domingo, 13 de mayo de 2012

Amargo Recordar Capítulo 5


Max estaba inclinado sobre ella viéndola con el ceño fruncido y un vago gesto de preocupación mezclado con exasperación, en cuanto la vio recuperar el conocimiento dirigió su furia al médico.

-          ¡Me dijo que el verme no le provocaría ninguna reacción adversa! ¿Que clase de Médico es usted? – Le espetó furioso, la voz del doctor parecía haberse escondido – me llevo a mi esposa de este hospital.
-          ¿Esposa? Usted está completamente loco – dijo débilmente Allyson.
-          ¿loco? Pues mi mayor locura fue haberme casado contigo…
-          Eso no fue precisamente amable – Protestó Jaquie para sorpresa de los presentes, sus guardaespaldas personales y el asistente de Max ya estaban en la habitación, haciendo la situación más caótica con el mero hecho de su presencia eso sin contar al médico.
-          ¿Y usted es...? – La fulminó Máximo con la mirada, su voz denotaba impaciencia, Jaquie no dijo nada se limitó a mirarlo fríamente. Pero hasta la tremenda seguridad de su amiga parecía haberla abandonado.
-          Quien sea ella no es de su incumbencia y soy yo la que debería hacerle esa pregunta a usted – espetó furiosa y mucho más recuperada Allyson – Salgan todos inmediatamente de mi habitación ¡esto no es un maldito circo! Y usted vaya a que le examinen la cabeza ¡lo necesita más que yo! Soy una mujer soltera me oye, ¡soltera! solo en algo estoy de acuerdo con usted y es que me voy de este Hospital lo más rápido posible, pero sola no con un lunático al que dejan entrar con toda la facilidad del mundo.

Si la situación hubiera sido diferente tanto jaquie como Allyson hubieran estallado en carcajadas al ver la reacción de los acompañantes de Máximo, ellos eran los que habían quedado en shock en esta ocasión.
Asombrados por que aunque fuera su esposa se hubiera atrevido a hablarle así a su jefe. La reacción de él no se hizo esperar.

-       Salgan todos por favor – dijo con un control que cualquiera envidiaría.
-       Pues yo no voy a ninguna parte – repuso Jacqueline –
-       Será mejor que lo haga por su propio bien –
-       ¿Me está amenazando? – preguntó boquiabierta –
-       Si no accede por la buena tendrán que sacarla, esto es algo entre mi mujer y yo así que no tiene nada que hacer aquí – Allyson observaba perpleja y debatiéndose entre la furia contra él y contra ella misma.

Se sentía débil sólo al verlo, su cuerpo parecía no querer reaccionar y hubiera deseado tener la fuerza necesaria para sacar a todos de la habitación.

-       Jaquie sal un momento por favor – le pidió Allyson, confundiendo a su amiga, quien pareció dudarlo pero al final accedió sin dejar de hacerle preguntas con los ojos –
-       Estaré aquí fuera por si me necesitas, no dudes en llamarme – le dirigió una fría mirada a los presentes y salió.

Al instante salieron los demás y cerraron la puerta. Dejándolos solos. Con un fluido movimiento, él se puso frente a ella y la observó impasible. Estupidamente ella sintió la necesidad de estar mejor arreglada y no con esa horrible bata de hospital. Él, magnifico, como sólo un espécimen de su naturaleza podría ser pensó con algo cercano a la desesperación puesto que se sentía desvalida en esa situación digna de una parodia de locos.

-       Por fin solos… - dijo con voz queda Máximo al tiempo que levemente sonreía de manera irónica y casi divertido al ver como ella al escuchar sus palabras abría los ojos por la sorpresa.
-       Lo último que deseo es estar a solas con el hombre de mis pesadillas y mucho menos encuentro la situación divertida.

Aquello último lo pilló casi por sorpresa, había olvidado lo bien que ella lo había llegado a conocer, tanto como para poder interpretar sus gestos aunque estos fueron mínimos, lo mismo que a él le había sucedido con ella y lo irónico del asunto es que Allyson no se percataba de ello, la muy ingrata se había apoderado de todo su ser, sólo para después hacerle estallar en pedazos. No merecía la piedad del olvido, aunque estaba seguro que ella antes de su amnesia no sintió la más mínima compasión por todo lo que había provocado. La ira se apoderó nuevamente de él y deseó poder descargar toda su furia aunque eso significara emprenderla a golpes con la pared, por que aunque ella se mereciera el peor de los castigos él nunca había pensado en esa clase de venganza, tenía en mente otras maneras para hacerla pagar sin perjudicar esa bella cara y ese cuerpo de pecado… ¿¿Hombre de sus pesadillas…??  ¿Es que acaso había oído mal? Por que eso es lo que ella dijo ¿no?

-       ¿Soy el hombre de tus pesadillas? -Le preguntó sin más.



3 comentarios:

  1. Ya vamos llegando!!! A lo interesante.. Pero xq puñetas pones los capitulos tan cortos, cuando son más largos????

    ResponderEliminar
  2. ¡¡¡La verdad, son muy cortos!!!
    Besos

    ResponderEliminar

LinkWithin

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...