jueves, 2 de abril de 2015

Estrella Ardiente 5°



Después de aquel encuentro, fui yo quien decidió nuestras siguientes citas, quería  tener los pies sobre tierra firme para que me hiciera sentir más seguro Aunque fue una mala idea,  fuimos a un concierto y terminamos teniendo nuestra primera pelea.
En realidad yo tuve la culpa, a medida que crecían mis sentimientos hacia Tess, también crecía mi inseguridad, así que cuando la vi saludar e interactuar con  distintos chicos que estaban allí y a los que obviamente conocía, me sentí mal. La forma en que la miraban también me desagradaba, aunque era lógico pues ella atraía la atención  con su magnética presencia. Dije tonterías, preguntando si recordaba que era conmigo con quien había ido y cosas así. Tess tenía poca tolerancia para esa clase de niñería. Simplemente se marchó en mitad del recital. Fui tras ella e intenté que subiera a mi camioneta porque era muy tarde, pero aquella chica no era tan fácil de tranquilizar una vez que se enfadaba.
-¡No soy tu propiedad!
-Sube Tess, es de noche…- insistí y fue un error.

-Sé cuidarme sola, Samuel, lo hacía antes de ti y lo haré después.- dijo y eso volvió a herirme, ese era mi mayor problema, para mí estar con ella se volvía cada vez más serio, pero no sabía qué sentía por mí ni cuánto le importaba.
-Tess…
-Déjame en paz. Si vas a reaccionar así cada vez que yo saludo a alguien, prefiero tenerte lejos.
- ¿Cómo quieres que reaccione? Ni siquiera sé qué somos…
-Creí que éramos nosotros y que bastaba – dijo mirándome fijamente y luego, para su conveniencia, pasó un taxi que detuvo y tomó para alejarse de mí.
Fue entonces que tuve plena consciencia de la gravedad de mi error y de lo que lo había ocasionado, estaba celoso porque me había enamorado de aquella chica. Era un completo idiota.
Y necesitaba arreglar aquel lío, pronto, pero no sabía cómo.
Tardé dos días en decidirme y finalmente fui a su casa, sólo existía una manera  de reparar lo hecho y era pedir perdón, con la esperanza de que ella me entendiera. Pero al ir a buscarla me llevé una gran sorpresa, no fue ella quién eme recibió sino su padre, sabía que era un hombre de negocios, aún así me sorprendí al verlo, supongo que en mi mente seguía asociando al padre de Tess con alguna especie de hippie o algo semejante, no esperaba al hombre serio y de traje que abrió la puerta. No se parecía a ella, sin embargo me recibió amablemente y yo me presenté tan educadamente como para enorgullecer a mis padres.
Me invitó a pasar cuando dije que era amigo de su hija.
Estaba muy nervioso, pero entré, ella estaba en el comedor desayunando,  y se giró a verme cuando su padre le anunció que estaba allí.
-Tess, te busca un amigo – dijo el hombre y ella clavó sus ojos verdes en mí.
-Hola…- dije tímidamente, no era el escenario que había pensado y no podía decir lo que quería con su padre presente. Después, ella dijo que parecía un cachorrito asustado, supongo que eso fue lo que  la hizo apiadarse de mí.
-¿Desayunaste? – me preguntó y negué con la cabeza.
-Siéntate  entonces – dijo el padre de Tess y yo acepté.
-Papá, él es Samuel …- dijo ella.
-Sí, eso me dijo- contestó sucintamente.
-Es mi novio…- agregó Tess dejándonos a los dos completamente atónitos mientras ella seguía comiendo sus cereales.
Por suerte no había empezado a comer o me hubiese atragantado, el padre de Tess volvió a mirarme, esta vez en forma más inquisitiva, me senté junto a ella. La chica de pelo azul que acababa de autonombrarse “Mi novia” sonrió, y su sonrisa tenía mucho de travesura, casi como si dijera, “¿Querías un título? Ahí lo tienes, ahora arréglatelas”
Desayunamos los tres y charlé amigablemente con su padre quien de pronto estaba muy interesado en mis estudios, mi carrera deportiva y mi familia.
Cada tanto, podía ver a Tess revoleando la mirada como si se aburriera. Tras el desayuno su padre se despidió porque debía irse al trabajo y nos quedamos solos.
-Entonces, ¿viniste a disculparte? - preguntó ella
-Sí, ¿te estabas vengando con lo que dijiste delante de tu padre?
- Solo un poco, aunque  más bien estaba enseñándote una lección, Mac.
-¿Una lección?
-“Ten cuidado con lo que deseas, puede volverse realidad”
-¿En realidad eres mi novia?
-Sí, y creo que es mi mayor insensatez, lo que es mucho decir. Y también la tuya.- aclaró y aunque probablemente era verdad, me importaba más saber qué sentía por mí.
-Aún así…- dije confundido.
-Aún así… me gustas…mucho. Eso también es verdad – dijo inclinándose para besarme .Y pensé que fueran cuales fueran las consecuencias, las aceptaría. Ella lo valía.
No me quedé mucho tiempo, había ido a disculparme y  los acontecimientos me habían superado, así que tan pronto terminamos de desayunar, la ayudé a limpiar  y me marché de allí prometiendo que la vería a la tarde.
Mi cabeza estaba llena de planes, era el novio de Tess así que iba a asegurarme que ese título significara algo.
Esa misma tarde pasé a buscarla en una motocicleta que me había prestado un amigo, Tess me miró divertida cuando me acerqué a ponerle el casco. Quizás estaba esforzándome demasiado en impresionarla, pero finalmente ella no dijo nada y me siguió tal como yo la había seguido antes.
Sólo anduvimos por allí disfrutando el viento y la velocidad, paseamos por la ciudad. Me gustaba sentir los brazos de ella alrededor de mi cintura, también poder estar sin hablar, sólo dejándonos llevar.
Recordé haber visto a Tess en el pasado subiendo a la motocicleta de algún chico, nunca hubiera pensado que algún día iría conmigo o que andaríamos así, sin rumbo, sólo disfrutando de aquella cercanía.
Hicimos un largo recorrido y luego la llevé a casa.
-Gracias por el paseo – me dijo al quitarse el casco.
-¿Te gustó?
-Sí, mucho. Pero…
-¿Pasa algo?
-Me gusta más cuando eres Mac, el de siempre- dijo de nuevo con aquel tono de voz que me hacía sentir que ella era infinitamente mayor que yo, sobre todo cuando veía a través de mis torpes artimañas para seducirla.
Quedé sin saber qué responder, la mayoría de las veces pensaba que no alcanzaba con ser yo mismo, que eso terminaría por aburrirla.
Tess debió percibir mis dudas, porque se acercó y se estiró para darme un suave beso. Luego se despidió y entró a la casa.

Un par de días después había llevado a mi madre a un salón de belleza y al regresar vi a Tess parada frente a una vidriera en la zona céntrica, llevaba su cuadernillo de dibujo así que debía haber andado observando las cosas que nadie más veía.
Estacioné tan cerca como pude y caminé hacia ella. Al aproximarme vi que era una tienda de electrodomésticos, debía estar mirando algo en la pantalla de los televisores que exhibían porque estaba totalmente concentrada, me puse a sus espaldas y  la llamé.
-Tess…- dije y al girarse vi que estaba llorando--¿Qué sucede?- pregunté sorprendido y ella me señaló la pantalla Estaban transmitiendo las imágenes de un gran incendio en una ciudad cercana, había muchas pérdidas humanas. No supe que hacer, así que solo la abracé fuerte. Me sentí muy masculino al envolverla con mi cuerpo y, a mi modo, consolarla.
Fue la primera vez que vi tan claramente aquella grieta en ella y que entendí que la causaba, alguien capaz de sentir el mundo como ella lo hacía, era igual de sensible para percibir lo malo y la tristeza.
La chica que podía absorber amaneceres también podía sentir más intensamente la oscuridad , más que ninguno de nosotros.




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