viernes, 11 de diciembre de 2015

Aún te amo 25 ° Gaby Ruiz



- Por el momento solo resta esperar la evolución del pequeño –contestó con semblante serio el médico-  ¿es pariente de Christopher?
-  No doctor. Soy...  - ¿Cómo explicar lo que “era”?  Es decir... ¡nada!  Ella no era nada para Christopher ni mucho menos para Fernando.  Nunca lo sería.
-  La señorita Rivas es una amiga muy apreciada de nuestra familia  -contestó Fernando que se había vuelto a acercar hasta ahí-  Y dada la ausencia de Deborah, Carolina se ha ofrecido a ayudarme mientras...

-  Oh, que generosa.  Nadie lo haría a menos que aprecie realmente a alguien, imagino que quiere mucho al pequeño  -soltó el doctor y una enfermera se acercó a llamarlo-  disculpen pero debo retirarme.  Hasta luego señores.
Se miraron en silencio.  Carolina asintió cuando Fernando ofreció llevarla hasta la habitación de Christopher, así que se despidieron de Leonardo y Danna.  Fernando estaba muy agradecido y se acercó hasta Leonardo, mientras Danna le susurraba a Carolina:
-  ¿Estás segura de lo que estás haciendo?
-  ¿Por qué no?  El recuerdo que tengo de Christopher me impulsa a ayudar. Cuando lo conocí Danna, él tenía un aire de tristeza y seriedad... un niño jamás debería tenerlo.  Y ahora, en estas circunstancias, sin su madre, debo estar aquí.
-  Muy noble Caro... –dudó Danna-  pero... ¿es solo eso?  También es una excusa perfecta para estar “aquí” con...
-  No, eso no.  Ni siquiera lo veré. Estaré aquí cuando Fernando no esté...
-  Allá tú Caro... pero recuerdas ese refrán tan conocido... creo que lo has olvidado...
-  ¿Ayudar al prójimo?  -dijo en tono fingidamente inocente.
-  No... el que juega con fuego... ¡siempre se quema!
-  ¿Danna, nos vamos?  -interrumpió Leonardo abrazando a su esposa por detrás-  Cuídate Carolina y reitero mi ofrecimiento de ayuda.  Si algo es necesario... llámanos y estaremos aquí.
-  Gracias Leonardo y les estaré informando de la evolución de Christopher.  Hasta pronto.
Se retiraron y Caro observó que Fernando seguía estático en el lugar que Leonardo lo había dejado, miraba con un gran vacío y parecía tan lejano...
- Fernando ¿vamos a la habitación de Christopher?  -pidió Caro tocando ligeramente su brazo.
Él asintió y la guió hasta donde estaba Christopher. Lo quería tanto, era su hijo... él siempre lo sentiría así.  Pero había algo que no acababa de entender, ella precisamente ayudándolo.  Ni siquiera se habría atrevido a pedírselo, después de su deplorable comportamiento aquel aciago día... y, sin embargo, Carolina Rivas estaba a su lado y dispuesta a ayudarlo. Increíble... si tan solo él pudiera...
-  Hemos llegado –se detuvo Fernando respirando hondo ante una puerta cerrada.  Carolina pensó que el lugar estaba demasiado frío... se sentía un ambiente sumamente opresor y entendía el desgaste de Fernando, además él quería tanto a Christopher.  Aún no entendía que le había impulsado a aceptar estar ahí... pero el recuerdo de la tristeza dibujada en el rostro de ese niño, el aire melancólico que no debería estar ahí, ella lo sentía, era ese su lugar.
Carolina miró a Christopher muy pálido, recostado en la cama y sin ser conciente de nada aparentemente.  No entendió cuando el doctor explicó la enfermedad que aquejaba al pequeño.  Solo muchos términos técnicos, algunos aparatos conectados y... lo único que sabía era que Christopher necesitaba una transfusión.
-  Su situación...  –Fernando explicó con pesar-  no es la mejor.  No entendemos que salió mal.  Se suponía que se había recuperado completamente del accidente y ahora... –miró con dolor a la cama-  ahora ya no sé que creer.
-  Fernando, debes tener fe.  Christopher va a reponerse, ya lo verás.
-  ¿Fe?  La fe no sirve Carolina. Tantas ilusiones alimentadas por la fe... y nunca se dieron.  Quería una familia, triunfar, ser feliz...
Carolina sintió el resentimiento en cada palabra de Fernando y le dolió.  Deborah al parecer le había hecho mucho daño.  Tal vez él había pensando que ella era distinta y había soñado con formar una familia con ella y...
-  ... Sí tengo dinero, pero ¿eso de que sirve?  Nadie ha logrado diagnosticar con precisión a Christopher... tal vez la transfusión sirva... ¿tal vez?  ¿Qué clase de diagnóstico es ese?
-  Fernando, intenta calmarte –pidió Caro con voz sosegada-  Me imagino lo difícil que debe ser para ti, pero necesitas estar bien para afrontarlo todo.  Necesitas fuerza y descanso...  ¿te parece si empiezas?
-  Yo... no sé como agradecerte.  Sé que no me he comportado bien contigo, te he mentido y te he herido.  Sin embargo tú sigues aquí y...
-  No digas más Fernando. No es necesario y no tienes nada que agradecer.  Lo habría hecho por cualquier persona, cualquiera  -se repitió Carolina más para sí, pero esta vez lo hizo en voz alta-  así que solo déjalo estar.
Fernando asintió seriamente.  Estaba demasiado cansado para indagar si Carolina decía la verdad o no, si estaba siendo sarcástica o amable, daba igual... solo quería un poco de esperanza... solo  -y de pronto, sin sentirlo... se había quedado dormido en el sofá de la habitación.

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