tú y yo Deveró! –  exclamó  enérgico
Antes de concentrarse en su enemigo, quien se dirigió  a él  al escucharlo, Dio le dedicó una mirada a Kalymera con la que pretendía decirle todo lo que  tal vez nunca podría decir con palabras.
La joven gimió, no quería perderlo. Vio como Dionis recibía a su enemigo con una sonrisa feroz al tiempo que hacía un gesto mínimo con las manos. Fuego blanco brotó del suelo delimitando el terreno de pelea, rodeando a los dos magos .Luego ,donde estaba el rastro ígneo  se levantó una barrera invisible que  los dejó aislados .
-Sólo tú y yo ...-volvió a susurrar Dionis
-¡Noo! – gritó Kalymera sabiendo que aquel combate sería a muerte , intentó llegar hasta la barrera pero unos fuertes brazos la sostuvieron por los hombros impidiéndoselo . Era su padre.
Kyrios había vencido a su enemigo y sólo tenía una leve herida en el brazo . Había estado a punto de volver al Fuerte pero había visto a su hija atravesar el campo de batalla , adivinando que iba hacia el mago. “De tal palo , tal astilla” pensó Kyrios
-Kalymera -  dijo él en voz queda tratando de calmar a la joven que luchaba por soltarse- Kaly...
Cuando ella lo miró sus ojos estaban llenos de lágrimas.
-No puedo hacer nada – sollozó ella y él la abrazó con fuerza-
-Confía en él ...
-Lo amo-  confesó ella mirando a su padre que se conmovió por el dolor de su hija
-Lo sé- respondió acariciando su cabello.-Lo sé...
Kyrios sostuvo a su hija contra sí. En los últimos tiempos había estado acosado por el temor, su viejo enemigo había vuelto poniendo en peligro la vida de los que amaba. Había visto a Elady derrumbarse ante la desaparición de Kalym y Connor, por eso la había dejado en Winterday , para protegerla y no dejarla sola en sus horas de dolor. Además había pensado que su enfado con él la haría reaccionar impidiendo que se sumiera en la desesperación. Por otra parte, él mismo había sentido que el miedo atenazaba su espíritu, se había entregado a la lucha tratando de  no pensar en la posibilidad de no volver a ver a sus hijos menores.
Ahora abrazaba a su hija y no podía hacer nada para calmar su preocupación por el hombre que amaba, sabía que era una imprudencia permanecer allí contemplando la lucha de  los magos pero no era capaz de llevársela . Sólo podía ofrecerle su sostén , ser su fuerza en su momento de debilidad y confiar en que Dionis vencería y viviría lo suficiente para hacer feliz a Kalymera.
La muchacha podía sentir la respiración y el firme latido del corazón de su padre pero su propia existencia se había detenido. No sentía el aire entrar en su cuerpo, su vida dependía de    la supervivencia de otra, de la de un joven mago . Kalymera no podía apartar su vista de lo que sucedía dentro de la barrera invisible. Deseaba poder apartar la vista ya que temía ver sucumbir a Dio , pero no podía dejar de mirar.
La lucha la atraía como un imán, así fue como vio a Dio convertirse en lobo . Era mucho más grande que la última vez  y más feroz. El animal se lanzó contra su enemigo, atacándolo  con tenacidad, pero Deveró rechazó su ataque.  El lobo tambaleó y volvió a la ofensiva , el mago de cabello cano lo recibió con una siniestra mueca y se enzarzaron en una lucha cuerpo a cuerpo. A veces sus acciones eran tan rápidas y asombrosas que la joven no podía captarlas. Sólo cuando se separaron agotados y comprobó que los dos vivían sintió un momentáneo alivio , aún había una posibilidad de que Dio fuera vencedor.
Kyrios también observaba azorado la particular contienda, dos hombres que utilizaban todo lo que sabían y eran para vencer. Medio aturdido contempló la transformación del joven en animal, luego lo vio volver a su forma humana para blandir  extraordinarias espadas que no eran de metal y vio a Deveró conjurar armas similares para repeler las furiosas estocadas de Dionis.
El León Negro sintió la imperiosa necesidad de intervenir, de correr en auxilio del mago moreno, sólo entonces fue plenamente conciente de que lo había aceptado como parte de su familia. El anhelo de Kalymera, su desesperación , el amor que percibía en su hija habían sido el mejor argumento, pero al igual que ella sólo podía esperar.
Esperar, Kalymera sentía que con cada minuto que trascurría una parte de ella se desintegraba, cada segundo era una eternidad.
Le parecía que nunca iba a acabar, cada golpe de Dionis era devuelto por Deveró, y cada ataque de este era detenido por Dio. Ninguno demostraba ventaja, ninguno cedía , estaban igualados.
De pronto, el poder que los dos poseían pareció concentrase y desatarse con toda su potencia, era algo que se podía notar en el ambiente, casi como si la atmósfera hubiese cambiado.
Entonces ya no pudieron ver lo que sucedía, eran tales la virulencia y las artes que usaban que no podían ser captadas por los dos Blackdalion que permanecían al margen como inmóviles testigos.
De pronto un relámpago azotó el cielo y la tierra tembló bajo sus pies, mientras una luz cegadora explotaba en medio del campo  confinado en que luchaban los magos .
Kalym supo que había sido el final, que todo había sido definido pero el resultado aún era un enigma.
Se separó de su padre y éste no ofreció resistencia, la dejó ir.
La joven avanzó lentamente, mientras una neblina sobrenatural bloqueaba su vista. Debía ir y saber que había sucedido, encontrar a Dionis vivo o muerto, pero necesitaba salir del limbo en que se encontraba.
Se detuvo bruscamente al ver una silueta atravesar la niebla y su corazón volvió a latir al reconocer el cabello oscuro, los ojos celestes y la figura de Dionis.Estaba vivo y era libre.
Cuando la miró , ella distinguió los confusos sentimientos del mago, alivio, pesar, cansancio, triunfo , todos se entremezclaban en sus claras pupilas , pero había algo que predominaba . Un sentimiento estaba por encima de todos los demás y a medida que se acercaba a ella se hacía más intenso.
-Kaly...  ya terminó.-musitó al llegar a la joven y no hubo más palabras porque la abrazó y la besó con dulzura como si fueran los únicos habitantes del mundo.
Cuando se separaron ella le acarició el rostro con reverencia, había temido tanto no volver a verlo y aquel breve gesto bastó para  que él empezara a hablar, para que todo lo que había callado  se exteriorizara finalmente.

-Nadie va a apartarme de ti Kalymera. – dijo con pasión-  Así tenga que pelear con cien  magos como Deveró o enfrentar un batallón de Blackdalions furiosos cada día . No  nos vamos a separar aunque deba  pasarme la vida convertido en lobo para que no perderte de vista...Claro que preferiría ser  tu esposo...si me aceptas
-Dio...
-Te amo Kalymera, te amo y no voy a dejarte ir.
-Te amo Dio y más vale que cumplas tu palabra  o te las tendrás que ver conmigo –dijo ella al borde de las lágrimas antes de Dionis la callara con un beso sin notar la presencia de Kyrios.

-Señora, están aquí – dijo un soldado y Elady se volvió sobresaltada- “Están aquí” pensó y agradeció en silencio que todo hubiera terminado.
Al primero que vio entrar fue a su esposo y corrió hacia él.
-Todo terminó, Tonan ya no nos amenazará más – dijo él y ella notó la herida en su brazo-
-No es nada ...sanaré pronto – le aclaró antes de que protestara.
Luego Elady, dirigió los ojos a su primogénito que tenía una  leve sonrisa de triunfo y finalmente vio a  su hija abrazada a Dionis, se veían exhaustos pero felices , sosteniéndose uno al otro.
“Así será desde ahora” reflexionó con dicha y se dirigió a curar a su esposo, sin embargo fueron interrumpidos por un mensajero quien en un instante le cambió la expresión a Kyrios.
El hombre se apartó de su esposa y se dirigió a su hijo.
-Atacaron Delfas...-dijo y eso bastó para que los ojos de Caleb se oscurecieran de ira, poco tiempo atrás se había comprometido con Maris y Delfas era el hogar de la muchacha. El joven Blackdalion iba a interrogar a su padre pero éste se le adelantó .-Lo siento hijo , es demasiado tarde...-dijo con pesar y vio el dolor en los ojos de Cal
-Debo ir ...-dijo el muchacho y sin esperar a que su padre asintiera salió presuroso sin siquiera despedirse.
Dionis abrazó con más fuerza a Kalymera y ella supo que de ahora en más , afrontarían juntos cada pesar y cada alegría.

Dos meses después , en el Castillo de los Cerezos con gran concurrencia y algarabía se celebraba la boda de la menor de los Blackdalion.
Kalymera y Dionis habían decidido que no vivirían en el Castillo , aunque tampoco se distanciarían mucho. Era un nuevo comienzo y Kalym sentía que aún Dio no estaba preparado para vivir rodeado por su familia, no sólo se iba a casar con ella sino que iba a heredar una familia entera, debía darle tiempo para acostumbrarse A poca trecho del hogar familiar estaban las ruinas de la primera  Residencia de los antiguos Blackdalion , la joven pareja había decidido reconstruirla para crear su hogar. Con mucho esfuerzo, algo de ayuda familiar y un poco de magia lo restaurarían. Por otra parte Bladian se había mudado a vivir con los Blackdalion, Dionis y ella la habían invitado a vivir con ellos pero a duras penas habían logrado  convencerla para que se quedara en el Castillo de los Cerezos.
Mientras la joven ultimaba los detalles finales antes de entrar a la capilla donde se uniría con  Dionis,  su padre entró.
Kyrios contempló a su hija vestida de novia, era tan pequeña aún que le parecía imposible que fuera a casarse. Era verdad que tenía la misma edad que Elady cuando se desposó con él , pero era diferente cuando era la propia hija quien se casaba..
Sin embargo estaba tranquilo, sabía que el amor era verdadero y que Dionis sabría cuidar a su hija.
Se acercó a ella para acompañarla hasta el altar y cuando la joven levantó los relucientes ojos azules hacia él, no pudo evitar conmoverse.
-¿Sabes cariño que tú al igual que tu madre eres el León Blanco de nuestra familia ? – preguntó con suavidad y esperó que aquellas palabras expresaran todo lo que sentía por ella, lo orgulloso que estaba.
La joven sonrió y lo abrazó .
Al entrar Kalymera  vio como sus hermanos rodeaban a Dio junto al altar y pensó divertida que era una suerte que el mago la amara  y que ellos lo aceptaran, aunque seguían siendo un poco suspicaces. También vio a su madre y reconoció el parecido, que antes no había vislumbrado.
Y más tarde cuando aceptó ser la esposa de Dionis y vio  en la calidez en los ojos de él una promesa de amor, supo que había encontrado su lugar.

6 comentarios:

  1. Simplemente maravillosa!!!! Estoy enamorada de estas historias... Felicidades por este gran talento que tienes

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    1. Muchísimas gracias, me hace muy feliz que te gusten porque además son mis historias más queridas! Llevo tantos años escribiendo sobre elloo que son casi reales para mí. Gracias y más gracias por quererlas, tus palabras son n gran aliento!!

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  2. Nata... Esta saga... Esta saga... De por Dioooosss!!!! *_*
    Muchas gracias por hacernos sonreír y sufrir... Y hasta suspirar jajaja

    Lu

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    1. Gracias!!! Qué bueno saber de ustedes nuevamente!!!

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  3. Que gran saga Nata me tienes muy enganchada, de veras me alegras la vida

    Lari

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    Respuestas
    1. Lari que bueno que te engancharas, Lu y tú tienen para entretenerse con esta saga, hay varioas cuentos. Besos a ambas

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