miércoles, 24 de abril de 2013

Cuento 2º Aniversario "Saltando Chispas" 4 parte

-Yo también te quiero mamá –Siguió sonriendo, al volver hablarle-. ¿Ocurre algo para que me llaméis a estas horas?
-Es lo que aún no sabemos –Empleó un tono nervioso la mujer mayor-. Se trata de Ellois. Pues no recuerda si desactivó el encendido automático de la chimenea, y a estas horas sabemos que Ashes se halla durmiendo…
Apretó una mano en el volante, al tiempo que se mordía el puño en silencio con los dientes, en un intento de retener una posible sospecha, de que no fuera todo aquello un ardid de ellas dos.
-Entiendo…
Trató de emplear un tono firme y calmado.
-Ésta vez, la chica a preferido llevarse al gato de Ellois a su apartamento –Continuó explicando Maude-. Y como vive bastante más lejos.
-Bien, ya me encargo yo. No hace falta que os preocupéis más… -Suspiró, mientras giraba el volante hacia la derecha en el próximo cruce, para encaminarse al barrio de aquellas dos mujeres-. ¿Sus llaves se hallan en el cajón de la entrada?
-Correcto –Respondió su madre con tono jovial-. Ellois te da las gracias por acercarte.
-No hay ningún problema –Se encogió de hombros al decir aquella mentira, pues no se hallaba seguro del todo-. Me habéis cogido en el coche de camino a casa.
-Ya le dije a Ellois, que no iba haber problema en llamarte a estas horas –Indicó su madre todavía con tono jovial-. Sin embargo, con Ashes no estábamos muy seguras. Suele irse pronto a dormir, por empezar a las siete a la guardería.
-Bien mamá, me alegro de saber de vosotras –La interrumpió algo ansioso al ver que iban hablarle de ella-. Pero ya estoy enfrente de tu casa. Os debo colgar. Disfrutad de los días que os quedan. Un beso…
Colgó. Absorbiendo con su mente el silencio del interior del vehículo, para poder calmar así sus nervios. Mientras que giraba la cabeza hacia la derecha, y observaba las dos casas de ladrillos rojos.

En ninguna de ellas, se observaba ningún punto luminoso. ¿Podía ser cierto entonces, que lo llamaran realmente por estar preocupadas por un olvido? Solo habían sido imaginaciones suyas, el pensar en una acción traicionera, con al sola mención del nombre de ella, en boca de aquellas dos mujeres.
No había nada oculto. Podía estar tranquilo. Solo tenía que entrar en casa de su madre, coger las llaves e inspeccionar la vivienda de Ellois.



Después de haber cocinado dos bandejas de galletas y magdalenas, se había dado una relajante ducha con diferentes chorros a presión en su espalda. Ahora, sí podía decir que se hallaba mucho más relajada. Dispuesta, para ir a la cama con su enorme camiseta de Pluto que llegaba por la mitad de sus muslos, a juego con un lindo culote, donde tenía también dibujado justo en el monte Venus, el hueso del simpático perro de Disney.
Apartaba la colcha de la cama, en compañía de pulgas, el gato siamés de su tía. Cuando sus manos se quedaron suspendidas en el aire, al escuchar un ruido sordo en la planta baja.
Frunciendo el ceño, prestó más atención por si escuchaba algo y no creía haber sido imaginación suya. Pero, el comportamiento de alerta del gato, la alertó de que no estaban solos en la casa de su tía.
Sin miedo alguno, agarró el bate de beisbol que tenía su tía siempre apoyado al lado de la mesita de noche. Y con pasos sigilosos por ir descalza, salió fuera al pasillo en la planta de arriba.
Por lo que pudo observar, la casa seguía a oscuras en la zona que ella tenía visión. Y ahora, es cuando tenía un poco de duda en querer afrontar ella al ladrón.
Aspirando profundamente, apretó sus manos con más fuerza alrededor del bate y dio los pasos necesarios, para llegar a las escaleras y comenzar a descender por ellas. Por una vez en la vida, agradecía que éstas estuvieran cubiertas por una moqueta, en vez de estar la madera desnuda. Pues seguro, que el crujir de ella la habría delatado antes de tiempo.
Cuando pisó el último escalón, tenía la duda de si dar marcha atrás y meterse dentro del armario de la ropa. A lo mejor, aquel asaltante no le interesaba perder mucho el tiempo con la ropa de una mujer de setenta años.
Ánimo, ya iba pro mitad del pasillo de camino al salón. Y lo admitía, si no se escuchaba el castañeo de sus dientes, era porque se estaba mordiendo los labios con fuerza por el miedo, a cuando topara con el intruso.
Y otra cosa que esperaba no hacer, era el cerrar los ojos y gritar como una loca, mientras se quedaba paralizada e indefensa. No señor, tenía que ser fuerte, decidida… Tenía un bate en sus manos. Podía hacer el suficiente daño, para que aquel malhechor pusiera sus pies a correr, lejos de aquella casa.
De pronto, en medio de toda aquella oscuridad la puerta del salón se abrió, dando paso a un alta y tenebrosa presencia que ocupaba casi todo el ancho de la puerta.
Ni cerró los ojos, ni salió corriendo dejando caer el bate. No señor, solo supo que al tiempo que abría sus piernas y alzaba sus brazos por encima de su cabeza con el bate en las manos lista para atacar, lanzó con un grito digno de un guerrero escocés.
-¡Hia! –Vociferó con ferocidad, al tiempo que lograba propinarle un golpe en un lateral de su brazo, consiguiendo que el individuo gruñera por el dolor causado.
Pero después, la cosa no transcurrió como ella había planeado en su mente. El malhechor, de un fuerte empujón l apuso pegada a la pared, al tiempo que le arrancaba de sus manos su arma. Para oprimirle con ella la garganta y hombros, contra la fría pared del pasillo.
Ahora, estaba aterrada. Era mucho más fuerte que ella. ¿En qué demonios había estado pensando, para afrontarlo ella sola?
Gimió de dolor, cuando el atacante apretó su cuerpo contra el de ella, para conseguir crear más fuerza sobre el bate, oprimiendo así su garganta un poco más.
Le faltaba aire.
Lágrimas comenzaron a caer de sus ojos, al comprender que aquello podía resultar ser el final de su vida.
Pues que vida más triste, pensó con sumo dolor al  ver que iba abandonar aquel lugar, y dejar atrás a sus seres más queridos. Nunca más volvería a ver a su tía, quien la había tratado como si fuera su propia hija… A Maude y Karol… Pero lo que más le dolía, pensó notando como su cuerpo se rendía poco a poco, era no volver a ver a James. Su gran Lucifer… Al que amaba en secreto desde su adolescencia.
Jamás iba a poder confesarle sus sentimientos. Más lágrimas cayeron con fuerza, al tiempo que cerraba los ojos y pensaba en él.
-James –Logró susurrar en apenas un hilo de voz-. Te quiero…
De pronto, tras pronunciar aquellas palabras la presión del bate dejó de existir, causando que volviera a tener facilidad para respirar.
-¿Ashes? –Susurró su nombre con sorpresa y cierta alarma de nerviosismo.
¿Ya había acabado todo? Por eso le parecía escuchar la voz de James, y sentir sus cálidas manos sujetarle el rostro con delicadeza… Bueno, al menos moriría con la sensación de estar entre sus brazos.
-¡Ashes, eres tú!... –Explotó James-. ¡Mierda!
Afirmó el hombre, tras detenerse en obstaculizar a la persona que le había agredido con un palo grueso de madera en plena oscuridad. Y también comprendió varias cosas… Uno, era una mujer. Dos, se trataba de Ashes y tres, le había hecho daño.
¡Aquello no iba a perdonárselo nunca así mismo!
Completamente enfadado y preocupado, la atrajo hacía así para poder pasarle un brazo por la espalda, y otro tras las rodillas. La cargó en brazos y volviendo a entrar a la habitación que momentos antes salía, caminó hasta llegar al sofá y sentarse en él, con ella encima de sus rodillas.
-Ashes, pequeña… -Susurró con gran ternura acariciando su rostro-. ¿Estás bien? ¿Te hice daño?
Se estaba tan bien. Lo había anhelado tantas veces, el poder sentir una sola vez que la tratara con cariño, y que la abrazara…
Si aquel era su cielo, no tenía queja alguna. Se dijo soltando un suspiro de satisfacción, poco antes de abrir sus ojos y toparse con los de él.
Que curioso, parecía tan real…
Sus labios, no pudieron evitar el mostrar una pequeña sonrisa traviesa ante todo aquello, al tener una súbita idea.
¿Sabría como si fuera real?
 

2 comentarios:

  1. ¡¡¡Y encima lo dejas aquiiiii!!!
    Eso no vale...
    Muchos besos

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    Respuestas
    1. jajaajajaja

      Es verdad, eso es perverso... jajajja

      Si desea el siguiente y último capitulo, pulse 1.

      Si por lo contrario, desea tirar de los pelos a su autora, pulse 2.

      Sin embargo, si no le importa esperar al siguiente y último capitulo un tiempo no estimado, mantengase a la espera.

      jajajajjajajajaja
      besos guapi

      Eliminar

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