jueves, 19 de abril de 2012

Dark Ángel 1 "Un Ángel a Medianoche" Cap 19


Hacía pocos años, las tres seguían sin haber experimentado lo que al parecer volvía loca a las personas, el sexo. Así que tomando en cuenta que ellas habían hecho de todo: escalar montañas, tirarse de aviones al vacío, introducirse en cualquier sitio por peligroso que fuera y mil cosas realmente peligrosas, decidieron que también tenían derecho a gozar y de paso comprobar en carne propia que tan gratificante podía ser el sexo.


Habían acordado aquello después de una noche de copas en el departamento de Kendra en Nueva York y planeado una estrategia como si de un negocio se tratara, cada una había elegido su objetivo. Tenía que ser un hombre guapo, que no fuera un idiota al menos no en el sentido completo de la palabra, lo suficientemente listo para no esperar nada más y que por supuesto, supiera desempeñarse bien en la cama, ¿Qué mejor para no querer compromiso que un egocéntrico pintor, un arrogante escultor y un caprichoso e impredecible pianista? La cosa no había ido nada bien desde el principio, estaban demasiado centrados en sí mismos, eso en realidad no era malo puesto que las tres detestaban que invadieran su espacio y por lo mismo, jamás rendían cuentas de sus actos, pero una vez iniciado el proyecto se vieron inmersas en las vidas exageradamente temperamentales, atormentadas y dramáticas de los tres.

Sus llamadas crisis de creatividad, sus celos enfermizos y la idea de sentirse el centro del universo dieron al traste con todo. Poco faltó para que literalmente salieran corriendo despavoridas.  Pero eso fue después de probar lo que tanta curiosidad les había despertado, no había sido nada del otro mundo y habían llegado a la conclusión que no valía la pena soportar tanto drama. No habían estado con ellos más de tres semanas.
Después del funesto episodio tanto el pintor, el escultor como el pianista habían propagado sendas historias de cómo ellas les habían roto el corazón y afectado su capacidad de expresarse por medio de las artes. Cuando hacía tan solo unos días habían dicho que ellas eran la razón de su existencia y que eran sus musas inspiradoras. Después de ponerlos en su sitio y de acordar que expondrían en las dos galerías que ellas poseían e irían a un concierto para darle mas publicidad al pianista, los rumores dieron paso a que habían reanudado la relación, poco importó puesto que al menos se habían salvado de irse a la ruina  ya que la reputación de ellas como empresarias estaba en entredicho. Juraron no volver a idear plan semejante respecto a los hombres, habían sido complicados, ilógicos, exagerados y en resumen todo había sido un magno desastre. 

-      Morgan lloraba después del sexo – Recordó con un mohín y un estremecimiento de repulsión Sulin. Morgan era el escultor originario de Bélgica muy guapo pero muy arrogante y fanfarrón, pero un sensiblero en las ocasiones menos recomendables. – Le quitaba toda la emoción al momento que de por si no resultaba nada extraordinario. – Entre las escandalosas risas, Brisia dijo lo que también había callado por vergüenza.
-      Pierre me leía sus poemas antes de… y eran terribles, terribles, su voz me parecía de lo más infantil y melodramática, combinación que me hacía aguantarme la risa y después la desesperación. –  Pierre era el pianista originario de Suecia, era casi tan rubio como la propia Brisia, pero igual que los otros era todo un caso, creía que por tocar bien el piano, podía componer poemas igual de bien. Las risas seguían y Kendra habló también.
-      Estando en los preliminares a Fabio se le daba por preguntarme si lo amaba, para luego cambiar y preguntarme si me estaba imaginado a otro en su lugar, me celaba antes, durante y después. Mucho me temo que sigue sin ser gracioso. – Las risas menguaron. Fabio era portugués,  celoso y maníaco hasta la medula, insistía en pintarla desnuda, cosa a la que se negó tajantemente. Pleitos sin sentido y por la menor de las cosas terminaron por enfermarla. – Ni loca me relaciono con alguien así nuevamente.
-      No te culpo. Morgan tenía esos arrebatos de llanto y yo quería estrangularlo. Solo lo hicimos dos veces, y en ninguna llegué al clímax, así que no se que es eso, prácticamente soy virgen.
-      También soy virgen entonces, igualmente dos veces y nada de éxtasis. – Dijo Brisia riendo. - ¿Y tú Ken?
-      Ni aunque nos hubiéramos puesto de acuerdo, también dos veces y no conocí al señor orgasmo.
-      ¿Ven? ¡La tercera es la vencida! Estos hombres no nos harán dramas, -Dijo Su refiriéndose a Briatore y sus amigos. - Al contrario. Y si que sabrán como encender a una mujer, creo que nos lo merecemos en vista de los fracasos pasados. Estamos más que preparadas para defender el corazón ¡venga! No sean cobardes.
-      Así que si Angellis es para Brisia y Briatore es para mí ¿Quién es para ti? – Preguntó Kendra siguiéndole el juego.
-      No sé, quizás el otro que los acompaña.
-      ¿Quién es por cierto?
-      Un tal Miguel, de madre brasileña y padre inglés. Una mezcla de lo más sugerente ¿no creen? Si me gusta, ya veremos. Multimillonario igual que los otros dos, creo que hasta hay títulos en su familia, no se, eso no me importa pero al menos no le importará el mío. No se su apellido y no he tenido tiempo de investigarlo por el Internet, pero seguro es igual de mujeriego que los otros dos.
-      Lo que propones es arriesgado, mejor intentémoslo en otra ocasión ¿Qué tal en unos 20 años? – Dijo Bri levantándose y caminando hacia la puerta.
-      En 20 años seguirás siendo una hermosa mujer, pero, desearás haberme hecho caso. – Alcanzó a decirle Sulin, pero Brisia ya salía por la puerta.
-      Por si no te acuerdas, no quiero nada con Briatore, Su. Así que deja tus locas ideas por el momento, mejor aún, ¿por que no lo intentas tú primero y luego nos dices que tal?
-      Está bien, lo haré. – Kendra no esperaba menos, sabía que cuando algo se le metía en la cabeza, hasta que lo hacía lo olvidaba.
-      Éxito en tu empresa, brindemos por ello entonces pero con un vaso de agua por que Derek desapareció todas las botellas, después de ver como bebía el día que entré a la habitación de Rafael. 
-      Mejor el día de la exposición ¿Qué tal si no me gusta ese tal Miguel?
-      Tienes mucha razón. Y en cuanto a las botellas, ya mandé a comprar no te preocupes por ello. – se calló en cuanto Derek entró en el despacho.
-      Necesito revisar unos datos contigo. – Dijo a Su.
-      Por supuesto.
-      Por cierto, ¿Quién mandó que se llenara de nuevo el bar de botellas? – Las miró a las dos casi diseccionándolas con la mirada y como siempre ninguna se inmutó por ello, pero si que se aguantaron las ganas de sonreír. – Están agarrando demasiado gusto por la bebida. – Por supuesto que exageraba, pero como él no probaba ni gota de alcohol quería que ellas fueran igual.
-      No tengo idea, quizás fue Mary al ver que no había nada gracias a ti, siempre damos una copa a nuestros visitantes mas distinguidos. – Respondió Kendra.
-      No le echen la culpa a Mary.- Mary era la recepcionista.
-      ¿vemos esos datos de una vez? Tengo que salir. – Sulin lo tomó del brazo y se lo llevó mientras hablaba sin parar.

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