sábado, 23 de abril de 2016

Sólo por ti 21° - Gaby Ruiz





Lucian giraba en la silla mientras Kristen lo miraba con impaciencia.
- ¡Quédate quieto! –le urgió mientras él reía travieso- Lucian, un día de estos no regresaré… -advirtió.
- Sabes que lo harás. No puedes vivir sin mí.
- Eso piensas –puso en blanco los ojos pero no pudo evitar una sonrisa- te salvas porque eres un encanto.
- Gracias Kris –Lucian le dio un sonoro beso en la mejilla, mientras ella reía- ¿terminarás?
- Si me lo permites… -ella dejó su bolsa con los implementos y giró- ¿por qué estás tan contento?
- ¿Alguna vez me viste triste? –preguntó y ella negó- ¿entonces?

- Lucian… -lo miró fijamente- sé que algo traes entre manos. Pero bueno, bien puede ser que se acerca el final de esta temporada…
- Exactamente –Lucian afirmó y giró una vez más en la silla mientras Kristen resoplaba con frustración- ¿qué? ¡Sabes que no me gusta maquillarme!
- ¡Pareces un niño! –soltó Kristen y negó lentamente- ¿puedo empezar ya?
- Bien –Lucian se cruzó de brazos, quieto con gesto enfadado. Kristen sonrió y le pasó la mano por la frente.
- No arruines así tu hermoso rostro –fastidió y él la miró atentamente- alguien te decía siempre lo mismo. Que eres lindo.
- Soy lindo –Lucian se puso serio y ladeó la cabeza- no me gusta el término.
- Lo sé –Kristen soltó una risita- pero al menos así, lograré terminar.
Lucian ignoró el último comentario, mientras repasaba una a una sus líneas siguientes. La sexta temporada había tenido bastantes giros inesperados y él había tenido que trabajar más en las emociones de su personaje. Donato era un hombre complejo de interpretar. Pero según había leído las críticas, lo estaba logrando. Transmitir la transición que iba teniendo él, desde ser tan solo un despreocupado a… bueno, lo que sea que fuera ahora.
Mary era quien siempre lo fastidiaba con el hecho de ser “lindo”. Aún podía recordar lo complicada que había sido su relación después de que, bueno, de que ella le confesara que estaba enamorada de él. Había sido bastante… inesperado. Totalmente. ¿Cómo había pasado eso?
Durante toda la temporada quinta, confesó Mary, se había enamorado más y más. De él, precisamente. De todas las personas, lo amaba a él.
Y Lucian la había mirado y se había preguntado ¿cuál era su problema? En verdad, él no le había alentado. No había mostrado interés en ella, al menos no aquel de un inicio. En verdad, ¿cómo pasó?
Había sido un lío. Toda una catástrofe, para ser más exactos, cayó sobre su cabeza. Y no era lo que estaba preparado para afrontar, precisamente. Lo que más quería era pensar las cosas con calma, analizar si realmente él podía estar enamorado y…
Y el problema, aún más grave, que no era Mary a quien él pensaba que podía amar. Ni siquiera la consideraba. Ni a ella ni a ninguna otra. Solo a Beth. Su italiana que no lo quería ver. Ella…
- ¿Terminaste, Kris? –Donovan asomó su cabeza por la puerta con una sonrisa- en el set, lo esperan con impaciencia.
- Ya casi –murmuró con un suspiro- podría maquillar al elenco entero en menos tiempo del que utilizo en Lucian –se lamentó riendo.
- Lo sé –Donovan asintió- ¿no puede mantenerse en calma, verdad?
- Exacto. ¿En el set, también?
- No te imaginas –Donovan hizo un gesto cansado- si alguien tarda más de 2 veces en realizar el diálogo perfectamente, se enfada.
- ¿Lucian? –Kristen le elevó el rostro con sorpresa- ¿Se enfada?
- Ya, ya… soy humano. No lo olviden –rió y se levantó- ¿terminaste?
- Si, querido –Kristen emitió un gritito cuando él la elevó en el aire brevemente- ¿qué haces?
- Vengarme por lo que dijiste –sonrió y arqueó una ceja- Donovan pesa demasiado para el propósito.
Donovan puso en blanco los ojos mientras Kristen emitía una sonora carcajada. Lucian era divertido… divertidísimo.
***
Beth cruzó su pierna con lentitud mientras acercaba la taza de cappuccino a sus labios. Miró el reloj, pensando en cancelar el encuentro con Anthony. Llevaban dos meses saliendo y, sinceramente, había sido maravilloso volver a verlo pero… pero había algo que le molestaba.
Más, que hacía que no pudiera disfrutar ni una sola de sus citas sin pensar en Lucian. Y eso le molestaba, le enfadaba enormemente. ¿Por qué tenía que volver a pensar en él después de tanto tiempo? ¡Más de un año sin verlo! ¿Por qué no podía olvidarlo definitivamente?
Quizás lo pensaba demasiado. No debía dedicarle tanto tiempo a algo que pensó superado. Le había costado pero, no se había permitido pensar en él. O eso había creído.
Había empezado a leer revistas de farándula para distraerse. Por ninguna razón en especial y, era pura coincidencia, que buscara las de Estados Unidos. Solo… ¡sabía que no estaba bien pero simulaba estarlo y había funcionado por un tiempo!
Sí, hasta que había decidido salir con Anthony. No que él le recordara a Lucian, sino al contrario, era totalmente opuesto a él. Debería haberle alegrado, en cierta forma, pues era lo que había estado buscando. Un hombre mayor, maduro y que tomaba las cosas enserio. Dueño de una empresa exitosa y accionista de otras compañías, Anthony di Román era el hombre para ella. ¿Por qué no lo sentía así?
Estaba siendo ilógica. Pensar en algo así… absurdo.
- ¿Elizabeth Ferraz? –escuchó y dejó lentamente la taza en la mesa. Intentó controlar cada movimiento de sí, para no girar abruptamente. No, no y no…
- Lucian… -pronunció con lentitud mientras sus ojos se elevaban hacia el hombre que ahora estaba frente a ella- Lucian Beckett.
- Encantado de verte –esbozó una amplia sonrisa y se quitó las gafas de sol- dudo que me reconozcan con la misma facilidad que tú ¿verdad?
- No has cambiado nada… -Beth negó con una sonrisa.
- En cambio tú, estás aún más bella que la última vez –él le envió una fugaz mirada anhelante y luego miró hacia la silla- ¿puedo acompañarte?
- No –Beth contestó con rapidez y Lucian arqueó una ceja- he terminado.
- ¿Me acompañarías a mí? –pidió burlón y Beth puso en blanco los ojos.
- Vamos a otro lugar –contestó y él la miró atentamente- a comer algo. Tengo hambre.
- Oh –Lucian pareció sorprendido y Beth no pudo evitar notar lo azules que eran sus ojos. ¿Cómo podía haber pensado que lo tenía presente en sus pensamientos? ¡Este hombre era demasiado para lo que su mente había pretendido retratar en un pobre intento!
- En verdad, tú… -Beth esbozó una sonrisa- eres increíble.
- Gracias –Lucian sonrió aún más y se sentó frente a ella- entonces ¿qué me dices? ¿te acompaño o vienes conmigo?
- ¿Así? –clavó sus ojos verdes en él- ¿por qué?
- ¿Por qué no? –retrucó con un brillo de diversión en sus ojos.
- Está bien –Beth encogió sus hombros y se levantó. Lucian la siguió de cerca mientras ella pagó y salía del lugar- ¿por qué me tomas la mano?
Lucian la ignoró y la asió con más fuerza, entrelazando sus dedos por lo que Beth ni siquiera intentó alejarse, sabiéndolo imposible.
- ¿Qué haces aquí? –habló Beth mientras conducía por la ciudad- ha sido toda una sorpresa encontrarte y…
- Es Italia ¿por qué no estar aquí? –bromeó él y Beth no pudo evitar una sonrisa. Aun más amplia que la que tenía- estoy de vacaciones y decidí visitar este país. Es muy… atractivo. Además, tengo la ventaja de hablar el idioma, así que ¿por qué desaprovechar la oportunidad?
- Por supuesto –Beth giró hacia la izquierda y lo miró brevemente- ¿cuándo llegaste?
- Hace unos días –contestó y Lucian miraba fascinado los lugares que brevemente se atisbaban- ¿me has extrañado?
- ¡Lucian! –exclamó Beth y él rió- no estoy para bromas.
- No estaba bromeando –dijo con tono serio, pero Beth pudo mirar de reojo que estaba conteniendo una carcajada.
- Que gracioso –murmuró y sintió aquellos ojos azules clavados en ella.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

LinkWithin

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...