sábado, 21 de octubre de 2017

Tan solo amor 24° - Gaby Ruiz



– Tú no sabes nada –rió finalmente él– no tienes ni idea de lo que viste.
– ¿Ah no? Eres un hombre… ¡tenías que ser un hombre!
– ¿Eso es nuevo para ti? –Marcos seguía jugando y ella empezaba a impacientarse– ¡claro que soy un hombre! ¿No era un hombre antes?
– ¡Sabes perfectamente que no me refiero a eso, Marcos! –gritó Mía con rabia– pensé que eras diferente pero… veo que no.  Y decías que me amabas…
– Tú fuiste quien me pidió que te olvidara. ¿Lo recuerdas? –Marcos señaló con calma y Mía sintió sus mejillas enrojecer– ¿lo ves? Tú querías que te dejara tranquila y yo…
– ¡Y tú buscaste a la primera modelo rubia y tonta que se cruzó por tu camino! ¿Por lo menos podía ser alguien más…? –hizo un ademán en el aire.

viernes, 20 de octubre de 2017

Amor en Alaska 4°



Se recogió el cabello y trató de ignorar la imagen que le devolvía el espejo, tomó sus cosas y salió.
Camino a la tienda pensó que quizás necesitaba alguna actividad, algún hobby que mantuviera su mente ocupada en lugar de desvariar, pero tampoco  tenía tiempo para ello. El trabajo tendría que bastar, como siempre.
Fue un día ocupado, había llegado mucha mercadería y tenían muchos clientes, eso la mantuvo ocupada y lejos de sus inquietudes. Los dos días siguientes fueron igual  hasta que  su rutina laboral fue interrumpida por la llegada de Kenai, venía acompañando a Evan, como desde que eran chicos, pero Rachel fue más consciente de su presencia. Incluso contó mentalmente el tiempo que había pasado desde la última vez que lo había visto.  Se sintió inquieta por eso pero no tuvo tiempo de profundizar pues uno de sus empleados se acercó cargando unos faroles que habían llegado y tropezó dejándolos caer. Hubo un estruendo, exclamaciones y  trozos de vidrio saltando por doquier. Rachel quedó rodeada por los fragmentos, de hecho sentía ardor en un tobillo así que imaginaba que alguna esquirla había llegado a cortarla.

miércoles, 4 de octubre de 2017

Embaucando A Mí Princesa 2

Y media hora después aproximadamente, de haber escuchado a su padre, llegaba al puerto marítimo para encaminarse al club náutico, al que también pertenecía Gerard.
Suponía que había logrado escaquearse, gracias a la gran cantidad de gente que había en los juzgados principales. Bien podía decirse, que prácticamente, se hallaba el noventa de la población.
Y nadie la miraba raro, al verla tan elegante.
Pero, aun así, tenía que ir mirando por encima del hombro, por si veía alguno de los guardaespaldas de la casa real. Encontraba algo extraño, que no la tuvieran extra vigilada.
Las puertas correderas se abrieron, dando paso al enorme vestíbulo del lugar, donde pudo vislumbrar al jefe encargado de allí, quien, al verla frunció por un segundo el ceño, para instantáneamente hacer un leve gesto de inclinación de cabeza.

lunes, 2 de octubre de 2017

Noches En El Balcón 37

Salió de la clase a la selva de alumnos, caminando por los pasillos, para soltar un profundo gruñido, mientras se alejaba a grandes pasos hacia la planta de arriba, sin detenerse ante los gritos de su amiga Carlota, quien casi le pisaba los talones.
Solo se detuvo, a esperarla cuando casi llegaban a sus taquillas, lugar donde apenas había nadie.
-Al fin –Confesó con falta de aliento-. Por qué no te detenías cuando te llamaba –Replicó confusa-. Eric, mandó a llamarte nada más salir tú despavorida de la clase.

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