jueves, 5 de enero de 2012

La poesía, primer amor 2° parte


Hablábamos de poemas de amor que nos gustan o que nos marcaron, tal vez porque tengan que ver con alguien, tal vez porque nos despertaron alguna intensa emoción, tal vez por la maestría con que se tallaron las palabras para dar con un verso que toca el alma…
Tengo un par de esos….quisiera compartirlos con ustedes.


El primero es de Jorge Luis Borges y me gusta por muchas razones. Se los dejo para que lo lean y luego les cuento mis razones, les parece?
 
El amenazado
Jorge Luis Borges

Es el amor. Tendré que ocultarme o que huir.
Crecen los muros de su cárcel, como en un sueño atroz. La
hermosa máscara ha cambiado, pero como siempre es la única.
¿De qué me servirán mis talismanes: el ejercicio de las letras,
la vaga erudición, el aprendizaje de las palabras que usó el
áspero Norte para cantar sus mares y sus espadas, la serena
amistad, las galerías de la Biblioteca, las cosas comunes, los
hábitos, el joven amor de mi madre, la sombra militar de mis
muertos, la noche intemporal, el sabor del sueño?
Estar contigo o no estar contigo es la medida de mi tiempo.
Ya el cántaro se quiebra sobre la fuente, ya el hombre se
levanta a la voz del ave, ya se han oscurecido los que miran
por las ventanas, pero la sombra no ha traído la paz.
Es, ya lo sé, el amor: la ansiedad y el alivio de oír tu voz,
la espera y la memoria, el horror de vivir en lo sucesivo.
Es el amor con sus mitologías, con sus pequeñas magias inútiles.
Hay una esquina por la que no me atrevo a pasar.
Ya los ejércitos me cercan, las hordas.
(Esta habitación es irreal; ella no la ha visto.)
El nombre de una mujer me delata.
Me duele una mujer en todo el cuerpo.

Jorge Luis Borges

En primer lugar me gusta porque la primera vez que lo escuché me impactó, si lo escuché que lo recitaban en un evento y fue “amor a primera vista”, incluso en una novela que veía recitaban sus versos finales…pero mucho tiempo después supe que era el mismo.
Debo decir que Borges es uno de mis escritores favoritos y eso le agrega un plus, pero además era la particular visión del autor y la intensidad que se adivinaba en esas palabras. Vale decir que él no fue un hombre muy apasionado ni famoso por su vida amorosa, de hecho su gran amor fueron los libros…pero este poema me hace pensar que hubo alguien que lo estremeció lo suficiente para sentirse amenazado.
Esa fue otras de las cosas que me atrapó, el amor visto como una AMENAZA, algo de lo que intenta huir, algo contra lo que no le sirve nada de lo que tiene y nada de lo que es, ni su historia, ni sus gustos, ni siquiera sus libros.
Está indefenso frente al amor.
Y esa mujer, ese amor que lo amenaza se convierte en todo.
“Estar contigo o no estar contigo es la medida de mi tiempo.”
El tiempo depende de estar o no con la persona amada, es la única medida, incluso la realidad depende de esa persona, lo que no comparte con ella es irreal…
“(Esta habitación es irreal; ella no la ha visto.)”
Y los versos finales , son simplemente perfectos.
“El nombre de una mujer me delata.
Me duele una mujer en todo el cuerpo.”
El primer verso, porque también yo alguna vez me he sentido delatada por un nombre, ya sea porque me sonrojaba si lo mencionaban, porque estaba pendiente o porque ese nombre era tan valioso para mí como la persona que lo llevaba. El nombre de la persona que se ama, deja de ser sólo un nombre, pasa a ser algo más.
Y el verso final porque habla de deseo, de amor y de la necesidad  que se convierte en algo doloroso , y quisiera alguna vez despertar eso.


¿Les hablo de otro de mis poemas favoritos? Casualmente ninguno de los dos es muy alegre, creo que hoy estoy de un humor algo melancólico…o tal vez los poemas de amor tienen siempre algo de tristeza, como si el poeta exorcizara en ellos los sentimientos dolorosos del amor y cuando es dichoso, sólo lo viviera, callando los versos porque el sentimiento de felicidad no puede decirse, sino vivirse.

Este poema es de una mujer y habla sobre la espera del amor correcto, sobre elegir a un amor que no es real mientras tanto o tal vez, en que el amor correcto es ese que creíamos que no lo era. Es de Julia Prilutzky Farny
No es el amor, lo sé, pero es de noche...

No es el amor, lo sé, pero es de noche
y yo estoy sola, frente al mar que espera
con las uñas viscosas de sus algas
y el sello de la sal sobre sus piedras:
sin cesar, desde el agua y las espumas
mil ramajes de brazos me recuerdan
que aguardan todavía
tendiéndome su ausencia.
Las mismas olas que devoran barcos,
que van hundiendo mástiles y velas,
tiran siempre de mí
salvajemente
ceñidas, enroscadas, como cuerdas.

No es el amor, lo sé, pero qué importa:
tiene su mismo rostro hecho de niebla
y su temblor febril y su acechanza,
tiene sus manos blandas que se aferran
con dura precisión.
Tiene su misma insólita presencia
con el prestigio de un fulgor pasado
y la futura soledad que empieza.
Tiene sin duda del amor la insidia
y el desgajado abandonar reservas
hasta quedar desnudo
como un árbol reseco.
Tiene el rondar la sangre
como un fantasma hambriento
sobre la inaccesible piel del mundo,
lamiendo inútilmente su corteza,
desesperado, ávido,
con la exacta impaciencia
del querer, del después,
del otoño y la espera.
Y aquel recomenzar desde la bruma
que es su signo quizá.
Y su señal más cierta.

No sé cuándo ha llegado:
es como un viejo amigo que regresa
con el rostro cambiado por los viajes,
las fiebres, el alcohol, las peripecias.
Reconozco sus rasgos,
su voz que ha enronquecido, pero es ésta,
su antigua voz que dice otras palabras
semejantes a aquéllas.
No es el amor, lo sé, y sin embargo
es su paso otra vez, y las caricias
recobran los caminos sin urgencia.
No hay palabras, y puedo estar callada:
todo es tan simple así, tan sin sorpresa
y es tan fácil estar, tan necesario.
No es el amor, tal vez. ¿Y si lo fuera?



Me gusta porque evoca la soledad, la espera y la necesidad de amar. Me gusta las imágenes que crea, la musicalidad que tiene ( debe leerse en voz alta sin dudas).
Ese aceptar a quien llega y esa forma de describir las caricias recobran los caminos sin urgencia”, ese resignarse de alguna forma a un amor más calmado, menos apasionado.
Aceptarlo con la conciencia de que NO ES el amor que se espera, y sin embargo ese cierre perfecto que deja abierta la posibilidad de que tal vez este sea el verdadero amor.
Siento que es como dar una oportunidad, como aceptar dejarse amar y permitirse amar…


Claro que el sentido de los poemas son así de azarosos, dependen de nuestros corazones, del eco que hacen en cada uno de nosotros…
Tengo algunos más, sigo en otra oportunidad , ya por hoy fue mucho despertar emociones que estaban dormidas junto a mi recuerdo de estos versos.

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