domingo, 4 de octubre de 2015

Aún te amo 17° - Gaby Ruiz






-  ¿De verdad crees que ya te olvidó?  -preguntó Danna con tono desinteresado mientras revolvía su café.
-  ¿Cómo que si lo creo?  ¡Se va a casar!  -desesperada gimió Caro-  además, ¿de qué lado estás?  ¿no que a favor de Flavio?  ¿ahora defiendes a Fernando?
-  No… no…  -repitió Danna con calma-  No estoy a favor de nadie… más que de lo que te haga feliz.  Flavio está bien si te hace feliz o Fernando si es tu elección.  Pero, creo que ya lo has decidido ¿o me equivoco?
-  ¿Cómo?  Pero si acabo de…
-  Sí, pero… ¿y qué harás?
-  ¿Solo yo?  ¿Y dónde quedas tú?  -dijo Caro con una ligera sonrisa-  ¿Me ayudarás no?
-  ¿A arruinar una boda?  ¡Sí, estoy lista!  -Danna sonrió con malicia.

-  ¡Como en los viejos tiempos!  ¡Planes locos!  -Caro no lo podía creer.  Había pasado de odiar a Fernando por lo que estaba a punto de hacer… a darse cuenta que a pesar de todo… y todos… aún lo amaba.  Habían sido tres meses de desesperación, confusión, rabia y dolor.  Pero eso había acabado… siempre que lo lograra... lograra que Fernando volviera a creer en que era posible. Y… ahora… lo que necesitaba era un plan urgente para impedir una boda…  que tendría lugar dentro de…-  ¿Cuándo es la boda?
-  ¿Por qué supones que lo sé?  -preguntó Danna extrañada-  ¿crees que sería capaz de invitarme?
-  No, a ti no.  Pero… -explicó cuando Danna la miró sin entender-  creo que a tu “hijastro” Stefano si lo invitó… ¿son muy amigos o no?
-  ¡Tienes razón!  -dijo Danna chocando su palma contra la frente-  Lo había olvidado… hoy mismo les hago una visita…  y…  -añadió levantándose a cancelar la cuenta-  ¡Stefano no es mi hijastro, por amor de Dios!
-  Pero si es hijo de tu esposo…  -gritó Caro riendo mientras Danna agitaba la cabeza.  Definitivamente, esa historia de Danna era increíble… nunca habría imaginado que Stefano pasaría de ser ex novio a hijastro….  Solo a ellas les podía suceder este tipo de cosas-  ¡Bien que lo quieres!
-  Si sigues por ahí… -advirtió Danna- te voy a matar.  ¡Y se va al demonio el plan!  -gritó y enseguida se ruborizó.  Habían olvidado que estaban en una cafetería… y no precisamente solitaria.
***
-  ¿En verdad es este sábado ya?  -Fernando continuó con su rostro impasible mirando a lo lejos.
-  Sí Fernando… ya es este sábado…  -confirmó Debbie abrazándolo por detrás-  Estoy tan feliz por ser tu esposa…
-  ¿Dónde está Christopher?  -preguntó él deshaciéndose con cuidado del abrazo-  Quiero verlo.
-  ¡Christopher… Christopher!  -explotó Deborah-  siempre se trata de él…  Fernando, ¿es qué acaso no sientes nada por mí?
-  No… -Fernando la miró-  no preguntes algo cuya respuesta no quieres escuchar… -evadió una respuesta directa-  ¿entonces tendremos la custodia compartida verdad?
-  Sí Fernando.  Así lo estipulaste… -confirmó Deborah desentendiéndose de él-  Ahora debo salir.  Adiós Fernandito.
-  ¡Maldición!  -masculló él por lo bajo.  Deborah sabía que odiaba que lo llamara así… ¿era esto lo que iba a aceptar el resto de su vida? ¡estaba definitivamente loco!  Pero había una razón… todo tenía una razón.
-  ¡Fernando!  ¿y esa cara?  -saludaba un alegre Stefano a su contrariado amigo-  no pareces un hombre que se va a casar… sino condenado a la horca.  Pensándolo bien… es exactamente eso lo que vas a hacer…
-  Gracias por los ánimos, Stefano.  ¡Justo las palabras que necesito escuchar de un amigo!  -Fernando se dejó caer en el sofá.
-  Deja la ironía… ¡sí son las palabras que necesitas escuchar!  -Stefano clavó sus ojos celestes en él-  ¡Estás dando un paso enorme por si no lo has notado!  Y… pues yo estoy casi seguro que esto no es lo que tú quieres.  No es Deborah.  No fue para tu primo… no entiendo porque tú te empeñas en cometer el mismo error…
-  ¡No!  A mí no me interesa esa clase de relación con ella  -explicó Fernando-  y tú lo sabes.  Debbie siempre será la esposa de mi primo y…
-  Y ¿entonces qué demonios estás haciendo con tu vida?  -intentó Stefano en vano, ya había perdido la cuenta de las veces que había intentado que Fernando entrara en razón-  ¿hay alguien que pueda hacerte entender?
-  Caro…  -suspiró Fernando y enseguida carraspeó-  no sé a qué te refieres.
-  Yo sí… yo sí…  -dijo Stefano-  bueno, debo irme.  Saludos a todos.
-  Bien, saludos a Mandy y los gemelos.  Adiós  -contestó Fernando distraído y sin notar que había revelado más de lo que hubiera querido.
***
-  Flavio… yo sé que te lo prometí pero… no puedo engañarme y engañarte más…  -recitaba una vez más Caro frente al espejo mientras Lauren reía-  ¡no te burles!
-  Es que… ¡suenas tan artificial!  -Lauren fue hasta el lavabo-  no, Flavio te escuchará pero si le hablas con franqueza… no inventándole castillitos en el aire…  -dijo la rubia menuda.
-  Bien, gracias por tu recomendación –Caro revoleó sus ojos y lo volvió a intentar-  Flavio, estos meses han sido maravillosos pero... –Caro se rindió- ¿cómo le diré que soy yo y no él?
-  ¡Dios!  Eso es peor aún… -gimió Lauren-  estás en graves problemas... –rió.

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