lunes, 22 de abril de 2013

Estrellas Sobre El Hielo Parte 1 "Por Gabriela Ruiz"


Volver a ver aquel escenario tan familiar frente a sus ojos casi le partió el corazón.  Sintió como le inundaban las lágrimas… Dios, sentía tantas ganas de llorar.  ¡No!  Sé fuerte  -se dijo a sí misma. Y continuó con paso firme… aunque no tan firme como antes… ¿Qué? Si, ya… estaba siendo una completa niña, pero es que… ¡Basta! –se reprendió con dureza y puso gesto severo- ¡debía enfrentarlo ahora!  Así era ella… siempre valiente… lo sucedido no lo había cambiado.  O al menos eso quería… deseaba… necesitaba creer.
Al pisar la pista… sintió el hielo más frágil que de costumbre… sus movimientos fueron algo torpes al inicio y maldijo para sus adentros.  Se deslizo con lentitud… y de pronto todo mejoró.  Sintió como, de a poco, su técnica recobraba su vigor… se sentía viva de nuevo.  Tras esos largos meses… estaba de nuevo en el lugar que amaba.
Cerró sus ojos y empezó a recorrer la pista por entero.  Se la sabía de memoria… pero esta ocasión era una especie de reconocimiento.  No era igual a las veces anteriores… se sentía como la primera vez que entró en contacto con lo que se convertiría en su gran pasión.  La gloria que había percibido en todos esos años en el patinaje, inundó su alma… ¡Ahora estaba casi completa! 
Solo había una cosa que le faltaba… solo un giro… debía realizar el ansiado salto triple y todo volvería a ser lo que era.  Su vida retornaría a su cauce… se preparó con todo su empeño.  La prueba de fuego estaba frente a su rostro… era ahora… tenía que recuperar el control…
¡Podía lograrlo! ¡Sabía que podía!   -  Recorrió la pista con celeridad.  La majestuosidad de sus movimientos la envolvieron nuevamente y se elevó por los aires.  Durante fracciones de segundos estuvo segura de lograrlo… a punto… y de pronto las palabras de los médicos se le clavaron en la mente…
-  ¿Podré volver a patinar?  ¿Cuándo?  -ella se removía inquieta y expectante.
-  Con rehabilitación… dentro de tres meses usted volverá a caminar…  -evadió el médico.
-  Eso no es lo que he preguntado… solo dígame… ¿cuándo volveré a las pistas? 
-  Lo siento, señorita Vega… -decía el doctor mientras la miraba con compasión- no podrá volver a patinar…  nunca más.
¡No!  Esa era la única palabra que sus labios frenéticos habían formado… estaba deshecha… eso no podía ser cierto.  No sería cierto… no lo permitiría… rendirse jamás…
Pero esa escena se repetía en su mente… y aquellas palabras… “no podrá volver a patinar… nunca más… nunca más”
Quiso gritar cuando sintió como en un instante su cuerpo frágil chocaba pesadamente contra el hielo… se quedó ahí… de rodillas en el suelo… impotente y con los ojos a punto de derramar toda la rabia contenida en su corazón.
-  Vacilaste al final… pero lo hiciste todo mal desde el inicio…  -se dejó escuchar una voz a sus espaldas que la mortificó aún más… no había pensado que alguien estuviera viendo su miserable fracaso.
-  No…  -articuló con dificultad y carraspeó un poco-  no es asunto suyo…  -respondió sin mirarlo siquiera…
-  ¿Puedes levantarte?  -él se paró frente a ella y le extendió la mano.
-  Claro que si… no soy una inútil…  -furiosa se levantó sin siquiera mirarlo y con la cabeza gacha, se arreglo su húmeda ropa.
-  ¡Qué niña!  -murmuró él y eso logró que ella se quedará estática en el lugar.
Aún dándole la espalda y con los puños apretados, Garely trataba de controlar la furia que bullía por su venas… ¿quién se creía él metiche ese?
-  ¿Qué es lo que deseas?  -agregó mirando finalmente al intruso-  ¿Por qué…?  -se detuvo al encontrar el rostro de su acompañante indeseado… no estaba segura de si veía bien…- ¿por qué te acercaste?  -concluyó omitiendo que sí lo había reconocido.
-  Solo te miraba desde aquel rincón…  -señaló él sonriendo cálidamente- desde que pisaste la pista… hasta tu caída.  Al ver que no te levantabas… pensé que te habías vuelto a lastimar…
-  No, estoy bien.  Gracias  –contestó secamente pero clavó su mirada- ¿has dicho te vuelvas a lastimar?
-  Si… ¿Qué fue? ¿un tendón? ¿tu tobillo?
-  Estoy bien… no ha sido nada.  Gracias por tu ayuda…  -enfatizó con sarcasmo y giró… tan bruscamente… que sintió una punzada recorrer rápidamente toda su pierna-  ¡Rayos!  -susurró tocándose la dolorida extremidad y casi desplomándose.
-  Hummm… aún no estás recuperada ¿cierto?  -dijo rápidamente mientras la apoyaba en él-  No… deja te ayudo o te lastimarás más.
Con cierta reticencia se dejó hacer por él… por André Miller… ¡jamás se habría imaginado que lo conocería!  El patinador más famoso de la actualidad… tomándola en sus brazos.  ¿Sería que se golpeó la cabeza y estaba alucinando?  -soltó una risita por la ocurrencia.
-  ¿Qué? ¿qué es tan gracioso?  -André la miró arqueando una ceja-  Ya te sientes mejor por lo que veo…  -él comentó sentándola con cuidado en el borde de la pista.
-  ¡Qué no me sentía mal! Estoy perfectamente bien…
-  Si, ya me di cuenta…  -dijo él conteniendo apenas la risa-  pero… sé que te ha sucedido…
-  Ah… ¿eres adivino?  -lo miró irónicamente-  ¡Increíble lo que uno llega a saber!
-  No… pero veo noticias…  -él clavó su mirada afilada-  te lesionaste Garely Vega…
-  Sé mi nombre… y no te he permitido decirlo… -ella lo miró escéptica- además… ni siquiera recuerdo haberme presentado…
-  No lo hiciste, tienes razón.  Eres maleducada pero ya lo hago yo por ti…  -él la miró con agudeza y mostró su sonrisa afilada- Garely Vega mucho gusto, soy André Miller…  -y dicho esto le tomó la mano y se la estrechó con firmeza.
Ella estaba estupefacta y aún no creía que fuera real lo que estaba sucediendo.  ¿En verdad estaba estrechando la mano de la persona que más admiraba en el mundo?  ¿El héroe de su país?   Y en cuanto él soltó su mano, ella la dejó caer pesadamente, absorta en lo irreal de la situación.







Capítulo 2
-  Un gusto…  -murmuró esquivando su mirada-  Debo irme.  Adiós.
-  Espera…  -le tomó la mano-  Te he visto y…  -él la miró con dureza al ver que iba a replicar- sé que no te interesa mi opinión, me los has dejado claro ya; pero de todos modos quiero hablarte.
-  ¿Por qué?  -Garely lo miró con desconfianza-  Solo dame una razón por la que debo escucharte…
-  Te he visto patinar… desde que eras una pequeña.  Sé de tu accidente y…
-  Ya… pero no has dado una razón  -ella lo miró-  Sé quién eres… mejor dicho… ¿cómo no saberlo?  André Miller… ¿por qué te intereso yo? 
-  Interés…  -él se lo pensó-  no es la palabra más exacta.  Yo diría que tu tenacidad es… asombrosa.
-  No entiendo nada.  Sabes, estás dando vueltas y aún no me dices con claridad… ¿qué es lo que quieres Miller?
-  Llámame André y quiero tomar un café contigo. ¿Aceptas?
-  ¿Disculpa? ¡No! Ni siquiera te conozco…  -él elevó una ceja irónico- me refiero a personalmente…  presuntuoso –murmuró. 
-  Solo te diré una cosa, Garely.  Amamos lo mismo, más que nada en el mundo… patinar  -y cuando él la miró supo que había dado en el clavo.
-  Déjame recoger mis cosas.  Nos vemos en el pasillo que da a la salida en 10 minutos…  -asintió ella levantándose y dirigiéndose a los camerinos.
Garely empezó a desatar los cordones de sus patines mientras pensaba en la invitación de André.  Él tenía razón… ella amaba patinar más que nada en el mundo.  Jamás lo dejaría… pero eso era algo que no pensó tener en común con ese hombre, pues si bien él había sido el mejor patinador de los últimos tiempos… había renunciado bastante joven y sin un motivo aparente.  Eso era lo que los diferenciaba por mucho… rendirse, ella nunca lo haría, nada ni nadie en el mundo la alejaría de su sueño… mientras que ese hombre se había alejado por voluntad propia.  No, nunca entendería algo así… era inconcebible que se dejara lo que más se amaba.  Así que seguía sin ver con claridad la conexión posible… ¿es que acaso ese hombre pensaba volver al patinaje?  Pero, ¿qué tendría eso, si fuera cierto, que ver con ella?
André miró su reloj y rápidamente hizo una llamada por su móvil.  Dejó un mensaje con la instrucción de que cancelaran su cita de las 8.  No creía que le tomara tanto tiempo tratar con la muchacha testaruda, pero nunca se sabía.  Pensaba en esa emoción que lo invadió cuando la vio en el hielo.  Si bien no podía ver su rostro… sentía sus inseguridades al pisar y… la belleza de sus movimientos cuando finalmente parecía haberse deshecho de las cargas.  Sin embargo… en el último instante adivinó su caída.  Descendió rápidamente sin pensarlo… solo movido por los recuerdos que aquella dama desconocida avivaba en él.  El aura que la rodeaba… era tan similar… -por un momento el dolor se reflejó en sus ojos oscuros- Y sin embargo, cuando la miró despertó a la realidad.  No era la mujer que habitaba sus sueños… era simplemente la joven promesa del patinaje.  Garely Vega… quien, de acuerdo a las noticias, había sufrido una grave lesión que la dejó fuera de la disputa para los cupos de las Olimpiadas.  No se especificaba si había sido producto de algún accidente particular o de la práctica misma pero… no se ponía en duda la gravedad del asunto.   Y no había sido hacía mucho… se atrevería a decir que apenas 1 año del acontecimiento.  ¿Y la chica se atrevía a pisar tan brevemente la pista?  O era muy tenaz… o muy tonta.
-  ¡Vámonos!  -apareció Garely a su lado.  Se había soltado el cabello que antes lo llevaba recogido en un apretado moño-  ¿Esperas a alguien más?  -inquirió al verlo perdido en sus pensamientos.
-  ¿Eh?  -contestó él volviendo a la realidad-  No…
-  ¿Entonces?  ¡Ven que tengo varias cosas que hacer!  -apresuró ella tomando el camino sin mirar si André la seguía.
-  Espera chica… que tu cita no se va a ir a ningún lado…
Garely se detuvo y regresó a mirarlo ofendida.  Con una afilada mirada dijo:
-  ¿Por qué supones que mis cosas tienen que ver con una cita?  Yo no…  -ella bajó la mirada- no me interesan ese tipo de “cosas”  -aclaró disgustada.
-  ¿Qué te parece esa mesa?  -señaló él adelantándose hasta la cafetería junto a la pista de patinaje-  Vamos…  -murmuró sin mirarla.
-  Claro…
Una vez estuvieron sentados, el mesero se aproximó con un menú.  Era evidente que reconoció a André… él y todas las personas alrededor.  Empezaron murmullos provenientes de todo lugar y, como siempre, un osado intentó acercarse.
-  ¡Que empiece el show!  -murmuró André más para sí que para su acompañante pero Garely lo escuchó… sin saber a qué se refería exactamente… ¿show?
-  ¿Show?  ¿De qué hablas André?  -replicó Garely confusa.
-  ¿No has notado que cuando las personas se acercan a alguien notable… vaya “famoso” tienden a actuar?  -explicó André con algo de sarcasmo.
-  ¿Actuar?  ¿Cómo en una película?  -continuó Garely captando en algo el sentido de las palabras de él.
-  Bastante similar…  -André dio una mirada alrededor… aún tenían unos minutos- unos se acercan a ti, sin conocer ni porque eres tan famoso, sino solo porque todos lo hacen…  -siguió diciendo- y otros, estos los peores a mi parecer, creen saberlo todo de ti… se acercan y te empiezan a decir tu nombre completo, tus logros, tus supuestos gustos… todo como si no lo supieras ya.  O como… si no fuera tu vida de quien relatan los pormenores…  -terminó cansado y con un inaudible suspiro.
Garely lo miró concentrada en su rostro… en las emociones que él reflejaba.  Ahora, más que nunca, quería entender a un hombre… a ese hombre frente a ella.  ¿Sus palabras significaban que odiaba el reconocimiento de los demás?  ¿De verdad estaba cansado de su imagen de héroe?  ¿Tal vez… era porque “su vida perfecta”… no era más que una simple imagen publicitaria?  Pero… todo eso era un absurdo.  Ella también lo vivía, claro que no en la medida que él lo hacía, pero era algo similar.  Al ser la “joven promesa del patinaje” –como la llamaban los medios-  tendía a ser el centro de atención en los lugares a los que iba.  Niños y adultos querían retratarse con ella… jóvenes que le pedían autógrafos y le decían cuanto le admiraban y que era su modelo a seguir…  Definitivamente era maravilloso sentirse tan querida por todos… ¿por qué a André le fastidiaría tanto el cariño de toda una ciudad… de su ciudad?  -se preguntó Garely contemplando aún sus tensas facciones.



Capítulo 3
-  Debemos irnos…  -pronunció rápidamente André sin dar la menor oportunidad a una negativa por parte de Garely.
-  André…
-  ¡Ahora!  -apresuró él tomando su mano inconscientemente y levantándola de un tirón.  Ni siquiera la miró… pero antes de que pudieran alcanzar la puerta un par de jóvenes les bloquearon “casualmente” el paso-  ¡Maldición!  -susurró André-  aquí vamos de nuevo.
La pareja de jóvenes que se situaron frente a ellos eran tan malos actores  -pensó Garely apenada.  Como era de imaginarse, los muchachos se mostraron molestos por tropezar con alguien, luego pasaban a sorprenderse al ver quien era la persona con quien tropezaron y enseguida empezaban a decir, muy torpemente por cierto, cuanto admiraban a André, que lo conocían de toda la vida, que tenía lo mejor… por qué había roto el sueño de toda una ciudad…  -eso le sonó mal hasta a Garely y miró la reacción de él… 
¡Nada!  Su cara era una máscara de indiferencia mientras escuchaba las palabras de los jóvenes.  No le interesaba lo que pensaran ni el concepto en que le tuvieran.  Era su vida y él podía hacer con ella lo que quisiera…  ansiaba tanto gritarles eso… pero simplemente se obligó a tomar la actitud de siempre.  Al fin, poco le importaba la opinión de su “amada” ciudad  -pensó mientras una efímera mueca de desagrado desdibujó sus atractivas facciones.
A Garely el cruce de disimuladas emociones en el rostro de André no le pasó desapercibido.  Pero no hubo ninguna reacción física… al menos perceptible por más de un par de segundos.  Cuando los jóvenes terminaron su cháchara, sin lograr arrancar ni una palabra que no fuera un monosílabo de los labios de él… se alejaron murmurando lo odiosos que llegaban a ser y “como se les sube los humos…”
Salieron de la cafetería sin tomar nada.  Garely no sabía que decir.  Estaba desconcertada por su actitud… y algo dolida también.  La gente que a uno lo admira no merece ser tratada de esa manera… sin importar los comentarios, a veces groseros cierto, que podían emitir…
-  Déjalo ya…  -murmuró André rompiendo el silencio denso-  o dilo de una vez.
-  ¿Por qué te comportaste así?  -se atrevió a preguntar-  Tú no pareces alguien… no eres de los que trata injustamente a los demás…  -afirmó sin pensar mucho.
-  ¿Cómo lo sabes?  -retó velozmente-  ¿Hace cuanto nos conocemos?
Ella lo miró incrédula pero le contestó:
-  Aproximadamente una hora…
-  ¿Y te parece suficiente tiempo para afirmar algo así de mí?
-  No quise ofenderte…
-  No, no me has ofendido… solo estoy indagando el porqué de tu prematuro juzgamiento…
-  Entonces ¿si tratas injustamente a los demás?  ¿Qué clase de persona afirma algo así de sí misma?
-  No he afirmado nada y…
-  Tampoco lo has negado…  -completó ella la oración.  Si, a veces tendía a prejuzgar a las personas.  Pero que se le hacía, para ella era muy valida la frase de que la primera impresión es la que cuenta-  Pero, he perdido el hilo del tema…  lo que yo…
-  ¿Querías preguntar…?  -empezó André pero se interrumpió cuando una pequeña de aproximadamente 10 años se acercó a ellos.
Garely miró como la niña tímidamente miraba a André mientras le extendía un papel con emoción genuina en sus ojitos castaños.  Por un momento temió que él se molestara, porque lo interrumpían y al parecer, a él no le agradaba tener admiradores… pero solo era una pequeña… él no sería capaz…  mas, su actitud en el café  -sus pensamientos se interrumpieron en el instante en que él tomó el papel.
André miró con ternura la emoción de la preciosa niñita que tenía frente a él.  Tomó el papel de los pequeños dedos y lo firmó mientras se agachaba hasta ponerse a su altura.  Cuando terminó se lo entregó y le sonrió.  La niña correspondió a su sonrisa… pero hizo mucho más… se abalanzó a sus brazos estrechándolo y sorprendiéndolo al punto de casi hacer que perdiera el equilibrio.
-  Cuidado nena…  -susurró Garely al observar que André estuvo a punto de caer.
-  Gracias señor Miller  -dijo entusiasmada la niña mirándolo y reparando en Garely que reflejaba inquietud-  Tranquila señorita no le he hecho daño a su novio ¿verdad André… perdón señor Miller?  -comentó con inocencia la muchachita y sin ánimo de crear un rumor… pero Garely no tenía idea como lo tomaría André.
André sonrió por que la niña se había azorado cuando lo llamó por su nombre.  En realidad no era nada extraño, al verlo en la televisión o diarios se les hacía tan familiar como una especie de conocido…  Y en cuanto a lo de novio, no lo había dicho con ánimo de fastidiar, era evidente.  Cuando una persona era sincera sus ojos brillaban… como de aquella niña y cuando buscaban emitir comentarios maliciosos… recordaba claramente los rostros y risitas de los periodistas y curiosos.
-  No, señorita.  No me ha hecho ningún daño  -contestó André sonriéndole con complicidad a la pequeña-  pero Garely no es mi novia…
-  ¿Por qué no?  -la niña se sonrojó y fue evidente… André era su ídolo.
-  Solo somos…  -empezó Garely.
-  En realidad acabamos…  -inició al mismo tiempo André.
-  Harían una linda pareja.  Además los dos patinan maravillosamente… espero que algún día lo hagan juntos…  -casualmente pronunció la niña extendiéndole el papel a Garely, quien lo firmó también y se lo devolvió automáticamente-  Gracias…  -se despidió elevando la mano y feliz se alejó, dejando dos corazones pensativos…
André jamás había considerado siquiera la idea de volver al patinaje profesional… pero… aún existía algo en su corazón.  Su vida no estaba completa desde que lo había dejado… toda emoción se esfumó desde aquel momento… la expectativa del nuevo día… pero, nada era igual.  Nunca volvería a ser igual… sin importar sus acciones… ella se había ido… eso no iba a cambiar.
Garely estaba sorprendida por las palabras de la pequeña.  Había dicho que patinaba maravillosamente y eso le clavó un puñal directamente en su corazón… ya no volvería a patinar así… sus días de gloria se habían ido, sin siquiera iniciar… todos sus sueños casi se esfumaron… solo casi… porque sin importar cómo… ella renacería… mejor que el pasado… sus actuaciones serían recordadas por generaciones…  para esto… necesitaba la ayuda del hombre a su lado.  Él había sido una vez el mejor… era perfecto para su sueño.  ¡André tenía que volver a patinar!



5 comentarios:

  1. Preciosa historia, no tengo que decir que quiero mas jiji.
    Muchos besos

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  2. Muy lindo Gaby dejas con ganas de seguir leyendo ^^!!

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  3. Esta bien linda la historia, quiero mas porfa!!

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  4. Es preciosa la historia verdad!!!!!!!!!!!!!

    Lo se, lo se....

    Es de nuestra querida y pequeña niña (que ya no lo es, por cierto...Snif... Ahora es una dulce y bella mujer)

    Cada día, hasta el Viernes tendréis un capitulo. Que será el final de la novela de GABY B.
    Pero no os preocupeis. Yo me encargo de ir subiendo sus demás historias. Eso sí, ahora os dejo a vosotras la labor de ir pidiendole que saque tiempo para escribir nuevamente.

    Subí priemro ésta, porque amo el patinaje artístico. aichhh

    haber cuando saco tiempo para escribir la mía.

    Besos dulce abogada.

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    Respuestas
    1. Muchas gracias por los comentarios tan lindos y a ti Esther por compartirla por aquí. Estaré esperando esa historia de patinaje artístico eh y no creas que me he olvidado (quiero saber más de Becaria Pueblerina!!!!).

      Besosssss!!

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