martes, 5 de junio de 2012

Doble trampa 3



Eran las siete de la mañana y se encontraba en su oficina. Había pasado una mala noche y todo por culpa de Lucas. Tenía que quitárselo de la cabeza, se encontraba en Londres por razones de trabajo y no para romperse el corazón. Como se le había podido pasar por la cabeza la remota idea de liarse con un seductor de aquel calibre. Tanto clima húmedo le tenía que estar afectando a la cabeza. Y encima, tampoco había salido aquella mañana a correr con lo bien que le hubiera ido para quitarse tanto estrés de encima...Miró por la ventana y sí, aún seguía diluviando a las ocho y media de la mañana. Así que se había acercado a la oficina a trabajar, como método alternativo anti estrés...

Cerca de las nueve, su móvil empezó a sonar. Lo sacó de su bolso y vio que era Marta.


-Dime -Contestó carraspeando un poco.

-¿Sabrina, en dónde te encuentras? -Preguntó su amiga alterada.

-Pues en donde voy a estar...En la oficina -La comunicación se cortó inmediatamente, dejándola extrañada. Lo mejor sería que la llamara ella misma... Pero no le dio tiempo a marcar el tercer dígito, cuando la puerta de su despacho se abrió con gran estruendo dando paso a Marta, Susan y Karolaine. Se las veía muy acaloradas, como si hubieran corrido una maratón. Allí ocurría algo-. ¿Se puede saber qué os ocurre? -Las tres mujeres avanzaron hasta el escritorio y allí, le dejaron caer una revista-. ¿Qué es eso? -Preguntó señalando con la cabeza la mal doblada revista, que por lo visto se había expuesto a unas histéricas manos.

-Tenéis razón -dijo Susan-, aún no lo sabe.

-¿El qué, no sé? -inquirió preocupada al ver la cara que llevaban las tres-. ¡Chicas! -Pidió nerviosa.

-Mejor te sientas -Le indicó Karolaine con total amabilidad.

Una vez que se hubo sentado nuevamente en su sillón con los nervios a flor de piel, las chicas estuvieron dispuestas a contarle lo que tuvieran que decirle...

-¿Te acuerdas del adonis de ayer? -Preguntó Marta.

-Yo lo haría todos los días de mi vida... -Interrumpió Susan empleando cierto tono de humor.

-¡Susan! -La regañó Karolaine-. Es muy serio.

-Vale...- Suspiró alzando los ojos al cielo la mujer ante la inocencia de su compañera.

-Sí, como olvidarlo –Soltó con cierto fastidio reflejado en su rostro-. Ayer me volví a tropezar con él. Se llama Lucas y creo que es alguien famoso... Pero no quiero saber nada de él, por favor. Para mí es...

-¿Tú príncipe Azul? -Preguntó Susan con humor.

-¡No! -protestó con una veloz exclamación y horrorizada por tan acertada observación.

-Pues nadie se lo creería, después de veros en tan cariñoso beso...-Soltó la acusación Susan.

-¿Cómo sabéis lo del beso? -Preguntó levantándose del sillón sorprendida.

-Porque lo sabe todo Londres... -Comunicó Marta entre dientes.

-¡Qué! ¿Estaréis de coña? –Preguntó consternada.

-¡Ha! Rió con sarcasmo Marta-. Sales en exclusiva en la revista más famosa de cotilleos...- Con movimiento veloz, Sabrina alcanzó la revista mal doblada y la abrió con desesperación, para soltar una exclamación de terror ante lo que tenía delante de sus ojos. Se encontraba en la portada, en una foto de cuando Lucas la estaba besando-. Si miras de la página dos a la cuatro, es todo el seguimiento de vosotros dos desde la mesa del restaurante, hasta tan cariñosa despedida –Le resumió Marta-. Te dije que me sonaba Sabrina, se trata de Lucas Carpi... Dueño de la empresa CC....

-Cosméticos Carpi... -Articuló sorprendida en un débil susurro.

-Por lo visto -empezó Susan-, había por allí algún paparazzi, que no dudó en aprovecharse de la situación poniéndote como la actual novia de él...

Estaba atónita y enfurecida. Con razón el muy cerdo sabía tanto de ella.
Aquel mismo día, él era su reunión tan importante. Él, era unos de los clientes potenciales que la empresa tenía desde hacía tiempo pero que ella aún no conocía. Dado el incidente de Hannah, no pudo conocerlo. ¿Pero porqué le había ocultado su identidad? ¡Tenía ganas de estrangularlo!

-¿Significa algo éste beso? -Preguntó Marta.

-No -Respondió molesta-. Es solo que no me lo esperaba. Aunque en las fotos, no lo parezca chicas...Nosotros estábamos discutiendo.

-¡Quién lo diría! -Señaló Susan muy sonriente.

-Pues es cierto -Se defendió enfadada-. Él, intentaba decirme que le gustaría conocerme mejor...

-¡OH, que romántico! -Interrumpió Karolaine.

-¡Despierta Karolaine! Solo me busca para llevarme a la cama. Y ahora que ya sé quien es, se confirma mi teoría.

-Posiblemente -Empezó Karolaine con su inocencia-. Es cierto, que sale en las revistas del corazón siempre acompañado de mujeres, diferentes mujeres de acuerdo....Pero, y si esta vez contigo busca algo más profundo, más real.

-¡Sí, claro! -Afirmó con mucho sarcasmo-.Por que no miras bien que tipo de mujer lleva colgada de su brazo, y mírame a mí...

-Aunque lo niegues -Saltó aquella vez Susan-. Eres una mujer atractiva. Muchos hombres de estas oficinas, cuando pasas por su lado se giran para admirarte.

-¡Dejad de decir chorradas, queréis! –Pidió en un gruñido.
-Pero si es verdad -Siguió sin hacerle caso su amiga-. Pasa, que vas tan concentrada en tu trabajo que no te das cuenta de nada.

-Somos de mundos muy diferentes. Su vida es de alto nivel. Todas esas mujeres, son mujeres de glamur...

-Pero... –Volvió a protestar Karolaine.

-¡Basta! –Exclamó aún más enfadada-. No entiendo por qué estamos discutiendo la tonta idea, de si existe la mera oportunidad...

-Por que te gusta -Sentenció Karolaine-. Lo dice tu mirada.

-¡A mi no me gusta! –Protestó indignada.

-¡Venga ya! A quien intentas engañar... ¿A qué mujer no le gusta un hombre como Lucas Carpi? -puntualizó Marta-. Además, se te nota en la expresión de tus ojos, en esa foto de después de besarte como ha dicho Karolaine.

-¡Estáis borrachas! -Las acusó, sin querer ver la verdad reflejada en aquellas páginas-. Es solamente un sentimiento de atracción sexual, que...

-Suficiente para que suenen las campanas de alerta, ante un enamoramiento... -Acabó sentenciando Karolaine.

-Me lo cargo -Sollozó Sabrina-. No tiene ningún derecho a venir y arruinarme la vida en dos días... ¡Y tú, deja de leer novelas románticas! -Señaló a Karolaine-. ¡Mira que me has hecho, me has puesto de los nervios!

-¿Qué vas hacer, Sabrina? –Preguntó Marta.

-¿Tú qué crees? –Salió de detrás de su escritorio-. Para empezar, ir a darle un puñetazo en su bonita cara...

-Mejor te quedas aquí -Sugirió Karolaine nerviosa.

-¡Pues no haber abierto la caja de Pandora! -La riñó ella.

-Lo siento, no quería... –Comenzó a disculparse la más joven de todas.

-Es posible que te encuentres con unos cuantos periodistas acampados en la puerta de éste edificio -La avisó Susan.

-¡Dios! –Exclamó fuera de sí.

-Entiéndelo, él es famoso y tú no...Lo único que quieren saber, es quien eres y que tienes con Lucas Carpi –Expuso Susan.

-¡Ho, genial! -Rió histérica-. Ahora lo único que quiero hacer, es matarlo –Y dicho aquello, salió del despacho-. Iré por la puerta de atrás...

-¡Sabrina! –Gritó Karolaine llamándola-. ¡Quédate aquí!... -Nada, no le hizo ningún caso-. Creo que será mejor que avisemos a Thom.
Tenían razón. Desde la esquina pudo comprobar a un pequeño grupo de periodistas esperando algún acontecimiento. Vaya, al parecer les daba igual que estuviera lloviendo a cal y canto. Rezando para que no notaran su presencia, salió de detrás de la pared y emprendió la carrera de su vida hacia una calle más abajo.

Cuando llegó a las puertas del edificio, lo hizo completamente empapada. ¡Maldita sea! Con las prisas no había cogido ningún paraguas. Por suerte la suya, allí no había ningún grupo de fotógrafos acampando en la puerta. Suponía que sería mayor premio pillarla a ella, dado que era la desconocida.

Ya en el vestíbulo del edificio, buscó en el panel informativo en que planta se hallaba la sede. Como no, pensó con ironía, el señor se encontraba en el ático. Cuando las puertas del ascensor se abrieron, se encontró en una sala de mármol. Justo a su derecha, se encontraba la secretaria en su inmaculado escritorio. Protegiendo la puerta de su derecha y el corredor que se adentraba en la planta. Suponía que era la gran puerta de su derecha. Se acercó al escritorio, sin detenerse a pensar un momento en el aspecto que tenía. La blusa blanca, la tenía pegada al cuerpo al igual que su larga cabellera. Por no mencionar su falda... Le daba igual, tenía que solucionar aquello. Solo tenía un poco de frío, pero seguro que entraba en calor en cuanto cogiera a Lucas y lo matara.

-Buenos días -Soltó sin poder ocultar ni una pizca su enfado-. Se encuentra aquí el señor Carpi.

La joven chica, la miró un tanto sorprendida y desconfiada. Seguro, que no era uno de sus mejores momentos referente a la presencia en público.

-Sí, pero se encuentra ocupado - Lo excusó amablemente.

-¿Pero se halla en una reunión? -Insistió con educación.

-No -Se le escapó a la chica-. Pero en estos momentos no se le puede molestar... -Sabrina sonrió con malicia y acto seguido se encaminó a la puerta-. ¡EH! No puede entrar allí, señorita...

Daba igual, ya había empujado a la chica y abierto la puerta. Sí, Lucas se encontraba allí... Pero tal como había venido al mundo, simplemente con una toalla en la cabeza. Escuchó la maldición del hombre y la apurada disculpa de la secretaria, mientras acudía a cerrar la puerta. No sabía que tenía una ducha allí... ¡Maldita sea! ¿Y ahora qué? Mejor se marchaba de allí, ya pensaría en algo más tarde. Dio media vuelta y apretó con desesperación el botón del ascensor. Quería desaparecer, menuda vergüenza... Quien iba a saber, que se lo iba a encontrar completamente desnudo haciendo que perdiera toda su fuerza... Bueno, rió, él si que estaba fuerte. Menudo cuerpo... ¡Estúpida! Pero como se ponía a pensar ahora en aquello. Con más nervios, volvió a pulsar el botón. No llegaba, miró la pantalla y comprobó que se hallaba abajo del todo. Iría más rápido por las escaleras. Se giró para buscar la salida, encontrándose con la furibunda mirada de la secretaria. Y justo en aquel momento se abrió la puerta del despacho de Lucas, dándole paso a él pero aquella vez con la toalla anudada a la cintura.

-¡Sabrina! -corrió hacia ella.

-¡Qué! -Lo miró asaltada. ¿Pero aquel hombre era idiota, o qué? Acaso no le importaba nada el pasearse semidesnudo por las oficinas-. ¡Déjame, ya me iba!

-Ni hablar -Zanjó seriamente-, entra ahora mismo en mi despacho.

-No -Respondió con voz segura, fijándose como los músculos de Lucas se ponían tensos ante su respuesta. Vaya nunca se había fijado en la cantidad de músculos y lo bien...

-No me hagas perder la paciencia...

-¡Qué no te haga perder la paciencia! -Exclamó sorprendida-. Esa si que es buena, eres un maldito...

-Vaya, vaya... -Interrumpió la voz de una mujer, que apareció en aquel preciso momento por el corredor-. Espero Lucas, que no te acostumbres aparecer mucho con éste... Digamos nuevo atuendo -rió divertida-. Si ya tienes a las pobres chicas enamoradas, te aseguro que puntuales serán, pero trabajar será difícil...

-¿Qué quieres, Karen? -Pidió echando chispas por los ojos.

-Venía a que me firmaras unos papeles, pero mejor en otro momento no creo que lleves ningún bolígrafo encima. ¿Cierto?

-Karen -Bramó-. Mejor márchate, no estoy de humor para tus bromas. Y tú - indicó a Sabrina-, Quieres hacer el favor de entrar en mí despacho -Escupió con furia la orden.

-Si un hombre como Lucas y vestido de esa manera me diera una orden como esa, chica no tardaría en cumplirla -Le comentó divertida Karen.

-¡Karen! -Gritó Lucas.

-Sí, lo sé...Mucho ruido y pocas nueces.... -Comentó entre dientes, mientras se alejaba por el corredor.

-Sabrina...

-No.

-Mira -Se acercó más a ella, consiguiendo sujetarla del brazo y llevarla en dirección al despacho. Pero no le era tarea fácil. Sabrina se lo ponía difícil, al no parar de forcejear con todas sus fuerzas-. Deja de poner las cosas difíciles, mujer.

-¡Suéltame!... ¡Inútil!... -Siguió intentando zafarse de aquella fuerte mano.

Sin darse cuenta, en aquel momento el ascensor hizo sonar su timbre notificando la llegada aquella planta. En donde las puertas dieron paso a Thom, bastante sorprendido ante la imagen que discurría delante de sus narices.

-¡Pero qué diablos ocurre aquí! -Exclamó.

De repente, Lucas aflojó su mano. Ciertamente, en aquel momento desconfiaba un poco de la reacción de Thom. No sabía a ciencia cierta, que opinaría de él después de ver la noticia.

-¡Thom! -Exclamó contenta y aliviada la chica, con la aparición del hombre.


-Lucas -se acercó a ellos, ignorando a la chica que había allí observando con los ojos bien abiertos lo que estaba ocurriendo en su presencia-. Será mejor que dejes que me lleve a Sabrina. Están apunto de llegar un montón de periodistas. Alguien ha dado el chivatazo de que ella se encontraba aquí... Y no querrás, que os pillen así.

-Claro -Observó que no parecía enfadado, solo estaba siendo cauto en aquel momento, eso era todo.

-Bien...

-Pero mejor bajar por el montacargas -ofreció-. Da a la puerta trasera y nadie, salvo pocos saben de su existencia -Luego la miró solo a ella-. Esto no acabado, tenemos que hablar.
Y dicho aquello se encerró en su despacho.


Veinte minutos después de vuelta en el Edifcio XIV…

-Te digo que es un maldito cretino -Dijo por enésima vez-. Daré la idea, pero no haré el trabajo para él.

-Sabrina, por favor -Suspiró Thom-. Él solo coqueteó contigo, no hay nada de malo en ello. Lo malo, es que os pillara la prensa en el asunto.

-¡Thom! -Se exasperó-. Me besó sin mi consentimiento.

-Y me vas a decir que no te gustó -Puntualizó divertido.

-¿Cómo? -Se extrañó.

-Lucas, es un hombre que muchas mujeres por no decir todas, deseáis. Es muy atractivo, rico, famoso, divertido... Y creo haber escuchado que muy buen amante... -Se rió.

-¿Qué eres su agente? -Soltó molesta.

-Sabrina...

-Además, yo siento informarte que soy del pequeño grupo de mujeres que no nos gusta.

-¡Venga ya! Tú lo que eres, es una maldita cabezona... -Soltó sinceramente-. Y no te me enfades, sabes que tengo la puñetera razón.

-Yo solo sé, que estas de su parte -Le confesó muy enfadada.

-Ahora no me vengas con jilipolleces -Soltó levantándose del sillón y acercándose a servirse un café-. A Lucas, lo aprecio por que es muy buen hombre. Y a ti, te quiero por que eres mi niña gruñona. Yo no estoy de parte de nadie, que te quede bien claro. No me digas, que lo que tú querías es que le rompiera la cara.

-No, pero...

-Pero nada. Sabrina, no hay nada de malo en que Lucas, te haya besado –Dio un buen sorbo a su café-. No es ningún loco suelto.

-Es un maldito play boy -Acusó aún enfadada-. Me he informado muy bien, gracias a las revistas que han traído...

-No me lo digas -volvió a reírse-, fijo que Susan, Karolaine y la callada de Marta, quienes te han pasado esa información.

-Pues sí -Respondió orgullosa-. Ahora sé, en quien puedo confiar realmente.

-Sabrina, Sabrina... -Suspiró-. Deja que te diga por experiencia propia. Esas fotografías, cuando uno es famoso se pueden interpretar de muchas maneras. Pero a la gente de hoy en día, solo le interesa lo morboso...Si te das cuenta la mayoría son en galas, en donde acude mucho famoso. Solo esperan a un instante que te despistes y aprietan el disparador de sus cámaras. Te inventan una nueva amante.

-Pero hay algunas historias que son ciertas.

-Nadie es un monje. Yo no lo fui, hasta que conocí a Helen. Lo malo, es que tú si que te estas volviendo una monja.

-Estoy aquí por trabajo -Se defendió, ante aquella acusación.

-Pero un poco de pasión, te hace más llevadera la vida.

-Hay maneras, y maneras...-Se levantó del sillón y caminó a la puerta-. Déjalo ya. Veo que una mujer piensa diferente a un hombre.

-Como quieras -Sonrió divertido-. ¡Ah! Por cierto, harás todo el trabajo de Cosméticos Carpi. Piden lo mejor y tú, eres lo mejor.

Sabrina, abrió los ojos sorprendida ante aquella orden. Por lo visto, ya no podía confiar tanto en Thom. Dándose la vuelta cerró la puerta con tanta fuerza por el enfado, que algún que otro cuadro cayó al suelo.

2 comentarios:

  1. jejejeje... por que no tengo un jefe asi de comprensivo o un prospecto como el prota.. por queeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee????

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  2. No me lo puedo creer que hasta hoy vine a leer esta novela, pero lo bueno es que la vi y ya me puse al dia, y estoy tan emocionada de saber que es una serie eso me encanta y alegra mi corazon jajaja, seguiremos esperando el nuevo capitulo y de las demas novelas tambien.

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