lunes, 19 de junio de 2017

Besos Robados 10

 -Lista –Dijo Meredith, regalándole un guiño sexy a su amigo Ángel, quien se encontraba sentado en su lecho, mirando mensajes en su móvil con sonrisa traviesa, para quedarse con la boca abierta al verla girar enfrente de él-. ¿Y bien?
-Ivan va a dejar de ser una barra de hielo, para pasar a una de acero –Soltó con una enorme carcajada, observando como su amiga se sonrojaba, llamándole aquello su atención-. Suelta –Dijo con voz cortante y posicionándose en pie, para mirarla a los ojos con risa traviesa.
- ¿El qué? –Se hizo la disimulada, girándose hacia su espejo de cuerpo entero, para darse un repaso veloz y alisarse de forma nerviosa, una inexistente arruga.
-Hay algo que no me has contado, con ése Ivan –Señaló buscando su mirada, pues sabía cuándo le mentía.
-No digas tonterías –Lo miró solo por una milésima de segundo, para acercarse a su tocador y empezar a buscar una pulsera de perlas.
- ¿Ha ocurrido algo más, aparte de vuestro enfrentamiento? –Se acercó a ella, para quitarle la pulsera escogida de las manos y anudársela él.
-No –Respondió seca, pero sin alzar la mirada-. Estuviste delante.
Ángel, achicó por un momento los ojos escudriñando en ella, en sus gestos frenéticos, con encontrar arrugas imaginarias en el tejido de raso.
-Cierto –Soltó pensativo-. Pero tú te fuiste abajo a bailar –Habló con tono pausado-. Y él, al poco se fue… -Inclinó su cuello, para buscar sus ojos-. Suelta Meredith, me has ocultado algo... –Soltó una fuerte carcajada creyendo comprender algo-. Y ha sido, cuando te he hablado de su sexo.
- ¡Está bien! –Alzó sus ojos ofuscados, para hacerle una mueca de fastidio-. Bajó y me robó del chico que bailaba –Soltó sonrojándose por un momento-. Bailó a la perfección salsa –Señaló rabiosa-. Ése negativo ruso, sabe bailar salsa y besar como mil demonios. –¡Te besó! –Exclamó ángel sorprendido-. Pero que mala amiga, que calladito te lo tenías…-Volvió a reírse divertido-. A ti te gusta el ruso.
- ¡No me gusta! –Lo fulminó con la mirada enfadada-. Recuerda que es una rata de laboratorio…
-Sexy como tu hermano –Señaló divertido.
-Es tosco, amargado…
-Sabe bailar salsa de maravilla y besa como los ángeles –Le guiñó un ojo divertido.
-No le des todas las otorgaciones a él –Soltó alzando su barbilla orgullosa-. Apúntame un tanto a mí, también le devolví el beso, y pude notar como le gustaba al notar su barra de acero.
Ángel, se echó a reír divertido.
-Pero que calladito te lo tenías –Soltó pensativo, yendo hacia la mesa y escogiendo un collar de espalda-. Ponte éste… -Deja que caiga por el escote de tu espalda, hasta la base de tu cintura... Deja, que él deseé poner ahí sus manos ésta noche…
-Ángel –Le recriminó con la mirada.
- ¡Qué! –Soltó con sonrisa sensual-. ¿Cuánto hace que no te diviertes?
- ¡Pero no quiero con él! –Soltó nerviosa, ansiosa, por faltar solo unos minutos para que apareciera su hermano con Hada-. Te recuerdo que fue un borde…
-No tenía buen día –Intentó defenderlo.
-Yo tampoco –Explotó con enfado-. Y no voy por ahí ladrando a todas las mujeres…
- ¿Y si lo utilizas para quitarte ése stress que me llevas? –Le guiñó un ojo de forma perversa, justo cuando sonaba su interfono.
-No –Soltó seria-. Solo quiero jugar con él un poco, devolverle su…
-Ojito –Le dio en la nariz como advertencia con su dedo índice-. Del odio al amor…
- ¡Ángel, por dios, no me gafes! –Lo reprendió histérica.
El interfono sonó nuevamente, pero con tono más apremiante.
-Me voy –Se acercó ella a darle un beso en los labios-. Recoge el helado y vete a buscar a Ralph.
-No llega hasta las once –Soltó con tono pesaroso-. Por ello, que espero me vayas reportando por mensajes como va la noche –Le dijo picarón-. Y quiero foto del adonis negativo –Soltó con burla.
-Adiós –Soltó sin poder evitar el sonreír, justo antes de cerrar la puerta y desaparecer de allí.


Para qué negarlo.
Se hallaba nerviosa, exultante por verlo allí y ver la reacción de sus ojos, al verla aparecer vestida de aquella manera.
No iba a negarlo. Estaba sexy con aquel vestido. Elegante, pero sensual… Perfecto, para mantenerlo un poco a distancia con ella. No quería que la visualizara como la había descrito, una tonta descerebrada. Iba a ser, seria, educada y enigmáticamente sensual…
Ya cruzaban por el marco, del salón de baile. Ella, iba a la izquierda de Colt, mientras que Hada, a su derecha.
Y casi al frente, él.
Quien, al momento de verla, su mirada se tornó fría como el hielo. Haciéndole sentir, más pequeña y con ganas de partir de allí. Pero no iba hacerlo. Así que, alzando su barbilla, lo retó con la mirada burlona y sardónica, más sexy de su repertorio al mirar a la mujer que lo tenía agarrado del brazo, con fuertes garras de víbora.
Se soltó del brazo de su hermano, para decirles que en breve se reunía con ellos, sabiendo que en todo momento era seguida por la mirada de él.
Cuando se alejó de la feliz pareja y con paso decidido, elegante, se detuvo a escasos centímetros de él…
Se miraron fijamente en silencio por segundos. Ninguno decía nada. Hasta que una voz masculina, los sacó de su espacio…
- ¡Meredith, estás preciosa! –La abrazó efusivamente Matt, el jefe de su hermano e Ivan. Quien, al ver aquella proximidad, solo supo reír burlonamente, mientras alzaba una ceja de forma inquisitiva.
  -Buenas noches Matt –Lo besó escasamente en la mejilla con gran aprecio-. Mucho gusto en poder volver a verte… - Habló animadamente, ignorando por completo al ruso.
-El gusto es mío –Rio con cariño-. Tú hermano me dice que estas encerrada en tu trabajo, que apenas tienes vida sociable… -Allí, por primera vez, le escuchó una fuerte carcajada al ruso, quien, con un movimiento negativo de cabeza, agarró a la mujer que no lo soltaba ni queriendo, para llevársela a bailar a la pista-. Juro, que a veces lo mataba –Soltó resoplando-. Pero es muy buena pareja con tu hermano en el laboratorio… -Aspiró con fuerza-. ¿Qué es lo qué ocurre?
-Nada –Soltó apenas sin aire, por ser captada tan rápido.
-No nací ayer Meredith –Achicó sus ojos-. Y confieso –Sonrió con travesura-. Que algo me dejó caer tú hermano…
- ¡Sois peores que las mujeres ante un chisme! –Reprochó sin poder evitar el reírse.
- ¿Quieres castigarlo? –Sugirió animado, alzándose de hombros-. Puede que así me ría también yo un rato de él, por las veces que me saca de quicio.
Se quedó un segunda pensativa, para después alzarse de puntillas y darle un cariñoso beso en la mejilla.
-Bailamos –Le sugirió, justo cuando empezaba a sonar la melodía de Alejandro Fernandez y Cristina Aguilera, Hoy Tengo Ganas De Ti.
Prácticamente, los cinco minutos que duró aquella preciosa canción en la cual, pasó muy buen rato compartiendo sucesos con Matt, que notaba como Ivan no apartaba la mirada de ellos.
Justo lo que quería. Y así, iba a tenerlo por un buen rato, pues pensaba aceptar todos los bailes que iban pidiendo los accionistas, que ya conocía de antaño.
Y Casi tres cuartos de hora después, algo acalorada, decidió que había llegado el momento de buscar de estar un rato a solas y alejarse, de la chispeante mirada de su enemigo.
Que mejor, salir al jardín trasero del edificio.
Pero solo llegó a estar sola unos segundos pudiendo absorber la calma de la noche, que escuchó empujar la puerta de madera en el tenue pasillo, viéndose al instante arrastrada hacia un rincón del porche, donde su oscuro ruso le atrapó con rabia los labios.

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