sábado, 21 de enero de 2012

Dark Angel 1 "Un Ángel a Medianoche" Capitulo 4


Rebeldes e indomables. Lo sabia por experiencia, ni siquiera Derek les inspiraba más control o limites y por ello reñían con frecuencia. Pero la verdad era que él mismo había sido así y las quería como hermanas, por que aunque podían ser sus hijas no quería pensar en que los años de diferencia eran demasiados. La vejez quería verla lejana no tan cercana. Esos pensamientos habían dado a que las llamara los ángeles de la noche, más aún por que la mayoría de sus trabajos se realizaban al amparo de la oscuridad. Su pequeña asociación tenía nombre, eran sencillamente: DARK ANGELS.

Increíblemente Kendra estaba disfrutando la mañana y el evento en casa de Los Condes de Rotchild ¿Quién lo hubiera imaginado? Ella hacía unas horas habría preferido seguir durmiendo.  Pero eso le recordó que tenían que bajar el ritmo de trabajo y tomarse unas merecidas vacaciones, de preferencia en alguna isla lejana. Con ese pensamiento en mente Kendra susurró a Brisia:

-          ¿Qué tal Bora Bora?
-          ¿Qué pasa con ese lugar? ¿Algún trabajo?
-          No, nada de eso. Más bien un lugar donde descansar ¿Qué opinas Su?
-          ¿Qué tan lejos está? – Preguntó con interés.
-          Más que suficiente. – Le dijo Ken.
-          Cuenta conmigo entonces.
-          Antes de planear vacaciones sugiero que regreses ese cuadro y avisemos a Derek que no acepte nada más – Derek era el que hacía los tratos, ellas jamás tenían contacto directo con los clientes, de hecho el trato era llevado al mínimo por parte de Derek. – Y sugiero que compren algún cuadro también, es para una buena causa. – Una dosis de realidad de Bri siempre las hacía volver a tierra.
-          Por supuesto – Dijo obediente Sulin y enseguida alzó su paleta y ofreció el doble de lo que había sido la última oferta de una pintura del Támesis. Nadie más quiso igualar su oferta y el cuadro fue a parar a ser propiedad de Su. Quien recibió los aplausos con una radiante sonrisa cuando fue por el.
-          ¡Vaya! Tú si que pones manos a la obra. – Rió Ken y empezó a alzar su paleta por el cuadro que en realidad estaba esperando. Un precioso paisaje de la Toscana, uno de sus lugares favoritos en el mundo. – Nadie alce su paleta ¡Es mío! – Amenazó a las dos.
-          Como quieras, loca. – Le respondió Brisia. – Aunque no sé… Me gusta a mí también. – La provocó.
-          Diré que tienes un tatuaje si te atreves a ofertar por el. – Volvió Ken a amenazar.
-          ¿Y eso qué? No es la maldita edad media.
-          Para todos no, pero para Anneka sí – Dijo refiriéndose a la abuela materna de Bri que era de lo más conservadora y que no dejaría en paz a Brisia hasta lograr que se quitara el tatuaje con láser. Sonrió malévola viendo como Bri bajaba la paleta de inmediato.
-          ¡Juegas sucio! – Le espetó.
-          Siempre que puedo.  
-          Me las pagarás lo sabes ¿verdad?
-          Oh, esto será de lo más divertido. – Casi aplaudió encantada de la vida Sulin y las dos la fulminaron con la mirada. – Pero Ken, tu también tienes un tatuaje ¿no? – Dijo de pronto.
-          ¿De que lado estás? – Siseó Kendra y alzó rápido la paleta pues la puja seguía.
-          Soy neutral. – Dijo aparentando estar ofendida.
-          Pues no lo parece. Además tú también tienes uno.
-          Las tres lo tenemos y es idéntico en forma y hasta lo tenemos en el mismo sitio aquí… - Dijo señalado discretamente el bajo vientre en la parte derecha, ni con traje de baño se podría ver, solo que el bikini fuera demasiado bajo. - Pero el caso es que solamente Bri tendría problemas por ello. – Concluyó Su.
-          Gracias Su. – Esta vez la que siseó fue Bri.
-          En realidad no quieres el cuadro, lo haces solo por incordiar. Te conozco Brisia Devereux. – Reclamó Kendra.
-          Pues me conoces bien. Anda alza la paleta que te lo ganan.
-          ¿Ya van diez mil por el cuadro? – Dijo sorprendida  y refiriéndose al pintor dijo - Tenemos que hacer que Steve exponga de nuevo en la galería de aquí de Londres.
-          Yo me encargo de eso. – Su dedicó una sonrisa aparentemente inocente al pintor que no le quitaba los ojos de encima desde hacía rato, él le devolvió la sonrisa sorprendido y emocionado.
-          ¡Cielo santo! Pareciera que se va a poner a saltar de gusto. – Observó Brisia divertida.
-          Y hará el baile de la victoria de un momento a otro – Añadió Kendra para luego seguir enfocándose en la subasta, justo cuando estaba por alzar de nuevo su paleta y ofrecer $10,000 pues la contienda estaba empezando a ponerse reñida, una potente voz masculina llegó a sus oídos, fuerte y clara y profundamente varonil que casi hizo que le pusieran los pelos de punta, como si esa voz fuera una caricia ¡Pero que tonterías! Trató de buscar al dueño de la voz, pero sólo alcanzó a oír que ofrecía $15,000 por el cuadro. Seguro que solo tiene la voz bella y es un enano, panzón y calvo un resentido con la vida que me quiere arrebatar ese cuadro, se dijo Kendra.  Ella alzó de inmediato su paleta y ofreció $20,000, para ser rebasada poco después  por la misma persona. Poco a poco los demás contendientes se fueron retirando pues la lucha por el cuadro parecía ser cosa de dos únicamente.
-          ¡Pero que voz! – Le susurró Sulin. – Déjalo ganar para que ya veamos quien es, que lo tapan los sombreros de Lady Tisdale y Lady Andrews. Seguro es guapísimo.
-          Con esa voz no lo dudaría. No alcanzo a verlo, por más que intento. – Decía Bri estirando su cuello de cisne.  
-          Par de lujuriosas ¡Por supuesto que no le dejaré ganar! – Enseguida con voz fuerte clamó: - ¡$50,000! – El subastador empezó a clamar la cantidad y cuando estaba por finalizar la subasta, nuevamente aquella condenada voz hizo una oferta.
-          $100,000 – Dijo sin más y un murmullo empezó a recorrer a la gente.
-          Oh, Oh… Creo que ahora si encontraste a alguien que no se intimide contigo -  La voz de su padre le llegó de atrás y ella volteó a verlo enfadada.
-          $150,000 – Dijo ella alzando su paleta. Y la muchedumbre empezó a aplaudir emocionada ante el despliegue de  aparente altruismo. Pero de altruismo no había nada en ese momento por ninguno de los contendientes.
-          Querida ¿no crees que lo estás llevando un poco lejos? – Le llegó de nuevo la voz de su padre.
-          No lograrás nada tío. – Le dijo Brisia, tanto ella como Su le decían tío a Eduard.
-          Al menos lo intenté. – Se sentó a la mesa con un suspiro. En ese momento el oponente de Kendra ofreció $50,000 más y todo el mundo empezó de veras a emocionarse. – Quizás deberías saber a quien te enfrentas – Sugirió Eduard.
-          ¿Lo conoces? – Preguntó emocionada Sulin - ¿Quién es?
-          ¡Cállate Sulin Beresford! – Gruñó Kendra y ofreció $220,000 por el dichoso cuadro.
-          Siempre dice nuestros nombres y apellidos cuando quiere recalcar algo y sobre todo cuando se enfada. – Informó Su a Eduard.- ¿Por qué no la golpeamos y fingimos que se desmayó? – Instó a Bri. – Quizás así la podamos detener antes que ofrezca toda su fortuna. – Al oírla Eduard rió, pero pareció sopesar la idea cosa que no le pasó desapercibida a Kendra haciéndola gruñir.
-          ¡$350,000! – Ofreció la sensual voz masculina y Kendra casi gritó de enfado, justo en ese momento Bri la pisó con fuerza y Ken gimió de dolor llevando de inmediato su mano a su dolorido pie, justo allí Su le quitó la paleta. Demasiado tarde se dio cuenta de su plan y cuando estaba por arrebatar la paleta a Sulin, el subastador concluía, haciendo que les lanzara auténticos dardos dorados a las dos con la mirada.
-          Steve tiene talento pero no es para tanto Ken. – Le dijo Su, recibiendo mas dardos por sus palabras.
-          No siempre es bueno que todo el mundo se entere de tu maldita vena competitiva. – Regañó Brisia y volvió a ser fulminada por Kendra.
-          Chicas… simple y sencillamente ¡Las adoro! – Les dijo Eduard y se levantó no sin antes darle un beso en la frente a Ken que no calmó en nada su enfado. – Tranquila querida, no siempre puedes ganar. – Dicho eso se alejó.
-          ¿No vas a decir nada? – Preguntó Sulin algo preocupada.
-          Las voy a… - Hizo una pausa – matar, pero antes suplicaran que lo haga cuanto antes o mejor aún ¿Saben que haré?
-          No quiero preguntar, gracias.  – Bri sonrió.
-          Me voy a robar el maldito cuadro… - Les susurró malévola y enseguida vio como las dos se sentaban muy tiesas en sus sillas y la miraban sorprendidas. No les dio tiempo a nada más por que el subastador una vez felicitado al comprador, extendía el cuadro hacia el que lo había ganado y las tres voltearon inmediatamente a verlo.

Y por fin ahí estaba, un impresionante hombre se levantaba de su silla con una elegancia y sofisticación que muchos envidiarían a morir.
Alto, hombros anchos, estrechas caderas y un trasero que… su perfil dejaba adivinar una persona atractiva, aún no veía su rostro y se descubrió esperando con impaciencia poder verlo. Llegó al estrado desde donde se había hecho la subasta y tomó el cuadro, se giró hacia la multitud y ella se quedó como paralizada. Su cabello negro refulgía con la luz del sol, sus ojos eran de un azul casi eléctrico, sus facciones parecían haber sido cinceladas pensando en Adonis, boca de pecado, ojos de ensueño y…

No hay comentarios:

Publicar un comentario

LinkWithin

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...