jueves, 24 de mayo de 2012

Doble Trampa1


Con lo que le gustaba el sol, no entendía como había acabado trabajando en Londres. En Barcelona, el clima era mucho más cálido y variado. Allí, casi siempre estaba nublado. Y tampoco le gustaba que lloviera, como estaba haciendo en aquel preciso momento. Se había levantado a las siete de la mañana y ya lloviznaba un poco. Pero eran las ocho y media y estaba diluviando. Llevaba dos meses allí. Su antiguo jefe, le había recomendado a Thom. El dueño y director, de la revista Mujeres de Hoy. Y había tenido suerte, necesitaban una nueva fotógrafa para cubrir los reportajes. Además, había congeniado de maravilla con él y su mujer Helen, eran como viejos amigos. De repente, sus pensamientos fueron interrumpidos por la estridente música de su móvil. Era Karolaine. Ella y Marta, iban de camino a la oficina cuando la habían divisado en el autobús. Así que picó parada, para poder bajarse y caminar el resto con ellas. Descendió las escaleras y se dirigió al paso de peatones corriendo, mientras intentaba abrir el maldito paraguas que en aquel momento se le estaba resistiendo, no viendo venir a la persona que iba en dirección a ella con paso también apresurado. El encuentro fue tan fuerte, que aquella muralla humana se la llevó por delante derribándola bajo su peso en el húmedo asfalto y dejándola al momento sin respiración.


Levantó la mirada, preparada para soltar todo lo que se le estaba pasando por la mente, cuando se quedó bloqueada al toparse con aquel par de ojos verdes. La estaban mirando con enfado, pero al momento vio como éstos pasaron a un escrutinio ciertamente un tanto intenso, poniéndola nerviosa.

-¡Sabrina! ¡Sabrina! -Karolaine y Marta, se acercaron corriendo tras presenciar lo ocurrido. Sacándola de su estupor, la voz de sus amigas consiguió que viera en donde se encontraba. Tirada como una tonta, en medio del asfalto con un adonis medio tumbado encima de ella y empapándose-. ¿Estás bien? ¿Te has hecho daño?

-Sí, estoy bien -Respondió con rapidez, sin darse cuenta que por culpa de los nervios respondía en su lengua natal.

-La culpa la ha tenido éste bruto, que se te ha abalanzado encima -Acusó con rapidez  su amiga Marta. Consiguiendo que el individuo la mirara serio con aquellos ojos verdes, por una fracción de segundo.

-Por supuesto señorita, hoy no tenía otra cosa que hacer que marcarme un placaje y empaparme -Gruñó con voz ronca al tiempo que se incorporaba un poco-. ¿Puede levantarse?

-Sí... Creo que cuando usted, se quite de encima mío -Respondió con rabia. De acuerdo que su amiga lo acusara injustamente, pero tampoco era para ponerse tan brusco con ella. Pudo observar ante su respuesta, que éste arqueaba una ceja y tras levantarse con agilidad le tendía la mano. Pero decidió ignorarla-. Gracias, pero puedo levantarme por mí misma -Volvió a soltar con cierto orgullo, provocando una leve sonrisa en las comisuras de los labios de aquel individuo.

-Vaya... -Notó un tono de humor en las palabras que dijo-. Creo que nos hemos mojado un poquito.

-Sí -Soltó con cierta voz cortante.

-Siento mucho lo ocurrido, iba con prisas por intentar no llegar tarde a una reunión y lo menos mojado posible -Sonrió-. Que cuando la vi aparecer, ya no pude hacer nada...

Iba a responderle, pero tuvo que callar  de golpe, al sentir como el conductor del autobús tocaba el claxon con energía para que salieran del medio. Sí, allí a la gente le daba igual lo que te hubiera sucedido, ellos tenían que seguir con sus vidas. Pensó con rabia al mirar con el ceño fruncido al conductor, mientras se apartaban del medio. Ya en la acera, bajo la protección del paraguas de Karolaine. Su amiga Marta volvió hablar.

-Ahora, como vas a presentarte en la reunión así -le reprochó ésta.

-Pues tendré que ir a cambiarme... –Se alzó de hombros con cierto pesar eh ignorando al hombre que seguía junto a ellas y mirándolas con cierto interés.

-¿También tiene una reunión? –Intervino éste con cierta curiosidad.

-Sí, de aquí a veinte minutos -Volvió a responder Marta-. Y no puede presentarse así –Renegó en desacuerdo ante el aspecto que presentaba en aquel momento.

-¿Trabaja muy lejos? -Preguntó el hombre de forma desinteresada.

-Verá, yo...

-Aquí mismo, en el Edificio XIV -Señaló nuevamente Marta, consiguiendo una mirada reprobadora de ella.

-Me dejaría corregir ese problema, me siento un poco culpable por todo... –Pidió con cortesía.

-No -Lo zanjó con voz cortante y rapida, mirando al momento a sus amigas con gran enfado.

-Mi única intención, es de hacerle llegar ropa limpia lo más rápido posible -Continuó como si ella no le hubiese dicho nada-. Solo dígame su nombre, la planta en donde mandarle...

-¡Qué! -Soltó estupefacta ante aquel atrevimiento.

-Sabrina García -Habló aquella vez Karolaine, empujada por Marta al haberle dado un codazo en la barriga de forma disimulada, sabiendo que si habría la boca su amiga era capaz de atizarla con el bolso-, Trabaja en la novena y décima planta...

-¡Karolaine! -La regañó, totalmente abrumada-. No tiene que arreglar nada, la culpa la hemos tenido los dos y punto -Se dirigió a él, con sequedad-. Siento lo ocurrido, que tenga un buen día -Dicho aquello, emprendió la marcha dándole igual si sus compañeras la seguían.

Diez minutos después, en los servicios de señoras. Sabrina se secaba su larga cabellera rubia, bajo el secador de manos. Mientras que intentaba contener su cólera por todo lo sucedido aquella mañana, pero llegó un momento que  le fue imposible el contenerse más.

-¡Porqué! -Se giró hacia sus dos amigas, quienes la  observaban atentamente como si ya supieran del breve ataque que les esperaba.

-Te lo debía –Comenzó en plan soñadora la más pequeña de las tres-.  Y aparte, está como un tren -Chilló Karolaine.

-Cierto, yo hubiera sido tú y me habría hecho la desmayada por si me hacía el boca a boca -Sugirió Marta divertida.

-Pero si fuiste una borde, acusándolo del encuentro -Señaló Sabrina con tono tosco.

-Que quieres –Se alzó de hombros la chica-. Solo le veía la espalda - Rió-. Además, creo que su cara me suena de alguna cosa.

-¡Estáis mal de la cabeza! -Observó Sabrina con enfado-. Y yo, estoy aquí empapada con una reunión en menos de cinco minutos. Y a punto de sufrir un ataque de nervios... –Refunfuñó mirándose en el espejo del lavabo.

En aquel momento la puerta del aseo se abrió, dando paso a una mujer alta y morena. Susan. Era la chica que faltaba del cuarteto de amigas que había en la  oficina. Siendo ésta la más antigua de allí y secretaria personal de Thom.

-Estas de suerte chica, se acaba de aplazar la reunión por varios motivos –Dijo apoyándose en el mármol del lavamanos y mirándola con el ceño fruncido-. Aparte de eso, te acaban de traer cuatro cajas, que hay que ir a recoger abajo a recepción...

-¿Cómo?  -La miró esperando más información-. No entiendo nada ¿Qué ha ocurrido?

-Que te lo explique Thom –Sonrió traviesa-.  Quiere que cuando puedas,  te pases por su despacho –volvió a sonreír-. Y ya me contaras tu secreto, para  comprar por encargo en Valenttino

-Susan, no te comprendo... –Volvió a señalar extrañada.

-Abajo en recepción, te esperan cuatro cajas –Resopló un poco frustrada-. Supongo que contendrán ropa, dado que son de Valenttino. ¿Por eso, desde cuando eres tan rica para comprar ahí? –Alzó su amiga una ceja inquisitiva.

-¡Valenttino! -Exclamaron de repente exaltadas las otras dos -.

-Eso debe de ser de él, vamos a buscarlas... – Apresuró Marta, saliendo de allí con Karoaline agarrada de su mano sin decirles a ellas nada, entre gritos y risas, sus dos compañeras volaron  de los servicios, dejándolas paralizadas por un momento ante tanta locura.

-¿Y a esas dos qué les ocurre? –Logró articular después de la impresión por aquel alboroto.

-Nada –Gruñó por lo bajo, volviendo accionar el secador de manos-.  Que cuando pueda las líquido.

-Me apunto -Le siguió el juego divertida-. Acuérdate de pasar por su despacho –Suspiró mientras se acercaba a la puerta-.  Me marcho...

-De acuerdo –Dijo con la cabeza boca abajo Sabrina.

-¡Ha! –Puntualizó en alto y sin perder su humor-. Que no se te olvide también, de contarme quien es ese "él "... -Soltó riéndose al ver como su amiga alzaba el rostro con fastidio por sus palabras.

-¡Tú también! -Volteó los ojos al techo-. Dejadme en paz por favor –Sollozó desesperada.- Lárgate ya, luego te diré loca… -Aceptó renegando y quedándose sola.


Cinco minutos después, había conseguido secarse el pelo. Y uno más, para que interrumpieran nuevamente  las locas corriendo como crías, y portando cada una,  un par de cajas en sus manos.

-Sabrina... –La llamaron con gran emoción-. Mira que traemos –Señalaron con la cabeza los  paquetes que traían, depositándolos en el mármol del lavamanos quedándose  quietas con mirada ansiosa,  en espera a que los abriera.

-¿Y? -Preguntó un tanto asustada, sin moverse de donde estaba.

-¿Cómo que, y?... -La acusó Marta-. Ya las estas abriendo.

-Sí, no todos los días una conoce a un adonis y que a los veinte minutos, te compra ropa de Valenttino -Puntualizó la dulce Karolaine.

-Estáis muy mal –Suspiró aterrorizada-. Lo hizo por cumplir...

-¡Ábrelas ya! –La apresuraron las chicas con un grito.

-No pienso aceptar nada, de ese presuntuoso... –Buscaba excusas para no ver que había allí dentro.

-¡Sabrina! -la regañaron desesperadas.

Con dedos nerviosos, levantó la tapa de la caja más grande. Descubriendo dentro de ella un precioso traje chaqueta pantalón, color blanco. Aquel tejido era magnífico… Abrió una segunda caja, hallando aquella vez un fino jersey de punto y un pañuelo a juego con el traje. Y en las dos restantes, había un juego de zapatos. Cada uno era diferente, al igual que de talla.

-Cada vez me gusta más -Admiró Karolaine con tono soñador-. Mira, hay una nota –Dijo emocionada.

Aún más nerviosa, abrió el pequeño sobre marrón y leyó la breve nota en voz alta:

"Acepta mis disculpas. Espero haber acertado en la talla. Los zapatos, no me decidía entre dos números.
Hasta muy pronto, mi pequeña Sabrina.
LC."

-¿La nota está escrita por él? –Se la quitó Mara de las manos para mirarlo-. ¿LC? –Se quedó pensando un momento-. Me suena mucho, de verdad.

-Anda, ponte el traje -La animó Karolaine como si estuviera viviendo un capitulo de cuento de hadas-. ¡Sabrina, despierta! –La zarandeó riéndose.

Se hallaba entre  atontada y enfadada. Por lo visto como él indicaba en la nota,  tenía muy seguro que iban a volver a encontrase. Y además, como se atrevía a tratarla de forma tan posesiva... Encima, éste  jugaba con muchísima más ventaja al saber su nombre y lugar de trabajo. Y ella de él, nada. Solo que era un hombre guapísimo, presuntuoso, que tenía dinero y sus iníciales... Genial, odiaba estar en desventaja.

-¡Te queda perfecto! Vaya ojo que tiene... –Observó maravillada Marta.
-¡Perfecto! –Señaló exasperada.Encima, con solo chocarse adivinaba su talla. ¿Si la tocaba una próxima vez  que es lo siguiente que averiguaría, si estaba ovulando? Suspiró nerviosa, quitándose sus pensamientos sarcásticos, mientras se miraba al espejo. La verdad, es que nunca había llevado nada tan bonito...  Dio una vuelta sobre sí misma, para caer en la cuenta de que no debería aceptarlo. Aquello era como canjear una vaca, por una mujer en tiempos antiguos. Lo que en aquellos momentos, era un par de noches en una cama que no era la tuya. Y ciertamente, no había venido a Londres para ser la esclava sexual de ningún adonis, por muy seductor que éste pudiera resultar. Con el ceño fruncido, se giró a sus compañeras-. Cuando me lo encuentre, le devolveré el dinero –Informó resuelta.

-¡Qué! -Se rió Karolaine.

-¿Y cómo piensas pagarlo? -Preguntó Marta.

-Con mis ahorros... –Dijo convencida.

-Tonta... -Le reprocharon las chicas-. Yo le daría las gracias y ya está. ¿Qué te puede ocurrir? –Se alzó de hombros Marta.

-¿Que se crea que me tiene en su cama? -Ironizó un tanto escandalizada por la actitud de su amiga.

-Que virginal- Se mofó sonriendo Marta-.Pues entonces, coges y le das mi número de teléfono, ya me encargaré yo de zanjar el asunto...-Se rió-. Aunque solo tenía ojos para ti.

-¡Marta! -La regañó sonrojandose.

-¡Qué! –Se excusó-. El tío está que no me veas....

-¡Odio sentirme así! –Gruñó con gran frustración-. Me voy hablar con Thom, necesito despejarme un poco...

-No te enfades –Pidió la pequeña Karolaine.

-Estáis piradas -Acusó con el dedo en broma-. Anda, voy averiguar que ocurrió para la anulación de la reunión.

6 comentarios:

  1. Decido subir aquí esta novela, porque ya mismo termino la quinta parte de esta saga. De modo que iré subiendo desde la primera novela y corrigiéndola de éste modo.

    Se tratan de seis novelas. En este momento, estoy en el final de la quinta. Comencé a escribirlas en el 2007 hasta el día de hoy.

    Se trata de un grupo de cinco amigas, que trabajan juntas en la misma oficina en Londres. Bajo el mando de un encantador jefe, que a veces vuelven loco al pobre. Las pobres, van cayendo una tras otra en las redes del matrimonio sin ellas quererlo así.

    Sabrina -Doble Trampa

    Helen -Comportamiento Incomprendido

    Marta -Lios de Oficina

    Susan -Cazada en sus redes

    Karolaine y Clarise -Becaria Pueblerina

    Rachel -Mi querido guardaespaldas

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  2. ¡¡Pues aquí estare TOOOOOOOOOOOOODOS LOS DIIIIIIIIIAS esperando un capitulo!! Ya con éste me tienes enganchada jajaja.
    Besos

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  3. Yo quiero Karoline, lo sabes...Y sabes que amo esta saga tuya porque además gracias a ella nos hicimos amigas, así que siempre será una historia muy muy querida para mí.
    Y deja de hacer trampa y escribe Ocultándose e Inocencia robada!!!

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  4. Amo esta saga!!!!...al igual que Nata, gracias a esta historia me decidí a escribirte, y así empezó nuestra relación...jajajajja...será motivo para volver a leerla, pero no te olvides las que tienes pendientes de acabar!...besos

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  5. Julissa, que alegría el volver a saber de ti!!!! Pensé que ya te habías ido con algún ricachón por ahí y olvidado de nosotras!!!!

    y ahora, que me paro a mirarlo es cierto. Por culpa de esta saga, me hablaron primero Jarumi, Julissa y Nata. Dios mio!!!!! Lo llego a saber y no la escribo, se convirtieron en mi pesadilla. jajajjaa Es broma, las quiero mucho y no me aarepiento en nada!!!!

    Pero que sepas, mi querida otra abogada (Gaby B, también es nuestra jejee) Que no te perdono el que faltes tanto por aquí. Así que llama de tanto en tanto a la puerta joia!!!!!

    Besotes

    P:D: Ya subí el carajo de Ocultándose al amor 10!!! Así que dejad de decirme que esta pendiente. Lo que prometo lo hago!!! Papanatas (esto es para nata y julissa) jejeje

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  6. jajajaja, yo no hubiera protestado tanto!!!! Me trae buenos recuerdos también esta historia. ;)

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